Proyecto L

Capítulo 12

Pasaron tres días completos en esa casa, querían descansar lo suficiente antes de dirigirse hacia el refugio BigBang, puesto que descubrieron que estaban en la ciudad de Incheon y sin un carro de por medio la travesía sería larga. En esos días Rosé y Jennie se dedicaron a enseñar a las gemelas sus nuevos nombres y responder a ellos. Al principio las zombies no comprendían lo que esas peculiares humanas repetían tanto, pero luego entendieron que se referían de una manera única a ellas y ambas sintieron tibio el pecho.

—¡Lisa, ven un momento!—Jennie vio como la mutante entró apenas la llamó—. Te voy a poner esto, ya que eres más fuerte que yo—le colocó una mochila llena de cosas indispensables y la mutante ni se inmutó, parecía que no cargaba nada.

—¿Por qué llevas la comida?—la rubia hizo un puchero.

—Porqué eres capaz de comerla toda y ni te atrevas a decir que es mentira—dijo ajustando las correas de la mochila.

—Está bien, la verdad no lo puedo negar—sonrió—. ¡Jisoo, ven, por favor!—ella ingresó enseguida a la habitación—. Te voy a poner esto ¿si?

Y al igual que Lisa, Jisoo cargaba otra mochila. Las gemelas no entendían porque les ponían esas cosas, si bien no les molestaba no sabían el propósito de ellas, no podían negar nada a las humanas y tampoco es como si les hicieran daño así que se encogieron de hombros.

—Ya estamos listas, es mejor irnos.

Jennie sujetó la mano de Lisa y Rosé hizo lo mismo con Jisoo con la finalidad de salir de esa casa. Lo que se podía destacar era que incluso después de encontrar ropa era que ellas en ningún momento les devolvieron sus abrigos, se sentían protegidas.

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Una vez en la calle avanzaron. Ambas dieron gracias a la persona adicta al camping y que era propietaria de esa casa. Encontraron un montón de cosas que les ayudaría a llegar al refugio y entre ellas se hallaba un mapa, si bien las chicas estuvieron antes en Incheon por sus viajes no quería decir que conocían cada calle de la ciudad, además, con la ayuda del mapa de seguro encontrarían atajos para llegar más rápido a Seúl y un punto a su favor era indudablemente las gemelas. Jisoo y Lisa con su mera presencia producían que los no-muertos desaparecieran en un rango bastante amplio creando un ambiente pacífico, sí, podían respirar con total tranquilidad.

Las muchachas conversaban de temas triviales mientras tanto las mutantes escuchaban, aunque no comprendían, les gustaba oírlas en especial cuándo reían.

—Lisa, espera, voy a sacar un bote de agua—la castaña recorrió el cierre y sacó ese preciado líquido, tomó un poco antes de entregarle a Rosé.

—Gracias, Jen. Sabes estuve pensando mucho...

—Puedes decirlo Rosie posi—mostró una sonrisa.

—Quizá debamos disfrutar que estamos aquí, ya sabes, como los viejos tiempos, después de todo Jisoo y Lisa nos van a proteger. No han mostrado señales de querer irse—la rubia miró fugazmente a Jisoo.

—¡Tienes razón, Rosie!—le pareció una maravillosa idea, y se preguntó por qué no se le ocurrió antes.

—¡Lo sé, verdad!—fue corriendo abrazar a la mayor.

—¡Incluso podemos enseñar a las gemelas el mundo humano!

—Jennie, no son extraterrestres, también fueron humanas—resaltó lo obvio.

—Puff, detalles Rosie, detalles. Yo propongo que nuestro primer destino sea un centro comercial—expresó con los ojos iluminados.

—Estoy completamente de acuerdo.