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— Me encantas, precioso.

— Sí, Slash... ¡Sí!

Duff arqueó la espalda, gimiendo alto por el placer que lo invadía. Las fuertes y profundas embestidas que Slash le daba hacían que la cama chocara con fuerza contra la pared. El sonido de sus pieles chocando era satisfactorio, y ver el cuerpo de Slash desnudo sólo para él era algo increíble que le daba más placer todavía.
Estaba con las piernas abiertas y Slash entre ellas, con el rostro oculto en el cuello del rubio, olfateando su dulce aroma.

— Aah... Soy todo tuyo, Duff, sólo te amo a tí, mi cuerpo te pertenece.

— Maldita sea, Slash... ¡Dios, sí, eres mío! —gimoteó, sintiendo espasmos recorrer su cuerpo, signo de que estaba llegando al orgasmo— ¡Dame más, Slash, dame más, me gusta sentirte!

Veía las expresiones de placer de Slash, escuchando sus gruñidos y como suspiraba su nombre lo enloqueció, invadido por un placer inexplicable.
El moreno lo tomó por la mandíbula y lo besó con pasión, acariciando su mejilla. Luego se separó y unieron sus frentes.

— Haremos esto todos los días, mi amor, porque estamos solos... Eres mío... —jadeó Slash, mordiéndole los labios, sin dejar de mover las caderas para embestirlo—, te amo.

— Y-Yo... ¡Ah!

Duff quería hablar, pero el placer sólo lo hacía gemir lo más fuerte posible. Slash volvió a besarle los labios con placer, mientras Duff le arañaba la espalda.

Duff abrió los ojos como búho.
Estaba sudado, las sábanas estaban mojadas, al igual que su ropa interior y su pijama. Afortunadamente tenía una camiseta grande y holgada, así no se le veía la entrepierna.
Al principio pensó que se había orinando o algo así, luego se dio cuenta de que por ese sueño erótico había manchado todo con sus fluidos.

Se levantó de la cama y caminó hacia el baño. Estaba por entrar, pero la voz de Slash lo detuvo.

— Buenos días, McKagan.

— Oh, b-buenos días. —tartamudeó con nervios.

Cuando vio a Slash, no pudo evitar recordar su sueño. Ver como le sonreía hizo que mordiera su labio inferior.

— Hey, estás sudando, Duff ¿Pasaste mucho calor anoche?

— Sí, no te imaginas cuánto —susurró muy bajito, para que el moreno no pudiese oírlo.

— Cariño, ve a ducharte, yo te llevaré ropa limpia ¿Está bien?

— De acuerdo, gracias, Saulie.

Saul se acercó a Duff para besarle la mejilla y se encaminó hacia su habitación. Al abrir la puerta, encontró las sábanas muy desordenadas. Había algo de ropa sucia tirada por ahí, y como a Slash no le gustaba para nada el desorden, se dispuso a ordenar.

— Esta habitación huele a adolescente. —dijo mientras rodaba los ojos y abría la ventana.

*\*\*\~

Duff jadeaba mientras se daba la ducha, seguía muy excitado y necesitaba con urgencia que su sueño se hiciese realidad.
Se molestó consigo mismo por esos pensamientos y por ello puso el agua fría, chillando. Necesitaba quitarse el calor de encima, no soportaba estar así de excitado; era algo nuevo y extraño.

No dejaba de pensar en como se sentían esas embestidas, le daban ganas de buscar a un chico y tener sexo con él para ver si se sentía tan placentero como en su sueño.

— Slash... —suspiró con los ojos cerrados, mordiendo su labio inferior.

Hubo toques en la puerta, Slash abrió rápidamente y dejó la ropa de Duff encima del tocador.

𝐓𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐫. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora