TREINTA Y DOS

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Una pausa. El Café Bruselas me gusta. Muchos espejos, muchos ladrillos negros y muchas ampolletas antiguas. Elegantemente acogedor, al punto que destiñe en los días soleados. Su dueño ha de ser belga. Sí, el Café Bruselas es de esos lugares que decoran el exterior. Cualquiera se querría un invierno eterno con un lugar así.

Necesito un tiempo, pero puedes observar por sobre mi hombro de vez en cuando para que veas los progresos. ¿Que qué tengo que hacer? El encargo de Lionel es bastante comprometedor, porque involucra a su mujer. Deja que te lo explique: Lionel es un romántico empedernido, pero el tipo carece de creatividad. Una suerte, porque los tipos creativos no pueden convertirse en máquinas rutinarias. Adora a su mujer. La conozco. Es sencilla, pero tiene sus gustos y Lionel es de los que quiere dar de lleno en ellos. Su mujer disfruta las flores, los bombones y las dedicatorias. Te lo dije; sencilla. El tema es que después de veinte años de casados el pobre Li no sabía de dónde sacar inspiración. Hasta que me conoció a mí; un manantial inacabable de inspiración. ¡Ja!

¿Ves este papel? Así se inicia el favor de Lionel; escribo una dedicatoria amorosa haciéndome pasar por él y luego debemos ir a dejar la dedicatoria a su casa. ¡Pan comido!

Y no, no nos descubrirán. Lionel vive en un condominio. Tiene un buzón bien oculto por las enredaderas. Nosotros tendremos visión de la casa en todo momento. Ya te lo dije. ¡Pan comido!


Hoy oí al viento;

era su voz una melodía

por entre los andamios boscosos.

Iba a mi lado

acompañando mis lentos pasos

que más me detenían

que otra cosa.


Aprendí la irrepetible melodía,

me grabé la ligereza de sus sones,

comprendí las frases y sus fricciones.

Era un idioma nuevo y antiguo;

el idioma del viento traducido.


Susurraba el viento en su canción

cuánto es de valer el amor

y que a los afortunados enamorados

más les vale cuidar esa emoción.


Yo sé que el viento se refería a ti,

por más que no lo dijera.

Nunca lo diría, porque es el viento,

pero estoy seguro de que sus versos

fueron compuestos a partir de tu aire

y que por eso comprendí

cada una de sus frases.


Ya está. ¿Muy cursi?


ENTRAMADOS POR UN CADÁVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora