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Pov Sasha

─¿Qué te parece esté? ─ me pregunta Becca.

A pesar de mis negativas acerca de contratar a alguien para que sea mi acompañante en las reuniones y eventos sociales, mi amiga hizo caso omiso a lo que quiero y se la a pasado buscando en páginas que ofrecen esté tipo de servicios.

Me sorprendió mucho saber las inmensidad de páginas que hay para eso, donde solo hay hombre, porque pensé que solo las mujeres terminaban ofreciendo dicho servicio, pero no también hay muchos hombres en esto.

Él caso es que ninguno de ellos me agrada, no los conozco, tampoco tengo mucho interés en conocer a ninguno.

Estefania, mi terapeuta, considera que sería bueno que lo hiciera, porque así saldría un poco de mi zona de confort y aprender a relacionar me con las demás personas, pero yo no quiero, ella más que nadie sabe de mi cierta repulsión a los hombres, no es posible que pueda hacer lo que ellas pretenden.

No me creo capas en especial cuando ellos hacen o especialmente dicen cosas que me lo recuerdan a él, cómo actos groseros, palabras de menos precio hacia los demás, ya que de el era lo único que se recibía, insultos maltratos, nunca hubieron palabras de afecto o cariño.

Nunca hubieron palabras de aliento o algún sentimiento de protección a su lado, solo maltratos y menos precios y cómo la mala suerte nunca me abandonan, siempre termino de alguna manera relacionada con hombres iguales a él, aunque estos intentan disimular sus insultos y menos precios a los demás en especial a las mujeres.

Cómo también él acoso y él solo vernos cómo trozos de carne que solo sirven para su desahogo sexual y después creen tener él derecho de deshacerse de nosotras cómo si no valieron nada, pues no quiero conocer a nadie más así, estoy cansada.

─Becca, Te daré dos pares de zapatos de los míos, los que quieres pero para ya ─ le digo.

─¿Los que yo quiera? ─ pregunta con emoción.

─Si, los que tu quieras, incluso los puedes ir a tomar ahora ─ le digo.

Tengo una gran cantidad de zapatos, me encanta comprarle zapatos aunque no uso ni la mitad de ellos y muchos de ellos están completamente nuevo, eso porque no es muy recomendable que me los ponga porque me provocan un gran dolor de espalda, todos los zapatos de tacón de más de 12 centímetros lo hacen.

No es que los demás no lo hagan también, pero los que son más alto provocan un dolor más rápido y duradero en mi cuerpo, más eso no evita que cuando los veo en los aparadores no quiera comprarlos y nada lo evita. Tengo suficiente dinero para gastarlo en lo que yo quiera, así que tengo una gran colección de zapatos para todo tipo de ocasión, botas y muchos tenis también, los que más uso porque son los más cómodos para mi.

─¡Voy por ustedes mis bellos Balenciaga! ─ chillo ella corriendo fuera de la oficina que tengo en mi departamento para ir a mi habitación.

─Aun así debemos buscar una solución al problema Sash, debes de empezar a salir en público ─ me dice ella.

─Lo sé ─ suspiro ─ Camill no me dijo si llegaron los correos de él, ¿lo sabes tú? ─ le preguntó.

─Si, cada uno a la hora de siempre con sus mismas asquerosas palabras ─ me dice ella haciendo una mueca.

─Bien ─

─¿Por cierto en que estás trabajando? ─ me pregunta.

─Es sobre la cadena de restaurante del señor Litman, tiene chef muy interesante ─ le digo.

─¿Y podrás trabajar bien con todos? ─ me pregunta.

─ Creo que si, hay alguno que no conozco, pero no creo que sea complicado trabajar con ellos ─

Erick Litman ◇Herederos Litman 3◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora