Las manos femeninas se movieron ágilmente por el cuello clerical para desabrocharlo y dejarlo a un lado, mientras se inclinaba aún más cerca del cuerpo masculino que estaba sentado y lo besaba con tanta ferocidad como pudo.
No podía controlarse, no cuando llevaban varios días en esas absurdas excusas de Neji sobre que deberían tener más cuidado y que no podrían ir en su casa durante un tiempo por los rumores que estaban surgiendo. Nadie había visto salir a Tenten una semana atrás salir de su casa, por lo que esas excusas eran tontas a su forma de ver. Había resistido pacientemente más de una semana, siete días manteniendo sus manos fuera del sacerdote ¿y el acaso quería más? Había perdido la razón si esperaba que ella fuera a retroceder cuando habían llegado tan lejos.
Tenten necesitaba mucho más del Hyūga, demasiado.
Lo había probado en totalidad, por lo que reprimirse o retroceder ya no eran palabras aceptables en su vocabulario.
Por eso mismo se había adentrado a su oficina temprano en la mañana, cuando todo parecía tranquilo, caminando sin detenerse hacia donde estaba el sacerdote y lo había besado sin limitaciones, sentándose en sus piernas y demandando su atención.
―Tenten espera, alguien podría... ―Soltó Neji cuando ella se alejó para besar su cuello con intensidad.
―No volveré a esperar más...
Volvió a besarlo mientras su mano se movía ansiosa en la entrepierna masculina, estimulándolo lo suficiente para motivarlo. Sabía que Neji era un hombre racional en todo sentido, pero si lograba presionar los puntos necesarios, él perdía toda razón y se dejaba llevar por sus instintos. Era algo que había aprendido con el tiempo de pasar a su lado y jugar un poco con él en la intimidad. Atrapó la oreja masculina con los dientes y su aliento lo hizo estremecer.
Tenten introdujo su mano por debajo de la camisa mientras dejaba pequeños besos por el cuello del sacerdote y su mandíbula, escuchándolo respirar profundamente. Podía sentir como él mismo parecía haber extrañado ese contacto.
―Vamos Neji, quiero sentirte...―Susurró en su oreja de forma seductora.
El sacerdote colocó ambas manos en las caderas de la mujer, presionándola contra su entrepierna que dejaba en claro su excitación. Desabrochando lentamente los botones de la blusa que ese día había llevado Tenten y bajando el sostén lo suficiente para poder jugar con los pechos femeninos.
Neji la escuchó gemir una y otra vez, lo cual despertaba su instinto más primitivo, motivando a presionar y succionar más fuerte, deleitándose de aquel sonido que era un estimulante enorme para sí mismo. Se levantó cargando con la fémina y recostándola en su escritorio, mientras él seguía adentrado en los pechos con los que se había familiarizado pero que resultaban tan tentadores con la ropa que Tenten solía usar que en más de una ocasión se reprendía por mirar más de la cuenta.
Sin esperar más el cierre de su pantalón bajo, por la posición de Tenten en la mesa la falda roja que ese día llevaba estaba alzada, esperando pacientemente. Por lo que sin mucho problema Neji entró en ella, causando que un gemido más fuerte saliera de la boca femenina.
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Confesiones
FanfictionÉl era un santo, recto y devoto, todo parecía marchar bien, hasta que una pecadora fijó sus ojos en él y todo se fue al carajo.