La felicidad que transmitía el equipo Romeo y Julieta no lo podía quitar nadie, sus corazones estaban gozosos y llenos de dicha. Hoy la misión sería un éxito, sin importar que, debían volver con su amor y lo lograrían.
—Sé que están felices, yo también lo estoy, pero necesito que se concentren. De nuestro plan depende si regresamos vivos o no—Jin los observó a cada uno—. Bien, estamos aquí y el hospital queda a quinientos metros al norte, según los datos recopilados hay como cien zombies, dos bolt, un kong, triturador y diablillo.
—Nuestra meta es hacer una distracción para ingresar con la menor cantidad de zombies posible. Así que aquí entran Momo y Jeongyeon—señaló Tzuyu a las nombradas—. El éxito de la misión depende de que ustedes coloquen las bombas y hagan explotar en este edificio, el estruendo atraerá un gran número de zombies así que deben ser rápidas y huir de ahí ¿entendieron?
Ellas asintieron, siguieron con el plan y cuando fue el momento, todos se abrazaron en grupo, después de todo la muerte siempre llega cuando menos te lo imaginas. Cada uno se puso en la posición que les correspondía y el show empezó. Una gran explosión se vio a lo lejos acompañado de un gran estruendo y los zombies no dudaron en ir hacia allí, fue el momento para actuar.
Ingresaron al sitio en busca de los suministros médicos, trataron en lo posible no usar las armas de fuego y mantenerse en el anonimato, lo cual funcionó muy bien hasta llegar a donde se supone estaban los medicamentos, llenaron las maletas hasta estar repletas. Se encontraron felices, la misión resultó menos complicada de lo esperado.
—Jeongyeon, Momo, tenemos el objetivo. Las esperamos en el punto de extracción y recue...—Jin dejó de hablar al ver al triturador corriendo directo hacia ellos.
—¡A sus posiciones!—gritó la taiwanesa comenzando a disparar.
El triturador tenía aspecto similar a una serpiente, te envolvía en sus brazos sin la posibilidad que te muevas hasta que abría sus grandes fauces, al comer el sonido era horripilante, los huesos crujían.
Rosé y Jennie apuntaron a la cabeza al tener la mejor puntería, pero el mutante era escurridizo. Corrieron a la parte trasera, ya hicieron mucho ruido y de seguro ya vienen por ellos.
—¡Aquí hay un diablillo!—Suga empezó a dispararlo.
El diablillo era como un duende con una sonrisa espeluznante, su objetivo era ir por las piernas e inmovilizar a la presa.
Continuaron hasta entrar a un cuarto, pusieron seguro y colocaron muebles en la puerta para que no pudieran acceder.
—Esperemos un momento, cobren energías y hagamos otro plan—Jin se secó el sudor con la mano.
—Creo que será lo mejor—comentó Rosé apoyada en la pared.
Todos se hallaron inmersos en sus pensamientos hasta que fue el momento de idear otra estrategia el cuál determinaron en que bajar por la ventana usando las sábanas era la mejor opción, por lo menos llegarían al segundo piso al estar ellos en la cuarta planta. Sin demoras amarraron las sábanas y descendieron por ella, el primero en bajar fue Jin, se aseguró que la zona fuese segura, con un gesto les indicó que bajarán con cuidado.
Al estar todos abajo se dirigieron a la salida, estaba despejado y salieron. Ya casi llegaban a la primera planta, no obstante, lo que no esperaron era encontrar otro grupo ahí, dos grupos de cinco hombres para ser exactos y no eran del refugio.
—Chicos si no quieren morir entreguen todo, incluidas las chicas, no se preocupen las vamos a tratar súper bien—el hombre se relamió los labios.
—Tienes mierda en vez de cerebro porque no entregaré nada y menos a mis amigas—Jin y Suga se pusieron al frente.
—Respuesta incorrecta—uno de ellos disparó a Chaeyoung en el hombro.
—¡Imbécil! ¡¿Por qué le disparas a la chica!? ¡Ahora no podremos jugar con ella!—el líder le dio un puñetazo al otro.
Jennie estaba por disparar, pero el triturador devoró a uno de los hombres sin piedad. Todos se congelaron por unos segundos.
—¡Disparen!—ordenó el líder—. ¡No dejen que se escapen, en especial las chicas, las quiero vivas!—dijo al verlos correr.
Huyeron de ahí, pero era más complicado, los zombies estaban por doquier y Chaeyoung no podía disparar, bajaron al primer piso haciendo todo lo posible, pero los hombres no se rendían, no iban a dejar escapar a mujeres tan hermosas.
—¡No estamos llegando a ningún lado, toma!—Jennie extendió su maleta a Jin—. ¡Váyanse, yo los cubro desde aquí!
—¡¿Acaso estás loca?! ¡No te vamos a dejar aquí!—gritó Tzuyu mientras se cubría.
—¡No estoy pidiendo tu permiso, lo voy hacer!
—¡No quieras hacerte la heroi...!—la cara de Tzuyu fue ligeramente volteada hacia un lado, Jennie le había dado una cachetada.
—¡Idiota, piensa en la misión, muchas personas morirán si no llevamos las medicinas y Chaeyoung se está desangrando! ¡Además Sana te espera, Tzatan bruta!—todos sabían que la castaña tenía razón, si morían todo estaría perdido—. ¡Ahora váyanse, los cubro!
Con un lo siento y lágrimas recorriendo sus mejillas se fueron haciéndole prometer que sobreviviera hasta que ellos llegaran a buscarla.
—¡Puff, como si fuera a morir, aún no doy ni mi primer beso!—se dispuso a disparar.
—¡Aún no damos, unnie!
—¡¿Rosé, que haces aquí?!—la rubia se hallaba a su lado disparando.
—¡¿En serio creíste que te iba a dejar sola?! ¡Eres mi mejor amiga, hemos estado juntas desde siempre y si vamos a morir que sea juntas, tú eres mi persona!—recargó el arma.
—¡Ese chocolate valió cada maldito won! ¡Vamos, Rosie!
Ambas chicas aguantaron todo el tiempo que pudieron hasta que las balas se acabaron, por suerte aún tenían la costumbre de llevar su bate y el fierro en todas las misiones, y esta no era la excepción.
Corrieron a la salida de emergencia, pero de pronto sintieron un golpe en la cabeza y todo se volvió negro.
Como prometí aquí esta el nuevo cap, ya saben no olviden de votar, comentar o seguirme si les gustó (^-^)/
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Proyecto L
Hayran KurguJennie y Rosé han sido las mejores amigas desde que tienen memoria, siempre han sido ellas dos, incluso cuando el mundo llegó a su fin de la forma menos y más inesperada. Después de cuatro años siguen unidas, pero ahora deben sobrevivir. ¿Qué suced...