CAPITULO 30 DAYANA

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Estado de Salen, frontera con Darknen, pueblo de Montenegro. Era la mañana y al igual que cada día mi abuela me levanta a las 5:30 am para estar lista e ir a la escuela, me ayudó abañarme, me peinó y me ayudó a clocarme mi uniforme escolar, una camisa blanca de botones y mangas largas debido al invierno, encima una falda overol de cuadros de color azul y mis zapatos negros escolares con unas medias negras.

Nana y yo bajamos y el abuelo leía su periódico, le di un beso y me senté al lado de Nana para comer junto a Cucu, al terminar y cepillar mis dientes nana ya estaba esperándome en la puerta junto a mi abrigo, guantes, bufanda, gorro y mi lonchera. Nos subimos los tres en el carro de Nana y dejamos a Cucu en su trabajo en la estación a las 6:30 am y a mí en la escuela a las 7:00 am.

— Adiós, tesoro — Nana me besa la frente, entro en mi salón donde la maestra nos espera en la puerta y ella se va.

— Muy bien niños es hora de iniciar la clase — habla la maestra al estar todos y cantar el himno nacional. Al sentarnos y empezar la lección de historia siento tirones en mis transitas.

Otra vez inicia mi odiosa rutina de gente molestándome. Evité mirar hacia atrás y encontrarme con las niñas que me molestaban ya que si las veía me pondría a llorar. Me concentré en las palabras de Nana cada vez que esto llega a pasar "eres especial, eres valiente, eres importante" y seguí ignorando las molestias, pero uno de eso jalones fue tan fuerte que gemí del dolor, la maestra se dio cuenta y llamó la atención a todos.

En la hora del recreo fui la primera en salir, quería encontrar un lugar donde no me encontrara nadie y poder estar en paz, no tengo amigos y nadie se interesa por mí y no quiero que los acosadores me encuentren, pero no fue así.

— Hola, fantasma — se para frente a mí una pelinegra de ojos marrones, Briana. "odio que me llamen así" mi pelo es más claro de lo normal y mi piel es muy blanca, pero eso no debería ser razón para acosarme.

— ¿Qué quieres? — pregunté cansada. Ya esto me hartaba.

— Por tu gritito la maestra nos regañó y a mi mamá no le gustaría saber que la maestra nos castiga, ¿sabes que puedo hacer que despidan a la maestra Marie? — recordé el poder de Briana en esta escuela debido a que su madre era la alcaldesa del pueblo.

— No, no ella es muy buena — pido.

— Vas a pagar eso — unas niñas y dos niños se pararon a sus costados, sus seguidores — métanla en el armario — manda y me toman por los brazos y piernas, grito, pero estamos en un lugar de la escuela donde no pasan muchas personas además de que me cobren la boca, nunca fui violenta y tampoco tengo mucha fuerza física.

Me encerraron en el armario del conserje y a lo lejos escuché como se iban diciendo un "maldita fantasma blanca"  lloré y patalee, pero fue inútil, tomé mi lonchera al momento en el que me dio hambre ya que no sabía que más hacer, vi el reloj que me dio Nana y ya serían las 2 de la tarde, hora de salida y nadie me encontraba aun.

— ¡DAYANA! — escucho gritos de mi nombre provenir de diferentes voces — DAYANA — volví a escuchar e identifiqué la voz de la maestra Marie, Nana y el conserje Luis.

— AQUÍ ESTOY — grité y se escuchó la puerta abrirse.

Corrí a los brazos de Nana y mi maestra, también abracé a Luis el conserje, estaba asustada y sin esperanza. La maestra se dispuso a interrogarme a cerca de lo que pasó luego de un gran rato de tranquilización con Nana, yo no quería decir nada ya que no quería que nadie saliera lastimado. La maestra solo me miró atentamente a los ojos y bajó la cabeza ya que ella tenía la suposición de lo que pasaba y no podía hacer mucho, ya que junto a Briana, sus amigos son los hijos de los adinerados en el pueblo y el dinero es influencia y la afluencia es mala, Cucu siempre dice eso.

Diarios De La Realeza (Saga de La Luna #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora