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— A ver si entendí; Slash te defendió de que un imbécil te hiciera daño y luego dijo estupideces delante de tus compañeros.

— Sí.

James frunció el entrecejo y le dio un sorbo a su batido de fresa.

— Eso último no tiene tanto sentido. Explícame eso otra vez.

— Bien —Duff respiró profundo—. Después de pelearse con Krist, bajamos las escaleras y llegamos con los demás. Krist nos vio, nos apuntó y todos nos miraron. Slash se puso realmente nervioso y dijo que conocía a los padres de mis compañeros y les diría sobre esa fiesta con alcohol —rodó los ojos—. Luego, vio un plato con maní..

— Ups —James entrecerró un ojo— Slash casi te pierde por culpa del maní cuando eras pequeño.

— ¿En serio?

— Sí, ¿no te acuerdas? —preguntó James.

Duff permaneció pensativo un instante, y suspiró.

— Hay muchas cosas de las que no me acuerdo... Cuando me hablan de los ocho años, apenas recuerdo como conocí a Slash, pero, del resto no me acuerdo.

— Es mejor así.  —dijo el mayor.

McKagan se encogió de hombros y bajó la mirada hacia su helado de vainilla para comer otra cucharada.

James quedó pensativo. ¿Realmente era lo mejor que Duff no recordara lo que le había pasado? El trauma de la situación había sido tan grande, que su mente fue capaz de bloquear los recuerdos.

¿Estaba haciendo bien en ocultarle su verdad? ¿Sabía que toda su familia habían sido cruelmente asesinados? ¿Sabía toda la tortura por la que tuvo que pasar su padre? Porque ese hombre murió al no soportar la tortura y dolor al que fue sometido; era algo inhumano lo que vivió.

Estaba mal no decirle la verdad a Duff, sí, pero a la vez era lo mejor.

Hetfield trató de evadir esos pensamientos y miró al menor, sonriéndole un poco. No podía mentir en que ahora estaba preocupado y convencido de que pronto debería hablar con Slash sobre eso.

— Cuéntame más sobre lo del maní. —le pidió Duff.

James se distrajo de sus pensamientos y aclaró su garganta.

— Bueno, ustedes habían llegado recién —explicó—. A ti se te había olvidado decirle a Slash que eras alérgico al maní, ten eso en cuenta. Entonces, fueron a una cafetería y tú con tu máxima inteligencia pediste un cheesecake de mantequilla de maní.

Duff abrió grandes los ojos y se golpeó la frente.

— Pero qué imbécil, ¿qué carajos me pasaba?

— No lo sé, amigo, pero no fue lo más cool de tu parte —carcajeó—. El punto es que, de repente te costaba respirar.

— Jódeme.

— Ojalá. Tu cara se hinchó como globo y te estabas asfixiando. Cliff y Slash corrieron contigo al hospital y te atendieron al instante. Hubiesen pasado unos minutos más y te morías.

Michael suspiró, haciendo esfuerzos por recordar.

— Vaya, no sabía todo eso.

— Slash se sintió muy culpable, estaba asustado. Por eso cada que ve maní cerca tuyo se desespera.

Al saber esa historia, a Duff le calzaron muchas cosas. Slash se desesperaba por protegerlo siempre con justa razón; ya la había pasado muy mal con esa experiencia que de seguro había sido traumante.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora