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— Honestamente, no pensé que el suicidio iba en serio.

Cliff bajó la mirada y observó sus propias manos, profundamente decepcionado.

— No llegué a tanto, sigo aquí.

— ¿Por qué, Slash? ¿Por qué no pediste ayuda antes?

Slash apretó los labios para no sollozar.

Ahora se sentía culpable, muy culpable. Cliff y Duff habían pasado bastante rato llorando en el hospital, suplicando no perder a Slash. Las esperanzas de que Slash saliera bien de eso eran muy escasas, estaba al borde de la muerte.

— Porque se supone que soy el puto adulto responsable que siempre está bien.

Clifford suspiró mientras negaba con la cabeza.

— Cállate, eres un pendejo aún.

— Lo sé —Slash se rindió—. ¿En dónde está Duff?

— En observación.

— ¡¿Qué?! —Slash abrió grandes los ojos—, ¡¿qué le pasó a Duff?!

— Duff te encontró y le dio una crisis muy fuerte, se descontroló y cuando llegó la ambulancia también se lo llevaron a él.

— Mierda... —el moreno cerró los ojos unos segundos—. ¿En qué habitación está?

— Ni lo pienses, Saul Hudson. —se interpuso el mayor.

— Tengo que verlo, tiene que ver que estoy vivo.

— Está dormido.

— No me importa, necesito estar a su lado.

— Te estoy diciendo que está dormido. —el mayor lo detuvo.

Slash podía notar que Cliff estaba irritado, sensible y molesto. Tenía una fuerte razón para estarlo, sin embargo, no se sentía agradable verlo así, cuando siempre se destacó por ser una persona relajada.

— Cliff, entiendo que estás muy molesto por lo que hice.

— Ni siquiera sé si estoy molesto -se apresuró a aclarar—. Estoy sensible, impactado... No sé cómo actuar.

— Perdóname.

— Es que, ni siquiera estás solo —interrumpió—, me tienes a mí, a Duff, a mis padres, a Dave... Oh, mierda, me destruyó el corazón ver a ese pobre chico llegar desesperado.

— Mi Davey —Slash se sintió aún más culpable—. ¿Él en dónde está?

— Tratando de asimilarlo todo ahí afuera -contestó Cliff—. De los nervios ya se ha terminado una cajetilla de cigarrillos.

— No quiero ni imaginar lo mal que estaba...

— Pues imagínalo, imbécil, así no vuelves a hacer este tipo de pendejadas.

— Cliff, de verdad lo lamento, ¿está bien? Colapsé.

— No sé si pueda disculparte ahora mismo, Slash.

*\*\*\~

Slash llevaba al menos tres horas mirando fijamente cada detalle del techo, hundido en sus pensamientos tanto caóticos como alarmantes, curiosos e incluso irónicos. Todo estaba siendo un caos que crecía. El único modo para evitar que creciera, era cerrando los ojos y poniendo la mente en blanco.

No quería pensar en nada, lo cual no era sencillo de lograr. A pesar de todo, Slash sabía que estaba muy perjudicado y que su salud mental de golpe se había vuelto a caer. Lo que había construido con esmero cayó abruptamente, y se le venían muchas cosas nuevamente. Era muy probable que las sesiones con su psicólogo fuesen dos veces por semana después de el acontecimiento tan fuerte y demostraba que había una gran alerta.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora