Criminal. ©

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Lua.

Seattle.

Otra noche sin poder dormir.

Las palabras de Raphaël no dejaban de repetirse en mi cabeza una y otra vez haciendo que el terror corriera por mis venas, saber que Lambert vendría por Sophie no me permitía estar tranquila.

No sabía cuándo.

No sabía dónde.

Pero lo haría y no tendría piedad.

No podía dejar de imaginar a Sophie lastimada, torturada, dañada, imaginar el odio y decepción en su mirada cuando Lambert se encargará de que supiera toda la verdad y como toda su vida había sido una mentira.

Mire por la ventana solo para asegurarme de que nadie nos estuviera vigilando pero la calle estaba sola y oscura, no había ninguna señal de que él estuviera ahí afuera acechando.

-¿Otra vez no puedes dormir?-su voz me sobresaltó.

Me gire mirando a Jake vistiendo solo su pantalón de pijama que le colgaba de las caderas dejando a la vista la V bien marcada.

-No.-respondí desviando la mirada a otro lado.

-¿Quieres hablar de ello?-se acercó a mí.

Tragué saliva con fuerza.

¿Debía decirle que la vida de Sophie corría peligro?

No, eso implicaría más preguntas y más mentiras.

-Solo es Sophie.-decidí decir- Pronto irá a la universidad al otro lado del mundo.

-Pero irás con ella.-me acomodo unos mechones de cabello detrás de mis orejas.

-Si pero solo será por unas semanas.-suspiré.

-¿Quieres vivir ahí?-cuestiono en voz baja.

Lo mire fijamente.

¿Estaba dispuesto a ir conmigo dejando toda su vida aquí?

¿Así de grande era su amor por mí?

-No, debo darle su espacio.-junte los labios- Es solo que siempre hemos sido ella y yo, que se vaya se siente tan... raro.

-Meu pequeno anjo.-murmuró con dulzura.

-¿Quieres volver a la cama?-dijo bajito.

Sacudí la cabeza.

-No tengo sueño.-hice una mueca.

-Bien, entonces prepararé algo de té.-beso mi frente.

-Jake, no tienes que hacer esto.-lo detuve- Ve a dormir.

-Creo que algo de té te hará sentir bien.-me sonrió.

Lo solté lentamente sintiendo como el pecho se me hinchaba con un sentimiento extraño.

-¿Qué carajos hice para merecerte?-susurré con la voz temblorosa.

-No lo sé pero haber chocado tu coche ha sido lo mejor que he hecho.-soltó una risita.

Sonreí acercándome a él a zancadas enterrando mis dedos en su cabello.

-Te quiero tanto.-manifeste mirando sus ojos- No tienes idea de cuánto te quiero.

Sus manos acunaron mis mejillas.

-Eres lo mejor que me ha pasado, Lua Jeferson.-confeso a milímetros de mis labios.

Nos unimos en un beso. Un beso que hizo que todo el caos a mi alrededor pareciera desaparecer, que el miedo en mis venas se desvaneciera y que me sintiera protegida.

Nada malo podía pasarme con Jake a mi lado.

Estaba perdidamente y locamente enamorada de Jake y sabía que él lo estaba de mí o por lo menos de la mujer que él creía que era.

No de la criminal.

No de la mentirosa.

Sino de la mujer que había creado para él, la mujer que si merecía ser amada por él.

Si de algo estaba segura era de que la verdad siempre salía la luz, tarde o temprano.