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Jake.

Malibú

Ahí estaba Lua, sentada en la orilla de la piscina con los pies dentro, los ojos cerrados y unos audífonos en sus oídos disfrutando del increíble clima que hacía. Llevábamos solo dos días fuera de Seattle más sin embargo, Lua parecía estar mucho más tranquila y animada que en los días anteriores.

Cuando abrió sus ojos la luz del sol los hicieron lucir más claros, giro su cabeza a mi dirección y me sonrió retirándose un audífono.

-¿Qué escuchas?-me acerque a ella tomando asiento a su lado.

-Oh...-miro el audífono y me lo paso- La Vie en Rose.

-En francés.-susurré después de escucharla un par de segundos- Nunca la había escuchado en francés.

-Es una canción francesa, Jake.-se burló de mí.

-Bueno, si pero...-me encogí de hombros y reí.

Sacudió la cabeza con una sonrisa.

-¿Entonces, sabes francés?-me retire el audífono.

-Si, algo.-susurró.

-¿Algo?-la miré pero ella miraba la piscina.

-Es algo así como mi lengua natal.-dijo distraída.

Fruncí el ceño.

Jeferson no era un apellido francés, alguna explicación debería de haber.

-¿Tus padres son franceses?-pregunté con naturalidad.

-Mi padre, lo era.-me miró con algo extraño en su mirada.

Guarde silencio.

Jeferson no era un apellido francés por lo que podía deducir que no llevaba el apellido de su padre.

-Yo se hablar portugués.-dije para cambiar el tema.

-¿De verdad?-asentí con una sonrisa- Dime algo en portugués.

Fruncí los labios pensando en que podría decirle.

-Meu coração bate feliz quando te vê.-baje el tono de mi voz captando toda su atención.

Mi corazón late feliz cuando te ve.

-¿Qué significa?-dijo en el mismo bajo tono que yo.

Me encogí de hombros haciéndole saber que no le diría.

-Imbecil.-sonrió juguetona.

-¿Cómo me has llamado?-me gire hacia ella con una ceja enarcada.

-Im-be-cil.-dijo lentamente.

-Oh, fierecilla.-la abrace de los hombros y nos tire juntos a la piscina.

Cuando Lua intento salir a la superficie la sujete del tobillo volviendola a hundir abrazndola a mi cuerpo para hacerla girar debajo del agua antes de soltarla y permitirnos salir a tomar aire. Nadó hasta mí envolviendo sus piernas en mis caderas, con una sonrisa en sus labios retiro algunos cabellos de mi rostro.

-Je t'aime tellement que ça me fait peur.-dijo en voz baja.

-No me dirás lo que significa, ¿Cierto?-la sujete de las piernas.

-No, a menos de que tú me digas.-se encogio de hombros arrugando la nariz.

-Es un trato justo.-asentí.

-Lo es.-me imitó- Pero no me dirás.

-Supongo que tendremos que quedarnos con la duda.-dije cerca de sus labios.

-Si, supongo que si.-rozó nuestros labios.

La bese. Bese ese par de labios rosados que tanto adoraba, la bese con ímpetu, quería que supiera cuánto la adoraba, quería que se sintiera segura, incluso quería que supiera que las cosas mejorarían.

Lua fingia bien, en este momento cuando pretendía que todo estaba bien de nuevo sabía que no era así.

Había mejorado, si pero eso no significa que estuviera bien por completo.

Podía escuchar sus lamentos cuando se quedaba en silencio o cuando pretendía fingir que estaba dormida, cuando se sentaba en la orilla de la piscina o cuando nadaba en el mar.

Junto su frente con la mía, cerrando sus ojos con fuerza mientras intentaba que sus labios no temblaran como lo hacían siempre que estaba a punto de romper en llanto.

-Tengo hambre.-susurró antes de hundirse en el agua para nadar a la orilla lejos de mí- ¿Salimos a cenar?

-Por supuesto.-dije aún dentro de la piscina.

-Bien, yo...-se rasco la nuca mirando a otro lado- me iré a duchar.

La mire desaparecer en el interior de la casa en completo silencio, me hundí en el agua para nadar hasta la escalera y salir de la piscina.

Tome una toalla para secarme el cuerpo mientras pensaba lo que acababa de suceder sin embargo mis pensamientos tomaron otro rumbo.

El padre de Lua era francés, era, ella había dicho que estaba muerto pero podía haber una pequeña posibilidad de que hubiera mentido.

Lua había actuado nerviosa cuando le pregunté sobre Lambert.

¿Sería posible que...

No. ¡No!

Estaba yendo por qué el camino incorrecto, ni siquiera sabía porque estaba sacando suposiciones sobre eso cuando ella lo estaba pasando tan mal, lo último que necesitaba era que yo la acusará de algo así.

Criminal. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora