Capítulo 28

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Hermosa. Ese fue el primer pensamiento que tuvo Lisa al ver a Jennie después de haberle ignorado desde que supo darle nombre a todo lo que sentía por esa chica con ojitos gatunos. Para ella todo esto le era nuevo.

—¿Vamos?—la mutante extendió su mano.

Jennie quiso replicar, pero al ver esa mirada confiada y esa sonrisa que le arrebataba el aire, simplemente se dejó llevar, tomó su mano y entrecruzó los dedos. De los labios de Lisa una pequeña risilla se escapó.

La humana se dejó guiar, ninguna de las dos dijo nada y no fue necesario, ambas se sentían cómodas con el silencio. Llegaron a una zona alejada de los habitantes del refugio, la sorpresa de la castaña no pasó desapercibida por la mutante.

—Es hermoso, Lisa.

Varios árboles formaron arcos verdes frondosos con algunas flores sobresaliendo de ellos en especial de color blanco y rojo.

—¿Gusta?

—Sí, Lili. Me gusta mucho—le mostró su sonrisa gomosa.

La gemela se encontró feliz y restregó su mejilla con delicadeza para luego dejar un frío beso en ese lugar. Caminaron sin prisa y gozando del buen tiempo que les brindó el día, incluso se podía oír el trinar de los pájaros. Parecía como si ambas estuvieran en una cita, como una parej... fue ese momento que Jennie "despertó". ¿Qué estoy haciendo? Pasar tiempo con Lisa le hacía pensar cosas que antes no se hubiera puesto a cuestionar por nada del mundo. Soltó su mano y observó la cara confundida de la contraria, se estaba hundiendo, no, más bien se estaba ahogando en Lisa y necesitaba respirar urgentemente.

—¿Qué pretendes, Lisa?—su lengua se movió más rápido que su cerebro, ni siquiera supo porque dijo eso.

—No entiendo, Nini—ladeó la cabeza.

—¡Eso pregunto yo! ¡¿Qué pretendes con esta salida?!—sentía su garganta quemar—. ¡Si es una disculpa por haberme ignorado este tiempo, lo acepto!

—¿Jennie?—extendió su mano.

—¡No me toques!—apartó la mano violenta—. ¡No puedes llegar y hacer mi mundo mejor! ¡No puedes llegar y después ignorarme como si no existiera!—a estas alturas las lágrimas brotaron fúricas y no sabía porque—. ¡No puedes llegar y sonreírme como si fuera lo más hermoso en este mundo! ¡No puedes llegar y hacer que desee estar siempre entre tus brazos! ¡No puedes llegar y hacer que piense en ti todo el maldito tiempo! ¡No puedes llegar y confundirme! ¡No puedes llegar y hacer que guste de ti!—y se ahogó.

Y fue ese instante en que el mundo se detuvo, no había planeado decir todo aquello, sencillamente todo salió como un caballo desbocado destruyendo todo a su paso, se salió de control. Decirlo en voz alta confirmó algo que no quería, no estaba lista. Y salió corriendo, corrió, corrió y corrió hasta que sus pulmones pidieron oxígeno, sus hipeos eran acompañados por sus saladas lágrimas, correr llorando no era una buena idea. Con sus manos trató de mermar su tristeza, pero fluía sin control.

De pronto su cara fue girada y su mente se quedó en blanco al sentir unos fríos labios sobre los suyos, era Lisa.

Intentó apartar a la gemela, pero Lisa era muchísimo más fuerte que ella, y fue cediendo, su cuerpo fue cediendo, su mente fue cediendo, pero sobretodo su corazón fue cediendo ante los abrumadores sentimientos que despertaba Lisa en ella. Los brazos rodearon el cuello de la más alta y unió sus labios con fervor, sintió como su cintura fue aprisionada por las grandes manos de Lisa, sus dedos posesivos la estrujaron, de seguro dejarían marca, pero no le importaba.

Ahora entendía porque salió toda esa palabrería momentos atrás, el por qué sentía celos cuando llamaba bonita a Sana, el por qué lloró a escondidas en las noches al ser ignorada por la mutante, el por qué su corazón palpitaba con fuerza cuando estaba cerca.

Me gusta Lisa... no, más bien quiero a Lisa, la quiero demasiado.

Sus besos al principio fueron hambrientos, ardientes y húmedos tratando de transmitir la necesidad que tenían la una sobre la otra, pero se fueron calmando hasta besarse con dulzura y lentitud, besos llenos de cariño y amor. Jennie se apartó por falta de aire y vio como las pupilas de Lisa estaban dilatadas.

—¿Qué quieres de mí, Lili?—acarició la mejilla con suavidad.

—Yo no entender muchas cosas, pero Nini, me gustas, me gustas mucho. Yo solo querer estar contigo, tu sonrisa hermosa, querer protegerte de todo. Ponerse triste si tú triste, yo... quisiera hablar mejor...—se frustró al no poder expresarse como quisiera, pero siguió—, tú ser la más hermosa para mí, tú risa única, tus ojos mi favoritos, yo quiero como Nayeon y Jeongyeon.

—¿Estás tratando de decir...?—se sonrojó ante la idea.

—Yo solo abrazar a ti, gruño si otros abrazan, quiero solo tus besos, quiero mía, se mía, Nini, por favor—Lisa se expresó lo mejor que pudo y anheló que la humana le haya entendido.

—Yo...

"Solo acepta o niega cuando llegue el momento, solo tú sabes que es lo mejor para ti".

Recordó las palabras de Nayeon y miró a Lisa, y si de algo estaba completamente segura es que Lisa era la mejor, su Lili era la mejor.

—Yo quiero ser tuya...

Y cerró esa petición con un beso lleno de amor, puso su corazón en ese beso.

De pronto la mutante la alzó para girar juntas y las risas resonaron en sus oídos, su pecho se hinchó de felicidad porque ahora Jennie era su humana, solamente de ella y de nadie más. Regresó a verla y sus ojitos brillaban como las estrellas que se posaban en el cielo nocturno y quiso abrazarla con todas sus fuerzas, pero no lo hizo, sabía que era delicada y podría hacerle daño, ella jamás le haría daño porque Jennie era su princesa de esos cuentos de hadas y ella sería su valiente príncipe que la salva del despreciable monstruo, o más bien sería el monstruo que cae rendido ante los encantos de la princesa.

—­Yo novia, Nini novia, mi novia—gruñó de alegría.

—¿Novia?—alzó la ceja.

—¿No querer novia?—los ojos se oscurecieron y los hombros cayeron al creer que Jennie no quiere ser su novia.

—Claro que quiero ser tu novia, amor—le dio un piquito—, más te vale decir que ahora Kim Jennie es tu novia y tienes absolutamente prohibido besar a otras personas, solo puedes hacer eso conmigo. Quedas advertida, Lalisa.

Debía dejar en claro a Lisa que ella era la única que podía besar. La miró asentir feliz para posterior besarse, jamás se cansaría de esos exquisitos labios. Por unos segundos su mente fue ágil y cayó en cuenta que tenía una novia, no novio, sino novia y que era una zombie, una mutante con la cual había dado su primer beso. 

Se alejó un poco y solo fue capaz de ver esa hermosa sonrisa que cada día le gusta más. Ni en sus más locos sueños pensó que le iba a gustar una mujer, una mutante, pero no le importaba, ella se sentía dichosamente afortunada, su atracción era innegable.

Todos los comentarios pueden metérselos por el culo, Lisa es solo mía.

Y siguieron besándose con infinita dulzura.

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Este cap es en honor a la nueva canción de mis flacas, espero les haya gustado, nos vemos el lunes c:

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