52

4.3K 445 27
                                    


Pov Erick

¿Por no todo puede seguir cómo estaba?

¿Por qué siempre debe de haber alguien molestándonos?

Porque no solo está el hecho de que hace casi dos meses no sabemos absolutamente nada del infeliz de Tanner, la maldita rata no a querida sacar la cabeza, pero también está ese infeliz de James Macclaren.

Escapo

No entiendo cómo, pero escapó él muy infeliz y Sasha no sabe nada aún, tampoco tengo la mínima intención de decírselo, ella está feliz, tranquila, un poco estresada con el trabajo, pero tranquila.

Él ya lleva prófugo de nuevo cómo una semana, nos enteramos porque le envió una carta a Sasha y su nueva asistente, una que fue recomendada por mí, la recibió primero y en cuanto vio el remitente le paso la carta a Anton que la leo y me informa de inmediato, yo me puse en contacto enseguida con el tío y padre de mi Fierecilla para saber cómo fue posible que ese infeliz escapara de una prisión de máximo seguridad.

Ellos me contaron que hubo un gran escape, unas personas de una mafia muy peligrosa escaparon, con ayuda de policía del recinto, por lo tanto, no quieren decir nada al respecto, lo cual me alivia, así ella no se enteraran, aunque sea que no voy a poder ocultárselo por siempre.

Él ya dejó de enviar correos, ahora envía cartas, cartas con fotos de sus pastelerías y a veces con ella saliendo de dichos lugares, sobra decir que estoy furioso y preocupado con la situación, no quiero ni pensar en cómo ella se va a poner cuando sepa que escapo de nuevo.

Tengo que matarlo antes de que ella se entere.

Pero ese infeliz también se esconde cómo una rata, solo acecha, acecha esperando que bajemos la guardia, pero eso no va a pasar.

—Si, ¿qué pasa? — contestó cuando me llaman por teléfono.

─Señor, hubo un incidente con la señora, nos encontramos en el hospital en este momento ─ me informa Anton, salto del mi asiento, prácticamente corriendo fuera de mi oficina para irme de aquí.

─¡Hermano, espérame! ─ me grita Cedrick, al recibir la llamada olvidé por completo que él estaba conmigo en mi oficina ─¿Qué paso? ─ me pregunta.

─Sasha está en él hospital ─ le digo ─ ¿qué fue lo que paso Anton? ─ le pregunto al teléfono.

─Todo paso muy rápido, señor, ella estaba bien, pero de un momento a otro ella estaba en el suelo, parecía buscar a alguien, además de que puso muy nerviosa y asustada ─ me cuenta el.

─¡a quién buscaba? ─

─No lo sé señor ─ contesta.

El camino al hospital se me hace eterno, con mi hermano al lado intenta calmarme, aunque no es que logre mucho porque no puedo estar tranquilo, no sabiendo que mi Fierecilla no está bien.

Antón nos espera en el lobby, para después llevarnos a la habitación donde está mi esposa junto con Charlott, Nathaniel, mis padres y mi abuelo.

─Mi amor, ¿estás bien?, ¿qué paso? ─ le preguntó sentándome en la orilla de la cama.

─No se si estoy, loca, quizás sea eso, pero por un momento vi a James ─ me dice ella.

Pov Sasha

Tal vez solo fue mi cabeza que me hizo una mala pasada, después de la última vez, no salía porque me parecía verlo en todos lados, hace tiempo que perdí ese miedo en sí o más o menos, porque ver lo de nuevo, a poca distancia de mí me llevo de terror por completo, mis piernas ni siquiera me respondieron, por eso me caí y ahora estoy en el hospital.

Había salido con mis cuñadas, porque la boda de Charlotada y Nathaniel está a pocas semanas, hay muchas cosas que terminar y demás, también es muy divertido estar con ellas, me llevo mejor de lo que había pensado con todas. La familia Litman en todo caso son muy buenos y cariñosos, todos están aquí en el hospital conmigo.

─Eso no puede ser posible ─ dice él abuelo Richard.

─Tal vez, él una vez ya escapo y siempre a asegurado que escaparia de nuevo ─ digo preocupada ─¿Donde está Anton?, tiene mi celular y necesito llamar a mi tio para preguntarle ─ le dijo, mi tio siempre está al pendiente de que él esté encerrado, necesito hablar con él y que él me asegure de que está encerrado.

─Mi Fierecilla, solo piensa que si algo así hubiera pasado él ya te hubiera llamado para ponerte al tanto ─ me dice Erick.

─Si, es cierto ─ digo restregando mi rostro, es que fue tan real verlo ─ digo.

─Sólo fue algo de una sola vez, no te preocupes ─ me asegura mi esposo besando mi frente ─ ¿cómo está tu tobillo? ─ me pregunta, cierto, no ha visto mi pie porque está cubierto con las sabanas.

─Es posible que la pieza se haya salido por completo de su lugar, si se salio me van a tener que operar ─ le cuento.

─¿Cuñada donde metiste él pie? ─ pregunta Cedrick, tomando la sabana para levantarla y mirar.

─¡Cedrick No! ─ le dicen todos, pero no hace caso y cuando levanta la sabana y mira mi inchado, morado y casi negro pie, se desmaya, entre Erick y Nathaniel lo sostienen.

─¿Está bien? ─ le preguntó.

─Si, va a despertar en un rato ─ dice Erick tranquilo sentando a su inconsciente hermano en una esquina de la habitación, a los demás de la familia no le extraña el hecho de que él se desmayara. En eso llegan mis doctores.

─Contigo tenemos que hablar ─ le reclama mi tío Marco, molesto a mi esposo.

─¿Qué pasa? ─

─Vamos por lo principal primero ─ interviene mi otro tio, Malcolm ─ Sasha, no hay que operar ─ me dice y suspiro aliviada ─ pero la prótesis si está salida y hay que acomodarla ─ me dice.

─Y lo harán sin anestesia, ¿cierto? ─ preguntó con una mueca ─ ok, denme un segundo, Erick ─ lo llamo y él enseguida está a mi lado.

─¿Que necesitas mi amor? ─ pregunta.

─Tu brazo, prestámelo un momento ─ le digo, me mira un poco confundido, pero me da su brazo.

Yo lo tomo abrazándome a él mientras mi tío toma su lugar para acomodar, de nuevo, la pieza de la prótesis en su lugar.

─Ambos deben de dejar de tener relaciones ─ dice mi tío Marco.

─¿Qué? ─ pregunta Erick sorprendido.

─No.....Dios ─ niego, para después quejarme, porque al decir eso, también re acomodaron la pieza de mi tobillo.

─Listo ─ dice mi tío ─ para después mirar a mi esposo ─ ella debe estar en cama durante dos semanas, dos, si se levanta es porque no tiene de otra y ella no se puede apoyar en ese pie, por ningún motivo ─ le dice.

─Yo estoy aquí ─ le digo, porque me están ignorando por completo.

─Sabemos que estás aquí, pero también sabemos que no nos harás mucho caso, por eso lo estamos poniendo a cargo ─ me dice mi tío Marco y yo hago un puchero.

─No se preocupe, nos encargaremos de que esté en cama, durante las dos semanas ─ dice el abuelo Richard.

─No puedo estar encerrada en una habitación por dos semanas ─ le digo a todos, no voy a poder, me volveré loca.

─Si podrás ─ me dicen todos, entonces tocan la puerta y entra un repartidor con una gran ramo de Girasoles.

─¡Llévense esas flores!, ¡Lléveselas ahora! ─ digo aterrada.

No, no, no, no, no, no, no, no, no

No, Dios, por favor, no otra vez, no fue mentira, él de verdad está libre, él está libre de nuevo.

Erick Litman ◇Herederos Litman 3◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora