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— ¡Maldita sea, Duff, apresúrate! —Cliff miró el reloj en su muñeca y gruñó— ¡Mira, diez minutos atrasados!

— ¡Ya voy!

El nombrado corrió hacia la cocina con su mochila en el hombro y sonrió nervioso. A Cliff no le hizo gracia esto.

— Duff, sabes que odio ser impuntual, ¿Qué te enseñé, eh?

— A llegar justo a la hora. —repitió.

— Ajá, ¿Por qué tardaste tanto?

Le preguntó el mayor, buscando una fruta en un platón bastante grande.

— Tú no entiendes, Cliff.

— ¿Te quedaste hasta tarde con el teléfono anoche? —preguntó Slash alzando una ceja.

Duff abrió grandes los ojos y negó rápidamente con la cabeza, haciéndole una seña para que se quedara callado. Slash solo carcajeó, volviendo la mirada a su computador.

— Me estaba reventado una espinilla.

— ¡Duff, te dije que no hicieras eso, niño, te van a quedar marcas! —lo regañó Cliff.

— ¡Tú también fuiste adolescente una vez, mi cara está repleta de acné!

Duff se quejó nuevamente, apuntando a su rostro que claramente confirmaba lo que estaba diciendo.

— Duffie, deja de ser tan típico adolescente, te pedí hora con la dermatóloga para la próxima semana. —le dijo Slash.

El menor rodó los ojos, sentía que nadie lo comprendía. Él tenía la cara llena de acné ahora, necesitaba que lo vieran ahora. Usaba productos para ello, pero al parecer no estaban funcionando.

— Voy a poder estar en paz cuando se me sane esta infección de la cara, estoy horrible.

— No digas eso, Duff.

— Ya nos vamos, Duff, despídete de Slash.

Cliff le dio palmaditas en el hombro y salió de la cocina para ir al auto. Duff se quejó y con desgano se acercó al moreno, quien tomó su taza de café y le dio un sorbo.

— Nos vemos en la tarde, Duff bebé, ten un buen día.

— Gracias, Slash, cuídate. —se despidió, acercando su rostro a la mejilla del contrario para dejar un beso ahí.

El nombrado esbozó una satisfecha sonrisa, le guiñó un ojo y lo vio hasta que se fue. Miró su computador y resopló cansado, su cansancio aumentó cuando vio todo lo que debía hacer.

— Tú puedes, Saul Hudson. —se dijo como motivación.

*\*\*\~

Cliff iba sagradamente a dejar a Duff en la escuela todos los días sin falta. En ocasiones, Slash iba a buscarlo cuando la jornada escolar finalizaba. El moreno se encontraba trabajando y no se le estaban haciendo muy fáciles las cosas, así que no podía recoger a Duff.

Mientras tanto, el chico de quince gruñía de brazos cruzados en el camino hacia la escuela. Cliff no le daba mucha importancia porque estaba acostumbrado; primero tuvo que soportar la difícil adolescencia de Slash y ahora la de Duff.

— Llegamos, Duff pequeño. Que tengas un buen día.

— Con esta cara todos los días serán malos.

— No digas eso, las palabras crean realidades. —sentenció el mayor.

— Nos vemos, Cliff.

El adolescente se despidió y entró a la escuela con la cabeza baja para que no vieran su rostro lleno de acné. Acomodó la mochila en su espalda y caminó con incomodidad, a pesar de que nadie lo estaba mirando, sólo era uno más entre muchos. Además, él no tenía tantos amigos como para ser reconocido y destacado entre la multitud. Realmente no le importaba ser popular; prefería ser un chico ignorado en la escuela.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora