Proyecto L

Capítulo 40

Lisa y Jisoo estaban arrodilladas con la mirada fija en el suelo, ninguna tenía la intención de alzar la cabeza, no cuando sus novias se hallaban enojadas.

—¡Lalisa, no puedo creer que te descuido un segundo! ¡Un segundo y causas un desastre!—regaño Jennie moviendo las manos aireada.

—¡Y no creas que tú estás mejor, Jisoo! ¡Estabas a cargo por ser la mayor!—Rosé cruzó los brazos y resopló.

Unas discretas risas se escucharon.

—¡¿Y tú de que te ríes, Hirai Momo?!—preguntó Dahyun. Observó como Momo se le borró la sonrisa.

—¡Si tienes tiempo para reírte, entonces tienes tiempo para arreglar todo este caos, Son Chaeyoung!—bufó Mina.

Las dos últimas se hallaban en la misma posición que las mutantes. Tal vez, solo tal vez no fue buena idea que se dejaran convencer por Momo y su estúpido plan de capturar zombies para usarlos como caballos de carreras y apostar comida, aunque Jisoo y Lisa solo apostaban sus frutos secos.

Todo iba bien hasta que un kong salió disparado queriendo huir de las gemelas, qué, en el proceso terminó aplastando el auto de Jeongyeon. Los demás salieron a ver que era todo ese escándalo y vieron el vehículo destruido, a Jeongyeon se le salieron las lágrimas al ver su amada nave bautizada Optimus convertida en chatarra.

—¡Cuando Jeongyeon vuelva, todas se van a disculpar!—ordenó Mina sin opción a negarse.

Esperaron paciente hasta que fueran a recogerlas ya que estaban en una misión y por obvias razones no alcanzaban a entrar en un solo vehículo. Para Chaeyoung y Momo la espera se les hizo eterna y más cuando sus piernas comenzaron a entumecerse y doler, por otro lado las mutantes se encontraban bien, en lo que cabía, puesto que no les gustaba que sus novias se enojen con ellas, pero por primera vez no estaban arrepentidas, fue muy divertido jugar con Momo y Chaeyoung, solo sentían pena por Jeongyeon y su auto.

A lo lejos se escuchó el ruido del motor y se percataron que el conductor era Jin y no Jeongyeon, les informó que estaba siendo consolada por Nayeon y les sugirió que si quieren hablar con ella que lo hagan el día de mañana. Las chicas se subieron al vehículo y fueron al refugio, nadie dijo nada en lo que duró el viaje.

Jennie y Rosé ingresaron a su departamento y ambas se encerraron en sus dormitorios.

—Ellas muy enojadas—dijo Lisa con la carita triste.

—Culpa de Momo—refunfuño Jisoo, de ella fue la idea—, pero divertido, yo ganar.

—Yo ganar, mi zombie ganar, tu zombie perder—recalcó gruñendo y Jisoo le respondió del mismo modo.

Oyeron como la puerta fue abierta con brusquedad y de ella salió Jennie. Las gemelas tomaron una postura rígida, no querían escuchar más regaños por hoy. La castaña fue directo hacia Lisa y se sentó en sus piernas mientras apoyó su rostro en el pecho de la contraria.

—Es tu culpa Lisa, no puedo creer que ya te extrañe—la de ojitos gatunos hizo un puchero.

—¿Enojada?—Lisa se inclinó hacia atrás para mayor comodidad.

—Sigo enojada, pero no quiero estar lejos de ti—admitió, todo era culpa de Lisa por ser tan entrañable, hermosa y con sonrisa de propaganda. Se golpeó mentalmente por ser tan débil ante su novia.

—Está bien, Nini. Me gustas mucho, aun si enojada conmigo.

—Lo sé, aun enojada me veo jodidamente hermosa, y, Lili, mañana nos vamos a disculpar con Jeongyeon, debes ser sincera ya que su auto era muy preciado y solo ten cuidado la próxima vez que juegues—la vio asentir—. Bien, ahora amor abrázame—Lisa acató su pedido con gusto.

Jisoo al ver esa escena quiso ir por su novia, se quedaría en un rincón si así podía estar en el mismo cuarto que ella. Accedió a la recámara y ahí estaba su hermosa Rosé abrazando a una almohada, al parecer intentaba dormir. Se acercó y la abrazó por la espalda.

—¿Qué haces, Jisoo? Sigo molesta contigo.

—Yo te quiero mucho—besó su oreja qué al instante se puso roja.

—¡No puedes besarme cuando estoy molesta! ¡Ni decirme que me quieres!

—¿Por qué no?—inclinó la cabeza.

No respondió por unos segundos, se giró y tomó el rostro de Jisoo y unió sus labios en un cálido beso.

—Porque así no puedo estar enojada contigo. Chu, solo quiero que entiendas que no me molesta que juegues con Lisa y las chicas, pero debes entender que a veces sus juegos pueden traer consecuencias—con los dedos acarició la mejilla de Jisoo.

—Entiendo, jugar con cuidado—cerró los ojos ante el suave toque de la rubia.

—Muy bien, cariño—la besó.

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Al día siguiente las chicas se fueron a disculpar con Jeongyeon quién tenía de recuerdo el retrovisor de Optimus colgado en la entrada de la mecánica.

—Hola chicas, siento por interrumpir, pero G-Dragon nos llama, parece que tiene otra misión—informó Tzuyu.

—Pero recién volvimos de una misión—replicó Jennie, aun estaba cansada.

—No tiene caso, unnie. Es mejor ir pronto—dijo Rosé.

En la sala de reuniones estaba el equipo Romeo y Julieta junto a las gemelas, ahora ellas eran miembros de dichos grupos. Se sentaron y esperaron que el líder hablara.

—Sé que están cansados por la misión de ayer, pero quiero informarles que después de un largo debate con personas de mi entera confianza he decidido recuperar la capital.

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