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— Mi virginidad... —Duff parpadeó varias veces.

Tenía que ser una broma, ¿de verdad Krist estaba pidiéndole eso? Se supone que era un buen chico, Duff no podía ni quería creer lo que escuchaba.

Lamentablemente, estaba muy jodido y necesitaba algo bueno o que algo se arreglase, por ende, terminó considerando esa idea. Quizás el sexo lo ayudaría a olvidar todo por lo que estaba pasando.

Y de paso, lo ayudaría a olvidarse de Slash.

El rubio dejó salir un desganado suspiro y rodó los ojos, para luego cerrarlos. Estaba por hacer algo no muy bueno.

— Yo... Acepto, sí acepto —afirmó—. Sacaré a mis amigos de la casa, porque es la única oportunidad de hacerlo sin que nadie esté aquí.

Krist mostró una satisfecha sonrisa, porque había obtenido lo que quería. Bueno, casi, eso podría asegurarlo después de acostarse con Duff.

El rubio se adentró a la casa y vio a los cuatro chicos de brazos cruzados con cara de pocos amigos. Claramente lo habían visto charlando con Krist y eso no les pareció en lo absoluto. Duff estaba cansado, no quería dar explicaciones ni nada; sólo quería acostarse con Krist y tener un peso menos.

— Les daré todas las explicaciones otro día. Necesito que se vayan, y por favor, no le digan nada a Krist, ni siquiera lo miren. —les pidió, sin mirarlos a la cara.

Axl se le acercó y lo tomó por los hombros.

— ¿En qué estás metido, Duff?

— Vete, Axl, por favor —McKagan se apartó—. Lo único que le pueden decir a Krist es que entre.

Duff se sentó en una silla en la sala, dándoles la espalda a sus amigos. No tenía el atrevimiento de verlos a los ojos. Hubo un largo silencio, los demás esperaban que Duff dijera algo más, o que cambiara de opinión; pero no, el rubio permaneció en silencio, con los ojos llenándose de lágrimas. Axl fue el primero en salir de la casa, Steven e Izzy lo siguieron, realmente desilusionados de la situación. Era impresionante que Duff esperase por el chico que confesó quererlo sólo para el sexo.

Eso significaba que la autoestima de Duff estaba por el piso, y que ya no tenía amor propio.

Los muchachos se retiraron, Duff cerró los ojos y una lágrima cayó por una de sus mejillas. Se sentía patético, era consciente de que todo lo que estaba haciendo no tenía sentido.

Escuchó pasos adentrarse a la casa, supo que eran los de Krist. El rubio abrió los ojos y se quedó quieto sólo para calmarse un poco. Se levantó de la silla y se acercó lentamente al más alto, lo observó de pies a cabeza y lo tomó por la camiseta, acercándolo bruscamente a sus labios. Duff inició un beso intenso, lo que indicaba que ese encuentro sería salvaje.

Krist tomó a Duff en sus brazos y subió las escaleras, directo hacia su habitación. Lo lanzó a la cama y ambos continuaron besándose desesperados, sólo que ahora también se quitaban la ropa.

No tardaron en desnudarse, y mientras Krist le besaba el cuello, Duff comenzó a entrar en razón. Lo que estaba por hacer era incorrecto; no podía hacerle algo así a Slash ni a él mismo. Había caído muy bajo y ahora debía rescatarse.

O rescatar lo poco que quedaba de él.

— Ah... Krist, ya no quiero. —Michael se apartó y se colocó de pie, Krist hizo lo mismo, ahora levemente molesto.

— Ya me calentaste, perra. Cumple con lo que dijiste.

— Es que yo... —Duff fue aventado a la cama, Krist le abrió las piernas y se colocó entre ellas. A Duff se le apretó el estómago.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora