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— Señor Hudson, quiero tener una mascota.

— Las mascotas son mucha responsabilidad, Duff.

El moreno llevó la canasta con ropa sucia al cuarto de lavandería, Duff iba tras él, con un oso de peluche en la mano.

— ¡Por favor, señor Hudson!

— ¿Y qué mascota te gustaría tener?

— Un cerdito.

— ¡¿Que?! ¡No!

— ¡Oiga, no sea malo! —Duff hizo un pucherito— ¡Señor Hudson, quiero un cerdito bebé! ¡Le pondría Piglet Hudson, sería como su hijo!—chilló el pequeño.

Slash comenzó a reír con ganas, dejó la canasta con ropa encima de la lavadora y puso una mano en su frente, sin dejar de carcajear. El pequeño nunca dejaba de sorprenderlo, siempre le sacaba sonrisas con sus locuras. Llevaban ya un mes viviendo juntos, así que se conocían bastante.
Duff frunció el entrecejo, colocando sus manos en su cintura, mostrándose muy molesto. Para él eso era un tema serio y realmente quería tener un cerdito como mascota.

— ¡¿De qué se ríe tanto?! ¡Oiga, le hablo en serio!

— ¿Entonces el cerdito sería como mi hijo? —preguntó entre carcajadas, con ganas de volver a oír lo que Duff le había dicho.

— ¡Sí, sería pequeño y muy adorable! ¡Dormiría con usted en su cama y le llamaría papá!

— Duff bebé, los cerdos no hablan.

— ¡Sí hablan! ¡En la tele hablan y usan ropa! —chilló.

— Vaya, estás viendo muchas caricaturas, eh.

Slash dejó un pequeño besito en la frente de Duff y se dispuso a dejar la ropa en la lavadora. Puso detergente y la cerró, para luego encenderla.

— ¿Quieres algo de comer?

— Quiero un vaso con agua.

— Está bien, entonces vamos a la cocina.

Ambos fueron a la cocina, Slash le sirvió a Duff un vaso con agua y le dio algunas uvas.
Siempre le daba fruta a Duff, así que el pequeño ya comenzaba a acostumbrarse a eso. Afortunadamente, le gustaban las frutas y no se ponía en contra, de echo lo agradecía.

— Señor Hudson, ¿Podemos invitar a Cliff a cenar?

— Si me alcanza el tiempo tal vez sí. Estoy un poco cansado.

— Pero extraño a Cliff.

— Lo sé, yo también lo extraño.

Duff hizo un pucherito y ladeó la cabeza. Slash moría de ternura cuando Duff hacía eso.

— Trataré de que pueda venir ¿Está bien?

— ¡Sí! ¡Ay, gracias, señor Hudson, lo quiero mucho!

El pequeño abrazó al mayor mientras sonreía emocionado. Slash hacía lo que estaba a su alcance para hacer feliz al pequeño. Ver a Duff sonreír era un regalo, algo que le causaba tranquilidad y a la vez felicidad.

Saul no tardó tanto en limpiar como pensaba, además, Duff lo ayudó con gusto. Realmente quería que Cliff fuera a visitarlos, extrañaba bastante al chico, era su gran amigo. Llevaban una semana sin verlo y ellos se veían seguido, pero Slash tuvo una semana ocupada y no le dio el tiempo para invitarlo, hasta ahora. Al darle la invitación, Burton aceptó contento, también extrañaba a sus chicos. 

Duff había pasado por muchas emociones desde que lo secuestraron, Slash en silencio trataba de investigar a la familia McKagan con tal de devolver a Duff en algún momento. Sabía que iba a quebrarlo quedarse sin él ya que le había agarrado cariño; pero él tenía que estar con su familia y Slash lo sabía. No tenía mucha información, por no decir nada. El pequeño Michael no hablaba sobre su familia ya que se deprimía mucho y sentía un gran vacío. Volvían a él esos terribles recuerdos que tuvo el día de su cumpleaños. A veces, esa era la razón por la cual durante la noche tenía pesadillas. El moreno corría a su habitación con tal de ayudarlo; le daba un vaso con agua, buscaba conversar con él, lo abrazaba y lo acompañaba hasta que Duff se quedara profundamente dormido.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora