— Slash, lo que te diré a continuación te va a convencer.
— Nada de lo que digas me convencerá —reafirmó el moreno—. No te esfuerces.
— ¡Mierda, Saul, ya cállate! —le gritó Cliff. Cuando Slash guardó silencio, suspiró—. Gracias. Bien, como te decía... Aunque no dejes ir a Duff, él asistirá.
— ¿Cómo?
— Escapándose por la ventana.
Slash abrió la boca con sorpresa y miró hacia todos lados, como buscando alguna ventana por la cual pudiese huir. Ahora estaba inquieto, muy inquieto.
— Él no sería capaz de hacer algo como eso.
— Seguramente lo tiene en cuenta.
— Maldición...
— Es cosa de pensar como adolescente. Yo también lo fui una vez y confieso que me escapé un par de veces de casa con tal de ir a una fiesta.
— Hey —el moreno arrugó la nariz—. Le diré a tus padres.
— Ya lo saben, yo mismo se los dije hace como un año o algo así —explicó con simpleza—. Como sea, el punto aquí es que debes darle permiso a Duff.
— ¡Antes me mato!
— ¡Ugh, pero qué terco! Saul, Duff se las arreglará para escapar y será horrible. Lo mejor es que tú lo supervises, que lo dejes en la casa de su amigo y ya sabes, conocer un poco el ambiente.
Hudson permaneció pensativo y tomó un vaso de whisky para darle un largo sorbo. Mientras el alcohol le bajaba por la garganta, hizo una mueca y pestañeó rápidamente. Volvió a pensar en lo que dijo Cliff y en si realmente era lo mejor o no.
Sabía que para Duff era muy importante esa fiesta porque iba a ser la primera a la que asistiría. Recordó que Duff también le compartió su sentir y que se vio bastante insensible en ese momento. Un grado considerable de culpa invadió a Slash en ese momento. Pensaba en el rubio sollozando y se le apretaba el pecho. Duff merecía ser feliz y divertirse una noche con sus amigos y demás chicos de su edad. Sería una experiencia increíble para él, lo agradecería siempre.
El moreno chasqueó la lengua y resopló.
— Tienes razón, Cliff.
— Lo sé.
— Creo que le debo disculpas al bebé.
— ¡Exacto! Ve a charlar con él antes de que se quede dormido.
— Lo haré; hablamos luego, te amo.
— Y yo a ti.
Slash cortó la llamada y se levantó del sillón para caminar hacia las escaleras. Las subió lentamente y dio algunos pasos más hasta llegar a la habitación del adolescente. Apegó su oreja a la puerta para tratar de escuchar algo. No escuchó nada. Se atrevió a dar un par de toques y se oyó un bufido.
— ¡Déjame solo! —exclamó molesto el menor.
— Duff, necesito hablar contigo.
— ¡No quiero hablarte! ¡Vete de aquí! —replicó.
— Por favor.
— ¡Entiende que no quiero verte ni escucharte!
— Michael, abre la puerta ahora mismo.
— ¡No lo haré!
Hudson respiró profundo para calmarse y frunció el entrecejo.
— Bien, dame tu teléfono, estás castigado.
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𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝
FanfictionEl señor Hudson oculta una fuerte verdad... No se permiten copias ni adaptaciones. Tú imagina tus historias, no copies las mías.