Los días y semanas trascurrieron antes de decidir que era hora de volver al refugio, en ese intervalo de tiempo se unió otro integrante a las muchachas, un perro blanco de nombre Dalgom que lo encontraron deambulando en la sección de juguetes para perros. Lo peculiar de este peludo es que tenía un amor-odio con Lisa, era gracioso porque ambos se molestan. Los animalitos eran muy pegados a ellas en especial Kuma con Jennie, Rosé con Hank, Lisa con Leo y Jisoo con Dalgom, el último dúo era caótico.
—Jennie, ¿dónde Rosé?—preguntó Jisoo mirándola.
—Oh, Jisoo. Rosé está con Lisa jugando afuera con los peludos, no te preocupes. Mejor ven y ayúdame con esto—señaló unas cajas.
La mutante asintió y ayudó a la castaña a llevar esas cajas a los trailers. Dejaron un espacio para ir a la botánica a recoger las semillas, raíces, tallos y tubérculos que dejaron atrás, anhelaban con todo su corazón que la tierra del refugio sea fértil. Una vez terminado ambas fueron a ver al resto y las vieron jugando a lanzar la pelota, Lisa también iba tras ella cada que Rosé la arrojaba.
—¡Jennie, jugar pelota!—gritó Lisa con el juguete en la mano, aunque antes lo estaba mordiendo.
—Después Lisa, es tiempo de irnos—le acarició la cabeza—. Rosie, ¿no te olvidas de nada?
—No, unnie. Todo está listo—la rubia fue abrazar a Jisoo.
—Entonces vámonos—la coreana mostró su sonrisa gomosa.
Se pusieron en marcha a la botánica. Pensaron en lo rápido que el tiempo pasó, ahora Lisa y Jisoo podían comunicarse con ellas hilando oraciones aunque sin tanta fluidez, pero se entendía, eso era lo importante.
Y no podían negar lo absurdamente esenciales que se volvieron las gemelas en sus vidas, ahora Rosé y Jennie no eran capaces de permanecer lejos de ellas. En la actualidad Jisoo y Lisa duermen con ellas, o bueno, las gemelas velan su sueño, ya que no dormían por su condición y cabe destacar que dormir entre sus brazos se siente realmente bien.
—Rosie quédate cuidando los trailers junto con Jisoo y los peludos, yo iré con Lisa—habló la castaña por el woki toki.
—Ok, Jen.
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Estacionaron los vehículos y solamente Jennie descendió de él junto con Lisa quién le extendió la mano, ambas fueron caminando agarradas las manos, se volvió costumbre. Se encaminaron al pequeño almacén sin prisa.
—Jennie, flor—señaló la mutante una rosa roja.
—Es muy bonita.
La zombie fue hacia la flor y la capturó delicadamente, no quería estropearla, todo bajo la atenta mirada de Jennie.
—Flor hermosa, Jennie hermosa, flor es Jennie—le extendió el pequeño ejemplar con una gran sonrisa.
—Y-yo... umm... muchas gracias, Lisa—tomó la flor con un ligero temblor en las manos.
Se maldijo mentalmente cuando tartamudeo. Sentía la cara quemar con las acciones inocentes de Lisa, ella le seguía poniendo nerviosa. ¡Por Dios, era Kim Jennie! No era posible que una zombie le pusiera nerviosa, es simplemente imposible porque eso significaría... ¡significaría nada, sí, nada! Últimamente sus emociones se salían de control, suspiró.
Eres demasiado, Lisa, bajó la mirada hasta ver la flor entre sus dedos, con lentitud acercó su nariz y aspiró el gentil aroma que desprendía la rosa, gentil como Lisa, sonrió.
Apartó sus pensamientos y los colocó en el rincón más alejado de su mente, lo ha estado haciendo durante un tiempo, pero recientemente se ha vuelto ineficaz. Cada pensamiento sobre Lisa fue como una gota de agua que se ha ido acumulando hasta desbordarse, ahora parecía un río con corrientes salvajes azotando cada rincón de su cerebro y, aun así, prefería ignorar, ignorar es fácil, mucho más fácil de aceptar algo que no quería ni era capaz de sobrellevar.
—Vamos Lisa, las chicas nos están esperando—la vio asentir.
Todo estará bien.
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Afuera se hallaban Jisoo y Rosé con sus mascotas. Ninguno de ellos portaba correa al explorar cerca de ellas, excepto Dalgom, él era un rebelde sin causa.
—Jisoo, me puedes pasar la botella de agua, por favor.
—Sí, Rosé.
Caminó hasta el lado del conductor en donde la humana ponía el agua y por el rabillo del ojo notó una pequeña cosa dorada debajo del asiento, la atrapó entre sus dedos y se percató que era esa cosa café que tanto le gustaba comer, la palabra correcta sería chocolate. Cerró la puerta y fue con el dulce, de seguro le mostraría esa sonrisa tan preciosa.
—Rosé, agua—le tendió la botella.
—Gracias, Jisoo. Me moría de la sed—bebió la mitad de la botella.
—Rosé, sorpresa—elevó la comisura de los labios.
—¿Sorpresa?—inclinó la cabeza.
—Sí, sorpresa. Sorpresa gusta a Rosé—con la manos indicó que se cubra la ojos.
—¡¿Tienes una sorpresa para mí?! ¡Gracias, Jisoo!—giró en su eje dando pequeños saltitos mientras aplaudía alegre.
—Ojos, Rosé—señaló nuevamente.
—¡Oh, cierto, cierto!—cumplió el pedido de la zombie.
—Abre ojos.
—¡Oh, por Dios! ¡Es mi chocolate favorito! ¡Muchas gracias, Jisoo!
Los ojos de la humana se iluminaron como el sol, poseía una mirada resplandeciente y fue suficiente para que la gemela inflara el pecho orgullosa, era la causante de aquello. De inmediato la australiana devoró el manjar con satisfacción, pero se vio interrumpida al sentir el frío toque de la mutante en su mejilla. La acarició con devoción, el pulgar bajaba y subía a un ritmo pausado y cautivador. Rosé intuía que Jisoo tenía una pequeña debilidad por sus mejillas, en especial cuando come y las llena de comida pareciéndose a una ardilla.
La mirada de ella se conectó con la de Jisoo y cayó en un magnetismo casi perverso, ninguna era capaz de apartar la mirada. Sin ser conscientes de ello sus ojos dieron un veloz viaje a los labios de la contraria para luego regresar, ambas se fueron acercando con tortuosa lentitud y cerraron los ojos hasta que sus labios se encontraron en un casto beso, apenas fue un roce, pero lo sintieron dulce.
—¡Rosie, mueve tu lindo trasero y abre la caja del tráiler!—gritó Jennie.
Ella al escuchar el grito a lo lejos salió de su burbuja y empujó a la gemela, se cubrió los labios con la mano sin poder creer lo que hizo, había besado a Jisoo. La zombie seguía perdida, no sabía lo que pasó, pero quería repetirlo, más se abstuvo de hacerlo al darse cuenta la cara asustada de Rosé, su pecho se encogió ¿hizo algo mal? ¿La había hecho daño? Sintió un pinchazo en la médula.
—¡Rosé, te dije que...! ¿Por qué estás roja?—la coreana notó la mirada ausente de su mejor amiga.
—¿Eh? ¡No, no es nada! ¡Ya voy abrir!—fue corriendo a la parte trasera del vehículo.
—Umm... ¿ok?—enarco la ceja, volteó a ver a la zombie—¿Jisoo, estás bien?—no respondió y se limitó asentir con una mueca—. Bueno, ven. Deja que Lisa y Rosie ordenen lo que trajimos. Vamos por lo restante.
Lisa reparó en que algo le sucedía Jisoo, pero por el momento terminaría de hacer lo que le dijo Jennie, luego hablaría con ella.
Si les gustó voten, comenten o síganme (^-^)/, ¿por qué creen que reaccionó así nuestra rosita? Los leo xD
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Proyecto L
FanfictionJennie y Rosé han sido las mejores amigas desde que tienen memoria, siempre han sido ellas dos, incluso cuando el mundo llegó a su fin de la forma menos y más inesperada. Después de cuatro años siguen unidas, pero ahora deben sobrevivir. ¿Qué suced...