ENÉSIMO

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Este es el capítulo que nunca verá la editorial. Te compete a ti. Intuyo que no te gustará y que me odiarás por ello, pero la verdad es la verdad. ¡Y la información es poder! Al revés también es cierto; mi poder es la información. Es el único poder que tengo, por lo demás.

¿Recuerdas aún qué sucedió durante nuestro primer encuentro? Bebimos algo en el bar de Jack Walker. Él me pasó las llaves de la Habitación Amalfi del Hotel Montenegro. ¿Por qué las tendría él si soy yo el que se aloja ahí? Recordarás también que me hizo un favor. Pues bien, el favor fue preparar la escena para mi experimento, el cual consistía en colocar un maniquí y ver qué ocurría a partir de entonces. ¿Y quién iba a ser mi conejillo de Indias?

Sí, tal y como adivinas.

Tú.

Antes de que te enfurezcas o te apartes para siempre jamás, déjame explicar qué parte de lo que viste estuvo preparado y qué fue producto de las causalidades.

¿La carta suicida de Morti? La escribí yo. Hubiera resultado completamente convincente, pero ignoré la historia de los gemelos. Dejé fuera a Max y me antepuse a mí mismo. Pequé de egoísta y pagué las consecuencias alertando a Pat. Fue un desliz imperdonable por mi parte.

¿El cuerpo colgado de Morti? Fue el encargo que hizo Jack Walker. Se consiguió un maniquí de segunda y lo decoró en base a fotografías que le pasé de Morton. Sin las fotografías igual hubiera quedado parecido, ya que nos pasábamos seguidamente por el Bar Brooklyn.

Recordarás que cuando descubrimos el cadáver, yo lo levanté. En realidad el maniquí no pesa, pero debí engañarte para que te creyeras el montaje.

Es verdad que el revólver es de Pat, pero también es cierto que yo nunca estuve en la habitación de la puerta que no se podía abrir. Lo sustrajo Morton para hacerme un favor. Me lo entregó antes de partir. Ya ves que puse mi plan en marcha con antelación. Los ansiolíticos son míos; jugué con fuego. ¿Aún los conservas? Puedes quedártelos.

Hasta ahí todo bien. Aproveché que Morton se largaba a Tailandia el viernes para montar un espectáculo en base a su supuesto suicido. Mi poder es la información, no te olvides de ello.

La última semana de Morton fue como la conocemos. El lunes fue con Luci a visitar a su hermano gemelo. Esto causó el quiebre del martes. ¿Quién crees que acompañó a Morton al cine para pasar las penas del quiebre con Luci? ¡Pues su mejor amigo! Fui yo quien te dio una descripción detallada de la película. El título me recordó a Rimbaud y a su Una temporada en el infierno: «En las rutas, durante las noches de invierno, sin techo, sin ropas, sin pan, una voz oprimía mi corazón helado: "Debilidad o fuerza: hete aquí, es la fuerza. No sabes a dónde vas ni por qué vas, entra en todas partes, responde a todo. Como si fueses un cadáver ya no te podrán matar". A la mañana tenía una mirada tan extraviada y un aspecto tan muerto que aquellos que encontré quizá no me hayan visto.» He ahí una parte de la inspiración. ¿Quién puede matar a quien ya está muerto? Mi amigo no correría peligro, porque estaría lejos.

Recordarás también el flashforward que elucubré hacia el comienzo de nuestra investigación: «Morton abre desmesuradamente los ojos al ver un cuerpo en el suelo idéntico al suyo. ¡Reconoce su rostro inanimado! Es él, sin lugar a dudas, pero él estaba ahí, de pie. Solo se podía tratar de su hermano gemelo, Max. Y ahora que Max está muerto, él morirá pronto. ¡Es sabido que los gemelos se sobreviven por poco tiempo!»

Sin quererlo, dejé entrever que Morton seguía con vida. ¡Tonto de mí!

¿Quién espió a Luci el día sábado si mi amigo había volado a Tailandia? Pues yo, porque supuse que adivinaría las razones por las que quebraron. Jamás pensé que Luci anduviera con otro, pero quería solventar cualquier duda.

Y el domingo, en efecto, fue cuando escribí la carta suicida. Yo mismo dejé entrever mi participación en todo esto.

Mi experimento debía concluir con la extracción del cadáver. Todo el material pudo servir para una historia, pero la realidad no es como la pintamos. A Rosa le dio un infarto y a partir de ahí las cosas se complicaron. Rami metió las narices y el detective privado que nos siguió me preocupó sinceramente.

Sin embargo, lo más increíble de todo ya sabes qué fue. Descubrimos la realidad de los hermanos Grant. ¡No hay mal que por bien no venga! Sí, te engañé deliberadamente. ¡Fuiste parte necesaria de esta prueba de concepto! Todos hemos servido a causas inútiles, aunque algunas lo son más que otras.

¿Cómo se me ocurrió meterte a ti en todo esto? Otra vez ese Rimbaud, quien en un párrafo me retrató y te consagró antes de que te aparecieras: «Mi vida está desgastada. ¡Vamos! Finjamos, holguemos, ¡oh piedad! Y existiremos divirtiéndonos, soñando amores monstruosos y universos fantásticos, quejándonos y combatiendo las apariencias del mundo...»

Ahora, después de fingir y de holgar, de hacer esas otras cosas, puedo decir que me he divertido montones. Espero que tú también.


ENTRAMADOS POR UN CADÁVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora