Pov Erick
─Entonces, ¿solo lo ha mordido? ─ me pregunta Estefania.
Después que le cuento lo que mi bella esposa a hecho, aunque es más que evidente, Cedrick no paro de burlarse está mañana cuando las vio, Nathaniel también se rio, pero él no es tan escandaloso cómo Cedrick.
─Tambien tengo marcas de uñas en la espalda ─ le cuento.
─Hay por Dios ─ dice mi linda esposa cubriéndose él rostro con vergüenza.
─¿Hay algo que te esté molestando Sasha? ─ le pregunta.
─¿Aparte de está conversación? ─ le pregunta de regreso, suspira ─ no se me ocurre nada para arañarlo y morderlo de esa manera ─ dice ella.
─¿Ella habla al dormir? ─ asiento ─ ¿que ha dicho? ─
─Piensa que la voy a dejar ─ digo.
En los últimos días es lo que me dice, que no me vaya, que no la deje sola, no entiendo a donde ella piensa que me voy a ir, cuando dices esas cosas me araña, sujetándome fuerte lo que hace que sus uñas, aunque son pequeñas se me claven.
─Sasha, ¿algo que decir? ─
─Es un tema que podemos dejar para después, se que no es algo que pasara ahora de todos modos ─ contesta.
─Sasha, ¿de donde sacas que te voy a dejar? ─ le preguntó.
─Nos casamos por un año ─ dice.
─Me había olvidado de eso completamente ─ digo, de verdad que lo había olvidado, Sasha solo asiente y empieza a jugar con sus dedos de manera nerviosa, solo la vi hacer eso en aquel evento, porque se sentía incómoda con tanta gente.
─Sasha, dejamos a solas un momento ─ le pide Estefania.
─No, voy a hacer eso ─ niega mi esposa.
Ya no entiendo qué pasa,
Cómo ellas tienen bastante tiempo de conocerte, básicamente desde él tiempo en él que mi esposa dejaba de ser adolescente se comprende sin la necesidad de decir mucho, yo no, yo tengo que adivinar y no soy bueno adivinando.
─Otra vez te estás cerrando ─ le dice ella.
─Es lo que funciona ─ dice mi esposa.
─Un segundo ─ intervengo, porque esta conversación, no me está gustando ─¿qué hice mal? ─ es claro que lo que sea es porque algo hice yo o que no hice.
─Nada ─ dice Sasha
─Varias cosas ─ dice Estefania al mismo tiempo.
─Estefania no ─ le dice de nuevo.
─Sasha de otra manera no lo puede saber ─ le dice ella.
─No es cuestión de saber, yo ya me voy y Erick también ─ dice tomando mi mano para jalarme y sacarme de la habitación.
─Sasha, hablemos ─ le pido cuando estamos en el auto.
─Todo está dicho ─ dice ella sin mirarme.
─No es así, porque yo no entiendo nada de lo que paso ─ le digo.
─No, importa, nada de esto importa ─ dice mirando por la ventana.
─Fi....
─Paren el auto, quiero caminar ─ dice de repente, Anton que es quién conduce, se estaciona y mi esposa enseguida para el auto ─ te veo en casa ─ dice y cierra la puerta antes de que siquiera hable.
Por su puesto que bajo del auto y la sido, esto no se va a quedar así, no entiendo que pasa y sé que no es nada, porque si de verdad lo fuera ella no estuviera tan molesta cómo lo está.
─Vete a la casa Erick ─ me dice cansada.
─No voy a hacer eso ─ le digo firme.
Ella no dice nada y sigue caminando hasta llegar a una exclusiva tienda de ropa, en seguida una representante llega con demasiado entusiasta a atendernos, pero Sasha pasa de ella y se va a ver la ropa.
─A mí ni me mire, la que comprara es ella ─ le digo y yo voy hasta un asiento mientras sigue mirando las diferentes prendas que hay, entonces se me ocurre llamar a Estefanía, ella sabe que es lo que pasa.
─No es algo que haya hecho, es algo que no ha dicho y a Sasha le gustaría mucho escuchar, pero tampoco te lo dirá porque no es de la manera que ella quiere escucharlo ─ me dice y cuelga.
Sasha se está mirando vestido, ¿algo que no le he dicho?, ¿qué puede ser?, no entiendo nada, de verdad que soy malo para esto.
─Le queda muy bien ─ le dice la representante y cuando miro, Sasha tiene un vestido de seda de cuellos con una abertura en la pierna.
─Luces preciosa ─ digo ella me mira por un momento y vuele a los ventidores sin decir nada.
Se prueba, no sé cuantas cosas más en el probador, cuando termina, tiene más de seis bolsas en mano, pero no creo que haya terminado y tengo razón, porque saliendo de aquí se va a una de zapatos.
Ella mira pares y pares de zapatos, se prueba muchos, muchos de ellos que no puede usar porque son demasiados altos, pero a ella le gustan y se los compra también.
─La tarjeta fue rechazada ─ dice la cajera.
─Eso no puede ser posible ─ dice mi esposa, cierto, no le avise.
─Yo te lo explico ─ le digo a Sasha tomando su mano.
─¿Tú?, ¿qué le hiciste a mis tarjetas Erick?, ¿cómo es que pudiste hacer algo con mis tarjetas? ─ me pregunta sería.
─Pues cómo estamos casados, pues todo lo mío es tuyo, hable con el banco para que nos hicieran cuentas mancomunadas, por eso las tarjetas tenían un límite, las nuevas están en casa ─
─Erick no puedes hacer estas cosas sin decirme, además nos casamos por vienés separado ─ me recuerdo.
─Eso solo aplicará en caso de que nos divorciemos, mientras estemos casados y no será por un año, yo no quiero que sea por un año, te quiero demasiado para dejarte ir en ni momento ─ le digo.
─¿De verdad me quieres o solo hablaste con Estefania? ─ me pregunta ella mirándome con sospecha.
─Estefania habla en acertijos que no entiendo ─ digo ─ y claro que te quiero, estoy enamorado de ti, ¿por qué crees que hago todo lo posible para que estés cómoda y feliz a mi lado?, no quiero que te vayas nunca ─ le digo y para mi total sorpresa y confusión, ella sonríe, sonríe de oreja a oreja, luce cómo mis hermanas en navidad.
─Creí que no me querías ─ dice ella apenada.
─¿Por qué? ─
─Porque no lo habías dicho ─ dice simple.
Con que a esto es lo que se refería Estefanía, esto es lo que ella quería que le dijera, pero no entiendo por qué no quería que lo supiera, mi esposa es complicada, además si se lo había dicho, aunque sé que esas veces no cuentan por qué cuando lo hice ella estaba dormida.
─Bien desde ahora no voy a parar de decírtelo ─ le prometo besándola.
─Disculpen ─ nos interrumpe la cajera ─ si se llevara los zapatos ─
─Si cárguelos a esta tarjeta ─ le digo pasándole la mía para que cobre ─ ¿dónde vas a poner todos estos zapatos? ─ le preguntó a mi esposa, los estantes que había comprado ya están llenos.
─Ya compré nuevos estantes ─ dice con una sonrisa culpable.
─Vas a necesitar una habitación más grande o una casa para tus zapatos ─ le digo.
─Quien sabe, pero ahora quiero algo más ─ dice.
─Solo pídelo ─ digo tranquilo.
─Dímelo otra vez ─ pide dulce.
Solo en mi ultimo aliento dejaria a está mujer
─Te quiero, te quiero, te quiero...
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Erick Litman ◇Herederos Litman 3◇
Roman d'amourAmbos anhelan y al mismo tiempo le temen al amor, así que para que sus familias dejen de presionarlos para que se casen, ceden, pero bajo un acuerdo que los protege para que ninguno de los dos salga lastimado, pero la convivencia y el apoyo mutuo, a...