Proyecto L

Capítulo 33

Nadie hizo el intento de moverse, las chicas creyeron estar en un mal sueño, no podían creer que G-Dragon esté enfrente de ellas con una expresión imperturbable, como si él estuviera al tanto de todo y, sí, él lo sabía. Jennie intuyó que desde un principio el jamás creyó toda la historia que le contaron, simplemente fue condescendiente con ellas y la prueba fue que Seulgi las estuvo vigilando todo el tiempo, todo el tiempo estuvieron bajo la mira de G-Dragon.

Las gemelas al ver como sus humanas expedían miedo por cada uno de los poros las colocaron a sus espaldas, la fuente de su miedo era ese hombre y gruñeron alarmando a las dos personas que lo acompañaban quiénes no dudaron en alzar sus armas y apuntarles, de ser necesario abrirían fuego para proteger a su líder.

—¡Noo! ¡Alto, no disparen!—gritó Jin.

Todos sus amigos se enteraron de lo que ocurría, gracias a Nayeon, de vez en cuando ser chismosa tiene su utilidad.

—¡Aléjate, Jin! ¡Esto no es con ustedes!—Namjoon seguía apuntando a las mutantes.

—¡No, Nam, ellas son buenas!

Cada vez la situación se tornaba más delicada tanto que Lisa y Jisoo empezaron a ponerse en posición de ataque, las chicas se aferraron a ellas en un intento de tranquilizarlas.

Un sonoro aplauso inundó la pieza, ese sonido hizo despejar sus pensamiento, fue G-Dragon.

—Mejor. Ahora quiero que todo el mundo se calme, ustedes bajen sus armas—ordenó el hombre.

—¡Pero, GD!—replicó Seulgi.

—Dije que bajen sus armas, es una orden—sus escoltas hicieron lo ordenado, aunque algo desconfiados—. Por lo visto ustedes ya sabían de las mutantes, no están sorprendidos—les dio una mirada severa—. En cuanto ustedes señoritas, por favor tomen asiento.

Jennie y Rosé se miraron y asintieron, con suavidad convencieron a las gemelas que no había peligro y que se sentaran junto a ellas, Jisoo y Lisa con cautela realizaron la acción de sus humanas con la diferencia que sus ojos se mantuvieron estáticos en el líder.

—Ahora quiero la verdad que se negaron a decirme cuando hablamos, y chicas está bien subestimarme una vez, pero no dos veces, así que las escucho.

Jennie fue la primera en hablar y contar todo al respecto de su encuentro y convivencia con las gemelas, no pasó ningún detalle por alto porque sabía que G-Dragon gozaba de poder, tal vez no físico, pero sí en cuánto a expulsarlas del refugio y la verdad no quería irse por el hecho en que extrañarían a sus amigos, después de todo, comprobaron de primera mano que eran capaces de sobrevivir en el exterior sin problema alguno porque ellas tenían algo que nadie más poseía, el amor de las mutantes más fuertes conocidas hasta el momento.

G-Dragon no era tonto, sabía que un movimiento en falso y le costaría su vida, pero él sabía muy bien que cartas jugar para ganar y, por supuesto, su carta vencedora era su increíble habilidad de guiar la conversación.

—La verdad no me importa si son novias, amantes, esposas o lo que sea de Jisoo y Lisa, de por sí todos ya estamos locos, que ustedes caigan ante un amor más loco es cuestión suya, pero lo que sí me importa es su falta de consideración y responsabilidad para con los residentes del refugio.

—Pero no iban aceptar que vivan aquí—contestó Rosé con la mano unida a Jisoo.

—¿Cómo sabes que no iban aceptar cuando ni siquiera les dieron la oportunidad de elegir? Soy responsable de cada una de las vidas dentro del refugio y el hecho de que ustedes hayan ingresado a las mutantes sin mi permiso es un incumplimiento a sus deberes y con esto me refiero a todos ustedes—regresó a ver a todos los implicados quienes agacharon la cabeza.

—Pero, Señor ellas no han intentado comernos ni nada por el estilo, puedo asegurarlo—habló Chaeyoung en defensa de las gemelas.

—Puedo verlo, aún estamos vivos o hubiera sido una masacre al igual que SM—oyó como tragaron grueso—. Aunque tengo entendido que ustedes lo hicieron—posó su vista en Lisa y Jisoo—, en fin, si quieren que Jisoo y Lisa vivan aquí tendrán que seguir mis órdenes y mi primera orden es que me sigan, andando—se puso de pie y caminó hacia la puerta—. Cierto, les sugiero que las mutantes estén en el centro.

Los demás no entendían a qué se refería, pero cayeron en cuenta que G-Dragon trataba de cubrirlas para que las personas no se percataran de su presencia, así todos se colocaron alrededor de ellas y siguieron al líder, a nadie le pareció raro el pequeño tumulto que seguía al hombre, dedujeron de que se trataba de alguna clase de reunión y continuaron con lo suyo. 

Aún seguían desconociendo las intenciones del hombre al llevarlas a un sitio determinado, sitio desconocido hasta que llegaron, la clínica. Se preguntaron qué hacían en ese lugar, pero muy pronto tendrían respuestas e ingresaron. Como siempre el lugar se halló limpio y ordenado, listo para cualquier adversidad que se presente.

Al parecer la doctora Bae no se encontraba en su puesto de trabajo y el líder envío a Seulgi a traerla lo más pronto posible, la mujer asintió y fue de prisa buscando a la doctora.

—¿Por qué estamos aquí?—Jennie tenía muchas interrogantes.

—Se puede decir que tengo muchas dudas sobre Lisa y Jisoo, porque si es verdad absolutamente todo lo que dijeron entonces, ¿por qué son diferentes a los demás zombies?—G-Dragon colocó su mano en el mentón.

—¿Acaso van a experimentar con ellas?—la australiana comentó con un atisbo de enojo en su voz.

—No, claro que no.

—¿Entonces?—esta vez fue Jeongyeon.

—Bueno, debo asegurarme de que jamás tengan la necesidad de comer humanos, es mi responsabilidad—y con eso terminó el diálogo.

Todos se mantuvieron absortos en sus pensamientos, hasta que escucharon pasos aproximarse a ellos. La doctora Joohyun ingresó junto a Seulgi y el tiempo se detuvo, se formó un extraño ambiente lleno de tensión entre las gemelas y la doctora, se miraron fijamente intentando de descifrar si a quién estaban viendo era real, auténtico. Con una fina y aguda voz Joohyun dijo:

—Son ustedes... 023, 031...

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