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Lua.

Seattle.

Las palabras de odio de Sophie aún hacían eco en mi cabeza y hacían que mi corazón doliera sin embargo deje todo lo que sentía a un lado y respirando hondo levanté los muros que hace algunos meses habían caído a causa de Jake, comencé a pensar en lo que haría tal y como Liam me había enseñado y salí del lugar en busca de Iris y Lambert.

Sabía que Jake no tardaría en entrar al lugar, era probable que se hubiera topado con Raphaël en la salida y que supiera que yo estaba aquí.

Sophie ahora estaba a salvó y era momento de encargarme de acabar de una vez por todas con Lambert para poder vivir por fin en paz.

Encontrarlos no fue difícil más sin embargo lo que encontré me hizo saber que todo esté era parte de su juego y que yo siempre había sido una simple pieza en el tablero.

-Debí saber que Sophie no tendría agallas para matarte.-dijo dándome la espalda mientras miraba todos los monitores delante de él.

Me adentre al lugar cautelosa con el arma en alto, alerta de cualquier anomalía.

-Te hará falta más que revelar una verdad a medias para que ella desee matarme.-mis palabras salieron entredientes.

-Te odia.-se giro dejándome ver la cicatriz que le cruzaba el rostro.

-Tal vez pero no será por mucho.-aptreté la agarradera del arma- No cuando sepa toda la verdad.

Una sonrisa tiro de la comisura de sus labios que hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

-Este es mi juego.-declaró.

-Ambos estamos jugando.-me detuve cuando estuve lo suficiente cerca de él pero no baje la guardia- Ganara quien mueva mejor sus fichas.

-Entonces es momento de mover mi siguiente pieza.-metió sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón con serenidad.

Mire sobre mi hombro cuando sus pisadas hicieron eco en el piso.

-Hola querida.-sentí asco al ver a Iris.

-¿Debo temer de ella?-mire nuevamente a Lambert- No les tengo miedo y estoy segura que a este punto saben que no solo yo estoy aquí.

-¿Te refieres al bastardo de Raphaël?-se burló Lambert- No me preocupa.

-Entonces deba preocuparte que la policía de Seattle está por allanar este lugar.-su sonrisa burlona desapareció. Con la frente en alto me acerque más a él quedando a una distancia bastante corta- Vas a caer Lambert.

-No me han podido atrapar en décadas, está no será la excepción.-me aseguro.

-El juego ha terminado.-declaré.

-El juego termina hasta que yo lo decida.

Su puño impacto contra mi abdomen robándome el aliento en un instante, solté el arma intentando recuperarme de inmediato. Esquivé otro golpe de su parte sosteniendo mi abdomen alejandome un par de pasos de él.

Mire a Iris que nos observaba con una gran sonrisa en sus labios.

-Creí que serías un contrincante dignó pero veo que me equivoqué.-su asquerosa sonrisa hizo que mi sangre ardiera- Tan débil como tú madre.

Respire hondo recuperándome volviendo a acercarme a él, bloqueo dos de mis golpes pero el tercero fue directo a su nariz que no tardó en comenzar a sangrar.

-No te atrevas a poner su nombre en tu asquerosa boca.-gruñí rabiosa lanzando más golpes.

Mi pómulo izquierdo comenzó a sangrar luego de que Lambert lograba propinarme un buen golpe.

Criminal. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora