Capítulo 4

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A la mañana siguiente dos muchachas perezosas se despertaron con una sonrisa en sus caras, sin preocuparse por nada. La primera de salir de la cama fue Jennie, se encaminó directo a la ducha, desde lo profundo de su ser salió un sonido de satisfacción al sentir después de mucho tiempo el agua caliente recorrer su piel, se tomó su tiempo en disfrutarlo.

Al salir notó a Rosé con su carita adormilada, le sugirió que fuera a bañarse y a los pocos minutos escuchó un gritito de regocijo. Una vez ambas ya vestidas salieron del departamento y no vieron a nadie, fueron al comedor guiadas por los rótulos, entraron y se percataron que había varias mesas, las miradas se posó en ellas y comenzó los cuchicheos.

—Chicas, que bueno verlas, vengan les quiero presentar a mis amigas—dijo Nayeon mostrando su linda sonrisa de conejo.

—Hola Nayeon—saludaron al unísono.

—Pero primero vamos por su almuerzo, durmieron bastante, se saltaron el desayuno.

—No puede ser, me perdí el desayuno—se lamentó Rosé con una mueca.

Las chicas recogieron sus alimentos y fueron a la mesa.

—Hey, les quiero presentar a Kim Jennie y Park Roseanne—las señaló y ellas saludaron con la mano—Ellas son Minatozaki Sana, Myoui Mina y Kim Dahyun.

Las nombradas les dieron una cálida bienvenida y congeniaron rápidamente, el tiempo pasó volando hasta que terminaron de comer, Rosé estaba que lloraba de felicidad por lo buena que estuvo la comida.

Se despidieron de las chicas y fueron directo a al despacho de G-Dragon como les avisó Jihyo. Ingresaron sin contratiempos, al parecer los guardias fueron notificados que ellas irían, encontraron la oficina del hombre y tocaron antes de acceder.

—Buenas tardes chicas, espero que su estancia sea de lo más cómoda.

—Hasta ahora va muy bien, gracias por preguntar—sonrió la castaña amable—. ¿Y bueno para que nos llamaste?

—Como pueden ver aquí en BigBang cada uno de nosotros tiene un rol, la verdad desearía que alguna tenga conocimientos médicos, estamos cortos de personal—mostró una mueca al ver que ambas negaron con la cabeza—. Ya veo, llenen estos papeles y los entregan a Jimin, está afuera a la izquierda. Pueden entregarlos hasta hoy en la noche, tengan un buen día—se despidió con su característica amabilidad—. Casi se me olvida, si tienen alguna duda pueden preguntarme a mí o a Jimin.

Ambas salieron del despacho y se sentaron en unos cómodos sillones, estudiaron las hojas con la mirada.

—Piden información básica, nuestros nombres, edad, grupo sanguíneo... el rol que queremos desempeñar—habló Jennie con fastidio.

—Mira, hay electricista, mecánico, cocinero y demás cosas—al igual que la castaña, Rosé lo encontró desalentador.

—Rosie, encontré algo—señaló la casilla uso de armas de fuego—. Tenemos buena apuntaría.

—Mmm... no me convence, pero estamos familiarizadas con eso. Podemos preguntar por información al tal Jimin—razonó la rubia para luego ambas ponerse de pie e ir donde él.

Caminaron hacia donde el líder les indicó y vieron a un chico joven con lentes escribiendo sobre unos papeles.

—Buenas tardes, ¿eres Jimin?—preguntó Jennie.

—Oh, hola chicas, sí soy Park Jimin, el jefe me notificó que vendrían, no pensé que fuera tan pronto—les dio una hermosa sonrisa—. ¿En qué puedo ayudarlas?

—Bueno tenemos dudas con eso de los roles y queríamos saber que se hace exactamente en uso de armas de fuego—la de los rasgos gatunos guardó las manos en los bolsillos.

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