El camino hacia el refugio fue silencioso. Rosé manejaba con cuidado y sin éxito alguno en mantener a margen sus pensamientos sobre el beso, uno que jamás debió suceder. Pero, las amigas se besan, ¿verdad? No es que lo haya hecho, pero siempre hay una primera vez para todo, además, es probable que Jisoo no sepa el significado de ese acto y lo haría con cualquier persona.
Eso no me hace sentir mejor, apretó el volante con fuerza. Tal vez si le cuenta a Jennie lo que sucedió... no, mejor no. Por otro lado ¿cómo le contaría que besó a Jisoo? No era tan simple. De sus labios salió un suspiro pesado que contenía emociones que ni ella misma reconocía.
—Ese fue mi primer beso...
Susurró para sí misma al caer en cuenta ese pequeño detalle. Sintió un cosquilleo en los labios, aún recuerda la textura de los labios de Jisoo sobre los suyos. Eran suaves y un tanto fríos, pero refrescantes, en tan solo recordar de nuevo ese episodio sus mejillas adquirieron un lindo rubor.
Ese beso no significa nada y no se volverá a repetir, consideraría esa nueva frase como su mantra en ahora en adelante.
—¡Rosie, ardilla boba, hazme caso!—oyó a la mayor gritarle.
—¿Qué pasa, Jen?—sujetó el woki toki.
—¡Te estoy llamando de hace rato y no me haces caso! ¡¿Cómo te atreves a ignorarme, Park Roseanne?!—si algo le disgustaba a Jennie era ser ignorada.
—No sé como te soporta Lisa—lo decía en serio, aunque ella igual la soporta.
—¡Ella no me ignora como tú! ¡Park insolente!—se escuchó una risita, era de Lisa.
—¡Ya, ya, te oí Kim!—no tenía ánimos para discutir—. ¿Para qué me llamabas?
—Oh, cierto te iba a decir que vamos a ir al centro comercial para vestir a las gemelas—la voz transmitía emoción contenida.
—¿Vestirlas?—su ágil mente imaginó a Jisoo y de inmediato cortó ese pensamiento
—¡Sí, va a ser muy divertido!
—Está bien, Jennie. Vamos—aceptó en piloto automático. Dio por finalizada la conversación.
Jennie intuía que algo había pasado entre Rosé y Jisoo, pero no sabía qué y no ayudaba el hecho de que su mejor amiga no le comente nada al respecto. Se entristeció al pensar que tal vez no le tiene suficiente confianza para decirle sus inquietudes, pero recordó que ella la conocía como la palma de su mano y que en algún momento le diría lo que ocurrió. Pero también se ponía en sus zapatos, hay cosas que no puedes decir, ni siquiera a tu mejor amiga. Ella esperaría paciente, lo único que podía hacer es estar ahí para Rosé, como desde niñas.
Después de media hora llegaron a su destino.
—Jamás me voy aburrir de esto—manifestó Jennie viendo a los zombies escapar por su vida.
—Ni yo, es algo tan irreal—Rosé seguía con la mirada a uno de ellos que cojeaba.
—Haber Lisa, persigue a uno de ellos—dijo la castaña.
La mencionada salió disparada y lista para corretear a los zombies con Dalgom tras ella, no saben cómo se zafó de la correa. La escena era tan insólita que de inmediato se escuchó carcajadas e incluso Jisoo se sumó y fue aún más gracioso, las chicas se agarraron los estómagos de tanto reír y rieron aún más cuándo Dalgom cambió de objetivo y ahora perseguía a Lisa tratando de morderla.
—¡Me duele, ya no me hagan reír!—la rubia se secó las lágrimas.
—¡Por Dios, ya no puedo más!—trataba de normalizar su respiración.
Al cabo de unos minutos decidieron que ya era tiempo de continuar con lo planeado. Las gemelas se sintieron muy felices de ver a las humanas tan alegres, en especial Jisoo. Ahora Rosé mostraba una bellísima sonrisa y fue suficiente para disminuir la culpa que sentía al haberle hecho daño, aunque no podía olvidar lo que pasó horas atrás, ¿sus labios eran malos para Rosé? Sin ser consciente se tocó los labios con la yema de los dedos y los sintió ¿normal? No tenía la más remota idea de como deberían ser para sentir ese agradable tacto de nuevo en los suyos. Lástima que no sucedería, no quería ver la cara de la rubia asustada y tampoco quería sentir una punzada en el pecho.
Pasaron por varios locales de ropa hasta que encontraron algo de su gusto. Las gemelas entraron a los probadores y esperaron pacientes. Luego de unos minutos salieron y se quedaron sin palabras, estaban hermosísimas.
Lisa traía una chaqueta de jean, camiseta blanca y un pantalón holgado negro con zapatillas blancas. Por otro lado Jisoo vestía una blusa larga de cuadros, un short y unas zapatillas negras.
Las chicas se quedaron con la boca abierta, un aire sensual las envolvía suscitando que sea imposible apartar la vista de ellas, lucían hermosísimas. Las gemelas notaron como un lindo color rojizo se apoderó de los pómulos de las humanas, se acercaron a ellas con lentitud, disfrutando las reacciones que ellas provocaban. Les sonrieron y oyeron como tragaron grueso, Jisoo y Lisa se miraron y tuvieron la misma idea.
Esbeltos brazos rodearon su cintura, un dulce abrazo es lo que recibieron. Rosé por unos segundos no respondió el gesto hasta que sus brazos rodearon la fuerte espalda de Jisoo, ¿cómo era posible que la misma persona que la hizo tener un embrollo en su cabeza sea la misma que le brinde paz? No lo sabía y no quería saberlo, era lo correcto y ella se convenció de ello.
Lisa y Jennie vieron por el rabillo del ojo como sus amigas sonreían abrazadas, parecía que todo se resolvió y estaban felices por ellas. La castaña regresó a ver a Lisa y escondió su rostro en la hendidura del cuello, le gustaba esa zona porque le hacía sentir segura, principalmente cuando la gemela la apegaba más a ella y no permitía ningún minúsculo espacio entre ellas, ni siquiera el aire era bienvenido. En ese instante todo estaba bien, fue suficiente.
Después de tan lindo momento se apartaron y caminaron hacia la salida sujetas las manos y en un agradable silencio hasta que vieron personas entrar.
—¿Eh? ¿Sorpresa?—dijo Jennie incrédula.
—¡Oh, por Dios! ¡Están vivas!—gritaron el grupo Julieta.
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Proyecto L
FanfictionJennie y Rosé han sido las mejores amigas desde que tienen memoria, siempre han sido ellas dos, incluso cuando el mundo llegó a su fin de la forma menos y más inesperada. Después de cuatro años siguen unidas, pero ahora deben sobrevivir. ¿Qué suced...