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— ¡Ohh, por Dios! —Duff se cubrió la boca con sorpresa.

— E-Eh, no importa.

Slash puso dos dedos en sus labios, acariciando la zona. Duff se sonrojó al instante, no sólo por el beso, sino porque también se había excitado cuando vio a Slash hacer aquello.

Ninguno de los dos sabía que decir. A pesar de que había sido corto, había sido un beso al fin y al cabo.

Duff sólo quería gritar de felicidad y lloriquear de alegría. Aún no podía creer que había dado su primer beso, y con el hombre que amaba.

Las mejillas de ambos ardían, evitaban el contacto visual por nervios y los dos se percataron de que actuaban igual en aquella situación, pues no sabían que hacer.

Slash aclaró su garganta y acomodó un poco su camisa blanca. Traía eso, pantalones negros y zapatos del mismo color.

Duff amaba que Slash se vistiera siempre tan elegante, se veía realmente sexy.

— L-Lo siento, Saulie, no me di cuenta que giraste el rostro, fue muy repentino.

— No te preocupes, ya pasó. Todo bien. —el moreno intentó calmar sus nervios.

El menor se lamió los labios y suspiró.

— Slash, ¿tú me besarías?

Saul quedó completamente atónito ante esa pregunta. El corazón se le aceleró de manera intensa y le estaba costando hablar porque los nervios eran superiores.

— ¿Qué?

— Ajá.

— Vete a tu cuarto, Duff, yo te aviso cuando llegue la pizza. —habló rápido, en un intento de cambiar de tema y evitar a Duff.

— Pero respóndeme. —insistió el rubio.

A decir verdad, Duff pudo notar que estaba poniendo nervioso a Slash y eso comenzó a gustarle. Trató de ponerse más cerca de él, notando como su respiración se aceleraba.

— Michael, ¿estás ebrio de nuevo?

— No, sólo tengo esa duda.

— Es una duda estúpida.

— No. Soy curioso, y eso lo sabes muy bien. —respondió el rubio con simpleza.

— Muy bien, esto está siendo incómodo.

— Responde.

Slash no podía creer que estaba siendo presionado por un adolescente de dieciséis años, al cual vio crecer. Se supone que era el mayor, que debía imponer autoridad y no ser débil ante un muchacho menor que él que claramente había planeado ese momento desde el instante en el que se besaron, o al menos eso se supone.

— Maldición, yo jamás besaría a un menor de edad.

— ¿Y si se tratara de mí? Soy sexy

— Voy a fingir que no me estás diciendo todas estas cosas. Vete a tu cuarto.

Slash miró a Duff de pies a cabeza, sin saber que sentir al respeto.

— Mira, dime si se siente bien.

Duff tomó las manos de Slash y las colocó en su cintura, suspirando de satisfacción cuando sintió el tacto del mayor. Saul solo miraba la linda cintura de Duff y lo bien que le quedaban esos pantalones.

Apartó las manos en cuanto Duff las soltó y lo miró extrañado.

— ¿Qué te pasa, Duff?

— ¿De qué hablas? ¿No te gusta? —el rubio volvió a tomar las manos de Slash.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora