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— ¡Feliz cumpleaños, Duff! ¡Dios, ya son dieciséis, qué rápido pasa el tiempo!

Cliff y Slash besaban ambas mejillas del adolescente al mismo tiempo, haciéndolo reír.

Al fin era cinco de febrero y Duff acababa de despertar, estaba muy emocionado porque al fin tenía dieciséis y estaba más cercano a la edad de Slash.

— El bebé está tan grande y tan lindo. —chilló Cliff mientras lo abrazaba.

— ¡Cada segundo de su vida más hermoso! —Slash le besó la frente.

— Oigan, ya cálmense, me van a llenar la cara de saliva o algo.

Duff arrugó levemente la nariz, sin borrar su sonrisa.

— ¡Pero si eres un bebé! Cuando eras pequeño te gustaba que te diéramos besitos en la cara —asintió Cliff.

— Di lo mismo que decías hace unos años.

— No, qué vergüenza.

— ¡Oh, vamos!

— Agh, está bien —Duff rodó los ojos—. Soy Michael Andrew McKagan y ahora tengo dieciséis años.

— ¡Owww, edad actualizada, bebé!

Cliff era quien más estaba mimando a Duff, estaba muy orgulloso y emocionado de lo mucho que había crecido. Él y Slash lo habían criado, pero principalmente él ya que siempre fue el mayor.

Duff fue a ducharse y se vistió con algo simple, una blanca camiseta grande y pantalones tipo joggers de color beige junto con sus Converse rojas.

Por supuesto, iba a cambiarse la ropa más tarde para su fiesta.

Cuando el rubio terminó de vestirse, fue hacia la cocina para desayunar como todos los días. Apenas puso un pie ahí, vio globos y luego a los padres de Cliff.

— ¡Sorpresa! —exclamaron felices.

Duff levantó sus brazos con emoción y luego se acercó a ellos para abrazarlos.

— ¡Feliz cumpleaños, bebé!

— ¡Gracias! —el rubio chilló feliz.

— Te trajimos un pastel, aunque seguro tendrás otro después.

— No importa, abuela, lo valoro mucho. —McKagan le besó la mejilla.

— ¿Ya comiste, mi vida? —le preguntó la mujer.

— No, recién me levanté de la cama.

Los cinco se sentaron en el comedor para desayunar. La mesa ya estaba lista, con un desayuno contundente y delicioso que Duff moría por comer. Observó la mesa y se percató de que faltaba una cosa para que el desayuno fuese perfecto.
Entonces, sintió una mano en su hombro, volteó y vio a Slash con una sonrisa, extendiéndose un plato hondo con su avena.

— ¿Buscabas esto?

— ¡Sí!

— Sólo faltaba tu avena para que todo fuese perfecto.

— ¡Así es! ¡Gracias, Slash, te amo!

El rubio rió y le besó la mejilla, sacándole una bonita sonrisa que enamoró aún más a Duff.

*\*\*\~

Los invitados de Duff comenzaron a llegar, no eran tantas personas, sólo amigos y su familia. Él esperaba a que aparecieran sus tres amigos para poder pasar tiempo con ellos y divertirse.
Izzy y Steven fueron los primeros en aparecer, ambos tenían los regalos de Duff en las manos.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora