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Las cosas se nos fueron de las manos, McKagan.

— ¡No sé cómo arreglar esto! ¡Slash está ebrio hablando estupideces, Dios!

Bien, bien, tengo un plan.

— ¡Tus planes no han salido bien!

¡Hey, esto está saliendo de maravilla! —reclamó Axl—. Anda a la habitación de Slash y usa tus dotes de seducción para sacarle unas cuantas verdades.

Duff se quedó callado un momento, pensando en lo que decía el pelirrojo y si realmente era una buena idea o no. Era tentador, ya que Slash estaba tan alcoholizado que decía todo lo que pensaba sin censura, ya lo había demostrado.

— ¿Eso no sería aprovecharme?

¿Y? ¡Tú quieres a Slash, búscalo! —exclamó Axl.

— De acuerdo... Deséame suerte.

Siempre, amigo mío.

McKagan suspiró y asintió levemente con la cabeza. Cortó la llamada y se dispuso a ir hacia la habitación de Slash, con su corazón acelerado. Estaba tan nervioso, que sus manos comenzaron a sudar y sus piernas a temblar.

Subió las escaleras de la casa hasta llegar a la habitación de Slash, muy ansioso. Escuchó algunos gruñidos y murmullos por parte del moreno, lo cual, de algún modo, lo excitó.

Duff se atrevió a tocar la puerta y esperó pacientemente una respuesta que no tardó en llegar.

— No estoy. —exclamó el moreno.

Michael rodó los ojos y suspiró.

— Slash, ¿puedo pasar?

— ¿Qué quieres? Vete con tu novio.

— Agh, Slash, ¿podrías dejar tus celos de lado un momento?

— Como sea —bufó—. Entra.

— Lo haré.

El rubio no tardó en obedecer, abrió lentamente la puerta y se asomó con cierto temor a lo que podía encontrar. Alzó una ceja al ver a Slash sentado en su cama, con una expresión molesta. El moreno se cruzó de brazos.

— ¿Qué necesitas?

— Hablar contigo sobre temas importantes.

— ¿Qué temas?

— Cosas importantes... No lo sé, hablemos sobre temas variados. —propuso el menor.

Slash carcajeó y alzó las cejas.

— Bueno, dime lo que sea.

— De acuerdo; ¿Qué opinas sobre mí?

— Que algo planeas.

Duff se sorprendió un poco, tragó en seco y negó lentamente con la cabeza, riendo con nervios.

— ¿Qué podría planear?

— No lo sé... Siéntate en la cama, no estés ahí parado. —le dijo con la voz grave.

Slash esbozó una sonrisa al notar los nervios de Duff, ya que era bastante peculiar verlo así. El rubio se sentó en el borde de la cama y volteó para ver a Slash.

— Slash, quiero pedirte algo.

— ¿Qué cosa?

Duff suspiró y bajó la mirada, no era capaz de decirle lo que deseaba. Slash se levantó de la cama y con dificultad fue hacia él, colocándose de rodillas enfrente del ansioso rubio.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora