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Lua.

Seattle.

—Así que...—mire a Soph por el espejo sentarse en mi cama.

—¿Qué?—dije pasando la brocha con rubor por mis mejillas.

—¿Vas a salir con el hombre de la otra noche?—dijo con cautela poniendo una mirada inocente.

—Jake, se llama Jake.—me encontré diciéndole su nombre.

—Así que saldrás con Jake.—escondió una sonrisa.

—Si.—me encogí de hombros restándole importancia.

Sonrío mostrando sus dientes.

—¿Qué?—me gire para mirarla.

—Nada.—borró su sonrisa.

Alcé una de mis cejas.

—Es solo que, hace tiempo no sales con algún hombre.—retiro su mirada.

—Salgo con Kasey y Nathan.—dije a la defensiva.

—Pero no los traes a casa.—dijo aún sin mirarme.

—David ha estado aquí.—me cruce de brazos.

—No es lo mismo.—volvió a mirarme.

—Claro que es lo mismo, Jake y yo somos amigos al igual que David es mi amigo.—sentí los latidos de mi corazón en la garganta.

—No lo es.—se mantuvo firme.

—¿Cómo estás tan segura?—me gire para terminar de maquillarme.

—Porque Jake te gusta y David no.—soltó de golpe.

La mire por el espejo.

—Jake no me gusta.—intenté mentir.

—Los ojos no mienten, Lua.—susurró— He visto como miras a David y como miras a Jake.

Baje la mirada sin saber que responder.

—Me alegra que conozcas a alguien que te haga brillar como antes.—gire la cabeza para mirarla cuando se puso a mi lado— Lo mereces.

No estaba segura de ello.

—Gracias.—dije sin saber que más responder.

Me regaló una sonrisa y camino a la puerta de mi habitación.

—¿Soph?—la detuve antes de que saliera.

—¿Si?—me miró desde la puerta.

—Te amo.—le sonreí.

—Je t'aime.—me respondió en francés.

¿Jake realmente me gustaba?

Era cierto que me hacía sentir cosas que desde Liam no sentía y no solo eso, no sentía miedo al imaginar que algo podría pasar entre nosotros.

Sin duda alguna me gustaba pasar tiempo con él, hablar con él era demasiado sencillo y a pesar de la forma en la que nos conocimos sentí una extraña conexión.

Cuando me di cuenta estaba terminando de ponerme las zapatillas blancas que complementaban mi vestimenta casual, no sabía a dónde íbamos pero dudaba que fuéramos a un sitio elegante.

Me senté en el borde de mi cama entrando a mi galería secreta dónde aún conversaba los recuerdos con Liam, me detuve en una fotografía dónde ambos nos encontrabamos sonriendo genuinamente.

¿Cuánto tiempo era necesario para que las heridas del corazón sanarán?

No lo sabía pero supe que estaba perdiendo la batalla cuando las palpitaciones de mi corazón se alteraron cuando su mensaje llegó a mi barra de notificaciones.

Jake.
Estoy afuera. ;)

Criminal. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora