Las chicas miraban a sus copilotos por el rabillo del ojo, tal vez era porque en la noche no se apreció en detalle la belleza de las gemelas, fue todo lo contrario durante el día, eran muchísimo más hermosas. Lisa y Jisoo elevaron la comisura de los labios, fue suficiente para que casi chocaran.
—¡Por Dios, Rosie, concéntrate!—habló Jennie a través del woki toki.
—¡¿Yo?! ¡Tú eres la que esta adelante, Kim estúpida, casi nos matas!—sintió su alma abandonar su cuerpo.
—¡Ok, suficiente, bájate!—la castaña se estacionó y bajó del vehículo al igual que la rubia—. ¡Acércate, ardilla bruta, hoy te enseñaré a no meterte con Kim Jennie!—alzó la guardia con el ceño fruncido.
—¡¿Y qué vas hacer?! ¡¿Acaso me vas a vestir con tu patético Chanel?! ¡Por cierto, tienes pésimo gusto!—Rosé imitó a la mayor.
—¡Oh no, eso sí que no, más te vale rezar, Park Roseanne! ¡Y es mejor que le digas a Jisoo que te muerda porque de aquí sales muerta o muerta!
Se abalanzaron entre sí y antes de arrancarse los cabellos las gemelas intervinieron, las cargaron como un saco de papas mientras pataleaban y gritaban que les dejen seguir con su pelea. Los ojos de Rosé y Jennie se encontraron y alzaron el dedo del medio al mismo tiempo antes de perderse de vista.
—¡Lalisa, bájame este mismo instante!—la gemela la puso en el suelo con delicadeza y antes que se vaya corriendo en busca de la otra humana, la abrazó.
Se quedó congelada, casi al instante relajó los músculos y devolvió el gesto que sin duda la hizo sentir mejor. No sabía porque reaccionó así instantes atrás, bueno, Chanel es sagrado y nadie se mete con su marca favorita de ropa, pero no sabía porque estaba... ¿estresada? Ella regresó a ver a Lisa y supo que la palabra estresada no era, porque sin duda era nervios, Lisa le provocaba nervios.
Jisoo la sentó en el capo de un carro y vio que la humana se cruzó de brazos e hizo un mohín, la gemela frotó su nariz con la esperanza de verla sonriente de nuevo y funcionó. Recargó la cabeza en la coronilla de la contraria. Rosé ocultó su rostro en el cuello, se estaba convirtiendo en costumbre esa muestra de ¿afecto? Lo que sea, porque sus ánimos volvieron a la normalidad, fue muy raro lo que pasó minutos atrás, miró a los ojos de Jisoo, y sí, fue raro.
Las chicas ya más tranquilas y con los pensamientos ordenados fueron a disculparse entre ellas, se dieron un fortísimo abrazo y besos en las mejillas, no podían estar tanto tiempo enojadas entre ellas.
Ahora, simplemente ignoraron el porque se pusieron así, bueno, ambas lo sabían, mientras no lo digan en voz alta nada es real, ellas lo sabían a la perfección, se conocían como la palma de su mano y lo que las mejores amigas guardaron en un silencio receloso es que la presencia de las gemelas les alteraba... ¡algo, les alteraba algo y punto!
—¿Ahora a dónde vamos?—inquirió la castaña apoyada en el vehículo.
—Podemos ir a un karaoke—dijo con la mano en el mentón.
—Excelente idea, Rosie posi, andando.
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Así recorrieron las calles en busca de un karaoke el cuál encontraron veloz, estacionaron cerca los vehículos y fueron al establecimiento. Ingresaron a una de las habitaciones más grandes verificando que ningún fallecido se encuentre allí, no soportarían el olor a putrefacción en un cuarto cerrado. Una vez listas prepararon todo para el show. Rosé y Jennie decidieron cantar en dúo primero, escogieron la canción y comenzaron.
Para Lisa y Jisoo era la primera vez que escuchaban las voces de esas humanas de esa manera, pero sin duda, la palabra correcta sería hermosa, hace unos días ellas les enseñaron el significado de esa palabra el cuál de inmediato asociaron con ellas, las humanas eran hermosas.
Acabaron con la canción eufóricas y el corazón rebosante de diversión, pero ahora era el turno de Rosé para cantar.
—¡Vamos, Rosie, Rosie, Rosie!—gritaba la coreana animándola.
Ella no se hizo de rogar y de inmediato puso la canción que tenía en mente apenas pisó el sitio, carraspeó dos veces antes de mostrar su hermosa voz.
Jisoo no podía apartar la vista, solo era capaz de escuchar la voz de esa tierna humana, ignoró a Jennie y a Lisa que gritaron para animar a la cantante, bueno, Lisa solo rugía y al parecer la castaña estuvo muy satisfecha con eso, al mismo tiempo, Jisoo se mantuvo como una estatua, quiso ir a su lado y lo llevó a cabo, sus pies actuaron más rápido que su cerebro zombie. Se paró a su lado y la vio encantadora, gruñó sonriente e imitó los movimientos de la rubia.
Rosé no dejó de cantar en ningún momento incluso cuando la gemela se acercó a ella con una sonrisa deslumbrante y cantó con más fervor al notar como se divertía a su lado, terminó la canción y Jisoo la rodeó con sus brazos, recostó su cabeza en el pecho de la zombie quién la apegó más ella.
—Muy lindo y todo ¡pero es mi turno! ¡Vamos Lisa, es hora de enseñarles quiénes cantan mejor!
Rosé y Jisoo se apartaron ante la interrupción de Jennie, fueron a sentarse y contemplaron que Lisa tenía unas ¿maracas? De seguro las encontró tiradas por ahí. La coreana comenzó a cantar y por unos segundos Lisa no reaccionó por estar contemplando a esa bella chica de facciones gatunas, su mirada era cautivadora al igual que sus movimientos, salió de su ensoñación al recibir un pequeño golpe por no estar moviendo las maracas. Jisoo notó algo brillante escondido entre los muebles, lo extrajo y le mostró a Rosé.
—¡Es un cámara! Ojalá funcione...—enfocó la cámara y apretó el botón, salió una foto en la parte inferior—. ¡Siii, hagamos una selfie!
Las chicas disfrutaron de tomarse fotos con las gemelas, hacían muecas chistosas. Los gritos, gruñidos y rugidos se oían por toda la habitación, se divirtieron como nunca hasta que decidieron que era hora de irse. Salieron afónicas del sitio.
—Ya regreso, creo que las llaves se me cayeron en la sala—dijo Jennie corriendo al cuarto de karaoke—. Por aquí deben estar...—escuchó la puerta abrirse y pegó un brinco en el sitio, era Lisa—. ¡Algún día me vas a matar del susto! Bueno, ayúdame a encontrar las llaves.
Así ambas se enfocaron en hallar las benditas llaves que se encontraban debajo de la mesita y a la coreana se le bajó la presión al ver como una enorme araña salía debajo de la mesita, pegó el grito en el cielo y se colgó en Lisa como un koala.
—¡Lisa, pisa esa araña, rápido! ¡Lalisa, no te quedes ahí parada!—habló tan rápido que la zombie apenas entendió—. ¡Písala, rápido!
Con la mirada vio que era lo que le hizo ponerse de esa forma a la humana y observó como una pequeña cosa con varias patas se movía con rapidez ¿por qué gritaba por algo tan pequeño? ¿Era peligroso para los humanos? Ese pensamiento le causó acidez en el pecho, así que fue y pisó a ese ser con todas sus fuerzas, destruyó el piso. Fue por las llaves y salió de la habitación con Jennie aun colgada a ella.
—Gracias, Lisa...
La mutante no le permitió bajarse sin antes recibir un beso en la cabeza, fue un tacto efímero, pero que efectivamente cumplió su cometido, hacerle olvidar el mal rato. No dijo nada y arrastró a Lisa con ella al vehículo, mañana sería otro día.
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Proyecto L
FanfictionJennie y Rosé han sido las mejores amigas desde que tienen memoria, siempre han sido ellas dos, incluso cuando el mundo llegó a su fin de la forma menos y más inesperada. Después de cuatro años siguen unidas, pero ahora deben sobrevivir. ¿Qué suced...