Jeongyeon buscó en cada rincón a Nayeon, no la hallaba por ningún lado y por más que preguntaba por el paradero de la chica nadie sabía nada. Cabizbaja se dirigió a la mecánica, debía tener el vehículo listo y sin fallas para la misión de mañana. Ingresó al sitio y le pareció raro que este con las luces encendidas, tal vez Momo estaba allí, más vio a la chica dientes de conejo.
—Hola Avestruz ¿por q...?—Nayeon no tuvo tiempo de terminar su oración cuando sintió los fuertes brazos de la chica rodearla—¿¡Qué pasa, por qué me abrazas?!
—Solo... solo déjame estar un momento así, por favor.
Oyó el tono suplicante de la contraria lo cual le pareció sumamente raro, pero no iba a negar que le encantaba estar así con ella, en un momento íntimo. Recostó la cabeza en su pecho y le devolvió el abrazo, olía a lavanda, se convirtió en su nuevo aroma favorito.
—¿Está todo bien, Jeon?—se preocupó.
—Yo... yo tengo algo importante que decirte. Ven vamos a sentarnos—de forma delicada sujetó su mano y la llevó a unas sillas—. Siéntate, por favor.
—¿Qué pasa? Me estas asustando.
—Me gusta asustarte—rio cuando recibió un manotazo, tomó aire y continuó—. Mañana voy a ir a una misión.
—Oh, pero siempre vas a misiones—aunque no lo quería admitir, siempre se preocupaba un mundo cuando se iba—. ¿Qué hay de diferente esta vez?
—Puede que no vuelva...—miró como Nayeon se puso pálida.
—¡¿Cómo que no vuelvas?! ¡No es gracioso, Yoo Jeongyeon! ¡No juegues con eso!—se paró con lágrimas contenidas en los ojos.
—¡No estoy jugando! No estoy jugando... esta misión es categoría Emperador y sabes lo que pasa con estas misiones.
—¡Entonces no vayas, hazte la enferma si quieres te rompo el brazo, pero no te vayas, por favor...!—rompió en llanto al imaginar que no vería más a la chica alta.
—Coneja no llores, mírame ¿si?—con la mano acarició la mejilla y levantó la mirada—. Aun llorando eres tan hermosa, pero más me gusta tu sonrisa.
—¿Jeon?—observó los ojos de esa hermosa chica alta que le arrebataba el aliento.
—Me hubiera encantado hacerlo en una ocasión más especial, porque eso es lo que eres para mí, la chica más especial del mundo Nayeon, me gustas.
Sus labios por fin se encontraron en un inocente beso transmitiendo todo lo que no podían expresar con palabras, cerraron los ojos y las manos de la chica más alta fueron a parar a su cintura y la otra posó las manos en su cuello, se paró en puntitas, era todo lo que necesitaban. Ambas se separaron sin apartar la mirada.
—Solo dame una oportunidad, Coneja. Sé que puedo hacerte la mujer más feliz del mundo, puede que sea idiota, pero esta idiota esta rendida a tus pies—con el pulgar rozó los labios de Nayeon.
Nayeon no cabía de la felicidad, por fin la chica que tanto quiere corresponde sus sentimientos. Al ver que la muchacha no decía nada, Jeongyeon pensó que no era correspondida, se alejó con tristeza.
—Lo siento, pensé que sentías lo mismo por mí... no te preocupes, no voy a incomodarte.
Ella al ver que se iba a ir reaccionó rápido y estiró las manos jalando la camiseta, unió de nuevo sus labios.
—Me gustas, Avestruz. Me gustas tanto que siento que voy a morir de felicidad—las lágrimas recorrieron sus mejillas.
Se abrazaron con fuerza deseando que el momento sea eterno, después de unos minutos se alejaron.

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Proyecto L
FanfictionJennie y Rosé han sido las mejores amigas desde que tienen memoria, siempre han sido ellas dos, incluso cuando el mundo llegó a su fin de la forma menos y más inesperada. Después de cuatro años siguen unidas, pero ahora deben sobrevivir. ¿Qué suced...