Erick Litman ◇Herederos Litman 3◇

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Pov Sasha

─¿No me volverás hablar?─ me pregunta Erick, estamos en el auto, en que me trajo a mí, los escoltas están afuera esperando a que terminemos de hablar y llevarme de nuevo al trabajo, aunque no sé bien si quiero hablar, pero Erick está claro que si quiere, suspiro.

─No sé bien qué te podría decir ahora o cómo debería de actuar contigo, ahora que sabes todo aquello ─ le digo.

─No tienes que cambiar nada, Sasha no es cómo si me hubiera enterado de todo hoy, lo sé desde el primer día en que empezamos a vivir juntos, y no ha habido problemas, ¿verdad? ─ cuestiona.

─No, no lo ha habido, es solo que, el saber que ya solo sabes .... me, me hace sentir cómo si estuviera desnuda a tu lado y de una muy horrible manera ─ intento explicarme cómo me siento con esto.

─Comprendo y cuando me enteré de todo entendí mejor por qué te costaba tanto hablar de ello, por eso fingía no saber nada, cómo te dije antes, lo que paso no te define, te definen, cómo lo superas y has estado haciendo un muy buen trabajo en ello, no quería ni quiero que te sientes incómoda conmigo o con nadie de la familia, porque ellos también lo saben ─ me dice y mi boca cae abierta.

─¿Ellos también lo saben?, ¿desde cuándo? ─ preguntó sorprendida e incrédula.

─Desde él mismo tiempo que yo ─ contesta ─ no, nos guardamos secretos en la familia y ninguno de ellos te ha tratado mal, ni mucho menos ─ dice

Es cierto, todos en su familia han sido muy amables, cómo si no supieran de nada de lo que me paso y sufrí, me tratan cómo alguien completamente normal y sin prejuicios.

─¿Y tu abuelo no ha cambiado de opinión? ─ le preguntó sorprendida. El señor Richard es notorio que es alguien muy estricto, siempre a dejado claro que solo quiere lo mejor para sus nietos y al inicio cuando él no paraba de insistir en que fuera la esposa de su nieto, no lo sabía todo, pero ahora...

─No, mi abuelo no es alguien que cambie de opinión o se retracte de sus palabras ─ dice ─ al enterarse de lo que paso, pues solo te tomó más cariño, para él tú eres una más de sus nietas ─ me dice.

─¿En serio? ─ le preguntó aun dudosa.

─Si quieres, le llamamos y preguntamos ─ dice sacando su celular.

─No, está bien ─ suspiro ─ hagamos de cuenta que no tuvimos esta conversación y sigamos cómo hemos estado hasta ahora ─ le propongo y él sonríe

─Me parece perfecto ─ dice el feliz tomando mi mano dejando un suave beso en ella.

─Dile al jefe de seguridad que no se quede con los correos ─ le pido.

─¿Por qué te interesa leerlos? ─ pregunta consternado.

─No los leo, nadie los lee, en realidad ─ le digo y explico lo que significan para mi ─ por eso estaba tan preocupada cuando dejaron de llegarme y pensé que se había escapado de nuevo ─ le explico.

─Bien, entiendo, hablaré con él para que cada vez que él envíe otro correo te llegué un aviso ─ me dice, me inclinó hacia él y le doy un beso en la mejilla.

─Gracias y que dejen de estar revisando mi correo, recibo muchos correos que son de carácter confidencial entre otras empresas y yo ─ le digo sería.

─No revisan tu correo, cuando nos casamos tu correo se incluyó en un filtro que manda una alerta cada vez que recibes un mensaje de amenaza, nada más, no revisan nada más ─ dice.

─Bueno, ya tengo que ir a trabajar, tengo tantas cosas que hacer ─ me rasco un poco la cabeza ─ al menos ya me podré encargar de todo sintiéndome más tranquila ─