Capítulo 23

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Llegaron a las puertas del refugio y todo seguía igual, nada había cambiado.

—Jeongyeon, Momo ya saben que hacer, el instante en que entremos se van a la mecánica y las esconden, ustedes conocen mejor el lugar que yo, así que las dejo en sus manos—habló Jin por el intercomunicador.

—Entendido, más vale que se apresuren, Jisoo empezó a gruñir—Jeongyeon suponía que no estaba acostumbrada a estar en un espacio reducido como era el maletero.

—Ok. Todo está listo, que empiece el circo—finalizó Jin.

Jennie y Rosé regresaron a mirarse y se tomaron las manos, los nervios se apoderaron de ellas, solo desearon que no encuentren a las gemelas.

El gran portón se abrió dando acceso a los vehículos, se oyeron jadeos de asombro al ver los grandes trailers ingresar al refugio. Todos descendieron de los vehículos y unas voces conocidas se hicieron presentes.

—¡Jennie, Rosé! ¡Oh, por Dios, están vivas!—gritó Nayeon envolviéndolas en un cálido abrazo.

—¡Gracias al cielo están bien!—fue el turno de Sana.

Mina y Dahyun no dijeron nada, aún no asimilaban que ellas regresaron con vida, en cambio se dedicaron a abrazarlas, fue suficiente. Rebeldes lágrimas salieron sin su permiso, Rosé fue la que más lloró junto con Mina, ambas eran muy sensibles.

Con una mirada discreta Momo y Jeongyeon se dirigieron sigilosas a los vehículos sin tratar de llamar la atención, encendieron los motores y fueron a la mecánica, nadie las tomó en cuenta a excepción de dos personas.

Los residentes se hallaron felices al ver todas las cosas dentro de los trailers, agradecieron infinitamente al grupo de exploración.

—Rosé, Jennie, que alegría verlas de nuevo, pero ya saben las reglas, vayan con la doctora Bae, luego hablaré con ustedes—G-Dragon les mostró una sonrisa genuina—Tzuyu y Jin los estaré esperando en mi despacho con el reporte de la misión.

—¡Sí, Señor!—lo vieron retirarse.

—Bueno, creo que es mejor ir con la doc, ya regresamos—avisó la castaña sujetando la mano de su mejor amiga, era mejor apresurarse.

Fueron al consultorio de la doctora Bae y nuevamente hizo el mismo procedimiento la primera vez que llegaron al refugio, solo que esta vez enseñó una sonrisa por haber regresado vivas, sin dudas la doctora Joohyun era hermosa. Luego de acabar con el chequeo médico se dirigieron donde el líder.

—Todo va a estar bien Rosie, no te preocupes—la coreana la abrazó.

—Lo sé, solo estoy un poco nerviosa.

—Yo igual, los chicos nos ayudaron a crear una historia creíble que no involucre a Lisa ni a Jisoo, todo estará bien—apretó sus mejillas.

—Tienes razón y suéltame que duele—apartó las manos de la contraria.

—Así está mejor, vamos.

Ingresaron al despacho del hombre y lo vieron todo imponente sentado con una mirada firme y segura, las invitó a sentarse y que les contara que sucedió después de que no regresaron con su equipo. Las chicas relataron lo que vivieron ese tiempo y el como sobrevivieron, evidentemente las gemelas no fueron nombradas. Se turnaron para hablar y responder cualquier duda que tuviera el líder, quién no generó ninguna, simplemente escuchó con atención las vivencias de las chicas.

—Ya veo, me alegro que estén sanas y salvas. Pueden retirarse, y esta vez no hagan nada temerario—se puso de pie y suaves palmaditas fueron a parar en sus espaldas.

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