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Slash no durmió nada esa noche, agradecía que Duff si pudo descansar. Cliff tampoco pudo cerrar un ojo, no podía asimilar la historia de su querido amigo. Había logrado engañarlo tan bien, nunca imaginó aquella verdad. Habían compartido copas de vino y muchas historias, jamás se le cruzó por la cabeza que estaba matando el tiempo con un niño que pedía ayuda. Saul estaba angustiado, tuvo una presión en el pecho durante toda la noche, la cual se le hacía eterna entre pensamientos frustrados y lágrimas.

Cuando amaneció, se levantó de la cama y se encaminó hacia la cocina para prepararse un café. Era muy temprano todavía y el vuelo salía a las 4:00 de la tarde, apenas eran las 7:00 de la mañana y Slash no sabía como matar el tiempo. Le escribió un mensaje a Cliff contándole sobre su desvelo y el muchacho al poco tiempo le contestó, diciendo que estaban en la misma situación.

Slash resopló frustrado, se encaminó hacia el sillón y prendió la televisión. Buscó por diferentes canales pero no encontraba nada que le llamara la atención. Cerró los ojos por un rato y al abrirlos encontró a Duff enfrente suyo comiendo cereales. El pequeño al percatarse de que Slash había despertado, lo saludó con un ademán de mano y una sonrisa. Sus mejillas estaban infladas porque tenía comida en la boca.

— ¡Buenos días, señor Hudson!

— Hola... —el moreno se removió en el sillón bastante incómodo— ¿Qué hora es, Duff?

— Son las once de la mañana con treinta minutos.

— ¡¿Tan tarde?! 

Exaltado, Slash se levantó del sillón, apartó rizos de su rostro y corrió hacia el baño para darse una ducha rápida.

— ¡Duff, me voy a bañar! —le aviso al pequeño.

— ¡Está bien, aquí lo espero!

Slash no se daba duchas tan largas, serían mucho más cortas de no ser por su cabello. Perdía bastante tiempo colocándose productos para los rizos y también productos para la cara, tenía que evitar el acné a toda costa para que nadie se diera cuenta de que estaba comenzando su adolescencia.

A las 12:37 de la tarde, Slash estaba listo. Su cabello seco y ordenado como debía ser. El almuerzo ya debía estar listo, pero se había quedado dormido y despertó tarde, no le alcanzaban los tiempos, Duff tenía que comer. Slash era muy organizado con los horarios del pequeño y él almorzaba a las 1:30 habitualmente. Saul tenía aún muchas cosas que hacer, seguía empacando cosas. Para comer simplemente pidió una pizza vegetariana y no se hizo más problemas por ello.

Tanto Slash como Duff estaban nerviosos, el momento se acercaba. Cliff llegó por ellos y se fueron de ahí. Slash le dio un último vistazo al departamento antes de irse y agradeció en silencio. A las 3:15 ya se encontraban en el aeropuerto, Slash seguía con ese instinto extraño sobre el viaje, era eso mezclado con sus nervios.

Su corazón latió con fuerza al recibir una llamada de Rachel, la cual contestó de inmediato. Le temblaban las manos, por poco se le caía el teléfono.

Somos libres. Todo terminó. Vive, sé feliz, amigo. Suerte en tu nueva vida.

— ¡¿Lo mataron?!

Está muerto, él y sus secuaces.

— ¡¿Es en serio?! ¡¿Podremos ser felices ahora?!

Seremos felices, así es. Huye lejos, Slash ¿Estás con el niño?

— Así es, estaré con él hasta los últimos días de mi vida. —sonrió el moreno.

Volteó para ver a Duff, quien hablaba animadamente con Cliff.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora