Albedrío

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Neji tomó asiento en la silla de su oficina mientras intentaba leer la lista de pendientes que tenía para la siguiente semana

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Neji tomó asiento en la silla de su oficina mientras intentaba leer la lista de pendientes que tenía para la siguiente semana. Sin embargo, su pierna se movió inquieta lo cual imposibilitaba que prestara la suficiente atención al documento que tenía entre manos.

Suspiró mientras dejaba el papel en la mesa con desgana y fijaba su completa atención en la puerta de madera que se encontraba cerrada. Estaba intranquilo desde que había visto a aquella mujer sentada en la recepción.

Cuando salió a entregarle el documento a Tenten que había olvidado en su oficia luego de aquel momento...entre ellos. Al ver a esa mujer que parecía mayor que Tenten, tal vez por su forma de vestir, le generó una mala espina. Esa sonrisa descarada que le había dedicado, con el mismo pecado tatuado en todo su cuerpo. No le gustaba su vestimenta que dejaba entrever gran parte de sus piernas y un escote pronunciado. Nada en ella lo dejaba tranquilo.

Y tal parecía que esa mujer era la amiga de Tenten, con la que saldría.

Un día antes ella le había indicado que saldría un poco antes del trabajo porque una amiga suya estaba en la ciudad. Aquel hecho despertó la curiosidad del sacerdote aunque no preguntó demasiado. Era la primera vez que la castaña hablaba de algún conocido. Sabía que no tenía familia pero jamás había mencionado algún amigo cercano, hasta ese momento.

Se preguntó el tipo de relación que pudieron tener en el pasado y si eran lo suficiente cercanas, algo que él desconocía. No es como que a Neji no le interesaba la vida de la fémina. Realmente todo lo que la rodeaba atraía su atención, sin embargo las veces que él había intentado obtener algún tipo de información Tenten simplemente le había dado vueltas o había sido lo suficiente ambigua para no obtener ni un tipo de información.

Tenten era reservada con su pasado, aunque de vez en cuando soltaba un par de cosas al respecto. El tiempo con ella le había permitido conocerla más que a cualquier otra persona. Como le gustaba el café, cuál era su comida favorita, el tipo de olores que prefería, que era muy buena en diferentes actividades manuales. En sus antiguas confesiones cuando él se oponía a acercarse a ella, la fémina le había confesado algunas cosas de su vida romántica. Sobre cómo había tenido diferentes relaciones y estas habían terminado mal. Fuera de eso no sabía más, aunque no es que fuera importante.

Él quería a la Tenten que se había mostrado ante él.

Y por eso mismo lo dejaba intranquilo que saliera con esa amiga, que venía de su pasado. Neji aún recordaba la actitud desenfrenada de Tenten al inicio. Cuestión que le repelía pero que en algún momento ella dejó atrás. Lo cual agradecía. Ahora ella parecía más libre ante su relación, sin inhibiciones, pero había una gran diferencia entre su actitud de ahora y la de antes. Tiempo atrás Tenten parecía mirarlo como...un premio. Una recompensa que quería obtener como pudiera. Ahora la mirada que Tenten le dedicaba era un reflejo a los mismos sentimientos que él tenía por ella.

A pesar de que Tenten estaba más... ansiosa por estar con él más allá de los besos y la entendía. No podía contenerse, tanto como él. Lo único que frenaba a Neji en varias ocasiones era el peso de su labor en la iglesia. La mirada recurrente del señor era el que lo hacía retroceder o al menos un poco.

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