𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝

.27.

Duff respiró profundo y sonrió.

— ¿A qué hora nos invitó?

— A las 8:00.

— Entonces allá estaremos.

Slash quedó completamente desconcertado con la situación, porque se supone que a Duff no le agradaba Dave y se estaba mostrando dispuesto.

El moreno incluso pensó en ocultar aquella cena para evitar problemas después de lo sucedido, pero todos merecen una segunda oportunidad, ¿no? Duff merecía empezar de nuevo, ya que por lo visto aprendió su lección, o al menos eso quiso aparentar.

Duff tenía planeado demostrarle a Slash que su mala actitud había cambiado y había madurado. Lo único que deseaba era que Slash viese en lo que era capaz de convertirse: un chico grande, responsable y maduro. Además, si era el bueno de la película, descubriría de inmediato si Dave era bueno o malo.

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McKagan estaba bebiendo un vaso de agua en la cocina cuando escuchó el timbre. Dejó el vaso en una mesita y caminó con intención de abrir la puerta y recibir a quien estuviese ahí.

— Tocaron el timbre. —Slash bajó las escaleras y apareció también.

— Yo abro. —anticipó el rubio.

Cuando Duff abrió la puerta, un ramo de flores se le puso enfrente. Duff bastante extrañado tomó el ramo y de ese modo pudo observar de quien se trataba.

— Hola, cariño.

— ¡Krist! —lo saludó el rubio, apresurándose a abrazarlo.

Al oír el nombre y ver como se abrazaban, Slash frunció el ceño y rodó los ojos. Rápidamente subió las escaleras para esconderse ahí y ver si pasaba algo más.

— ¿Cómo estás?

— Bien, algo preocupado por ti, cielo —Krist le besó la mejilla y se adentró a la casa— ¿Por qué no fuiste a la escuela hoy?

— Oh, quise quedarme aquí y Slash me dio permiso.

— Wow, qué milagro más grande; es un día de suerte. —carcajeó.

Saul no tardó en soltar un pequeño gruñido.

— Escuché eso, mocoso de mierda. —susurró Slash, lo suficientemente bajo como para no ser escuchado.

Duff rió junto a Krist y asintió con la cabeza.

— Exacto, aunque ya íbamos saliendo.

— ¿A dónde?

— A la casa del novio de Slash. Nos invitó a cenar, así que, para allá vamos.

— Ah, ya veo —asintió el más alto—. Entonces, supongo que adiós.

— Quédate un rato más. —Duff le tomó una mano.

Krist sonrió y asintió con la cabeza. Guió su mano libre a la cintura del menor y lo acercó más a él.
Era sorprendente que teniendo ese tipo de cercanía, aún no se hubiesen besado. Seguramente lo harían si hicieran oficial lo suyo.

Cuando Slash notó que las cosas estaban yéndose por el lado más coqueto y sexual, hizo notar su presencia. Se levantó de las escaleras y aclaró su garganta, mientras bajaba los escalones. Los dos adolescentes inmediatamente se separaron, Duff ahora se notaba nervioso.

— Krist, qué grata visita, pero ya nos vamos. —habló Slash.

Duff rodó los ojos. Krist rió algo incómodo.

— Sí, Duff me comentó sobre eso. Así que, ya me voy.

Slash miró cada uno de los movimientos de Krist y esperó a que se retirara. Dejó de mirarlo cuando se despidió de Duff, porque le pareció odioso ver como se abrazaban tanto.