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Duff subió las escaleras, mientras Slash se removía en el sillón y se quejaba por el dolor. Sentía como las heridas en su rostro ardían demasiado. Al poco tiempo, Duff bajó y fue junto a él.

— Siéntate para poder curarte mejor.

Slash abrió los ojos y se percató de que Duff tenía el botiquín de emergencias en las manos. Le obedeció al menor y volvió a cerrar los ojos, pero fue por tres segundos, ya que sintió peso en sus piernas, lo cual hizo que sus ojos se abrieran de golpe.

Duff estaba sentado sobre su cintura, con las piernas a los costados de esta. Eso lo puso muy nervioso inmediatamente.

— Te veo cómodo.

— Ajá —dijo el rubio con seriedad—. Pon tus manos en mi cintura, aprieta ahí si te duele.

Slash dudó si hacerlo, porque desconfiaba de Duff cuando comenzaba con ese tipo de cosas. Era tanto el dolor que sentía por las heridas que haría lo que fuera con tal de sanarlas.

Guió sus grandes manos a la linda cintura de Duff y al instante las mejillas de ambos ardieron. Por instinto, Duff movió sus caderas, haciendo roce con sus entrepiernas. Slash soltó un gruñido que hizo al rubio estremecer. Duff estaba caliente y tenso a la vez.

Recordó lo que había hecho Slash hace un rato y su enojo regresó con ganas. Dejó de moverse y aclaró su garganta. Abrió el botiquín y de ahí sacó un algodón y una botellita con alcohol. Mojó el algodón con alcohol y se atrevió a aplicarlo en la herida que tenía Slash en el labio.

Slash arqueó la espalda y soltó un largo gemido adolorido, mientras apretaba la cintura de Duff con sus manos. Elevó sus propias caderas, haciendo que la entrepierna de Duff y la suya chocaran con fuerza.

— ¡Ah, aah, mierda! —gruñó el moreno—. Mgh...

— Uhh... —Duff suspiró y volvió a mover las caderas, buscando sentir la entrepierna de Slash.

— Maldita sea, Duff. —Slash suspiró.

— Te mereces sentir ese dolor.

Slash frunció el ceño al escucharlo y alzó una ceja. Duff no mostró arrepentimiento por lo que había dicho.

El moreno se apartó, recostó a Duff en el sillón y se colocó sobre él.

— Lo que hice fue protegerte de un abuso sexual, pero tú aún no estás preparado para esa conversación.

— ¿Abuso? —Duff entrecerró los ojos y chasqueó la lengua—. Yo ya estaba abriendo las piernas.

— No mientas, ví tu cara de asustado.

— ¿Qué cara? —el rubio se hizo el desentendido—. Yo estaba bien, y caliente.

— Mucha información —Slash entrecerró un ojo—. Escucha, McKagan, de lo único que puedo arrepentirme, es de las estupideces que dije cuando bajamos las escaleras y llegamos con tus compañeros. Del resto no me arrepiento.

Duff desvió la mirada y suspiró. Ya estaba rendido e incluso cansado, estaba siendo una larga noche con mucha intensidad. Se supone que debería estar disfrutando de la fiesta y todo se arruinó. Cada que recordaba eso, le daban ganas de llorar.

— Yo quería a Krist.

— Lo sé —Slash suspiró

— ¿Por qué nadie me ama?

— Hey, yo te amo.

Las mejillas de Duff ardieron.

— Me refiero a un novio, Slash.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora