Abrió los ojos con cierta pesadez, costándole mantenerlos abiertos, los sentía extremadamente pesados, pero aún así se forzó a abrirlos cuando escuchó el alejado canto de las aves que siempre servían de sonido ambiental en las mañanas.
Los orbes malva se abrieron en totalidad encontrándose con la mirada castaña cerca, Tenten estaba apoyando su mentón en su pecho, con una sonrisa completamente satisfecha en su rostro.
―Buen día, Neji.
El sueño inicial que lo había estado invadiendo se esfumó al contemplar la imagen femenina recién despertada, con el cabello desordenado, la mirada coqueta y sintió la piel caliente y desnuda contra la suya. Las imágenes de la noche llegaron a su cabeza con rapidez. Su cuerpo se agitó ante la idea, demasiado emocionado. Lo cual le sorprendía porque apenas había logrado conciliar el sueño en la madrugada, cercanas las cinco de la mañana.
Siendo un sacerdote durante tanto tiempo el hecho de pasar malas noches o sacrificando las horas de sueño no era un problema con él. El verdadero problema era el hecho de cómo se había desvelado la noche anterior, solo durmiendo un par de horas. Recordó los gemidos femeninos en su oreja, su cuerpo completamente caliente y como Tenten no lo había dejado tranquilo ni un segundo. Sintiéndose aún más traicionado por su cuerpo cuando a pesar de sentirse agotado, seguía reaccionando cuando Tenten lo buscaba en la oscuridad de su cuarto.
El resultado ahora era sentir un cansancio total, sus extremidades engarrotadas y el sueño buscaba derrumbar su intachable marca de siempre llegar a tiempo a la iglesia.
Y a pesar de eso, su cuerpo se agitó cuando ella se acercó para darle un beso ligero.
― ¿Te sientes bien? ―Comentó al verla sonreír sin dejar de mirarlo.
―De maravilla, como hace tanto tiempo no estaba... ¿y tú? ―Los dedos femeninos acariciaron su pecho con cierta picardía.
―Estoy bien.
A pesar de la noche intensiva que ambos habían pasado y dejando de lado el cansancio que lo dominaba, Neji se sentía estupendamente, como si una carga hubiera desaparecido de su cuerpo. Y en un rápido movimiento la atrajo hacia sí, rodeándola con los brazos, queriendo quedarse de esa forma.
― ¿Qué hora es? ―Preguntó en el aire sin querer saber la respuesta.
―Un poco más de las ocho.
Neji giró el rostro hasta el reloj que tenía en la mesa junto a su cama y maldijo internamente cuando vio la hora. Era demasiado tarde, pero su cuerpo no ayudaba a levantarse.
―No me dará tiempo si voy a la casa con Umi, por lo que ¿puedo bañarme aquí?
―Si está bien. ―Tenten se alejó de sus brazos, levantándose de la cama dejando ver su cuerpo desnudo, del cual Neji no separó la vista.
Acto que no pasó desapercibido para Tenten y que sonrió con cierta picardía mientras tomaba una toalla y había ido a la sala a buscar el resto de su ropa. Finalmente regresó sobre sus pasos y lo miró con gran intensidad. Él se había sentado en la cama, flexionando sus músculos adoloridos. Como si hubiera corrido un maratón.
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Confesiones
Fiksi PenggemarÉl era un santo, recto y devoto, todo parecía marchar bien, hasta que una pecadora fijó sus ojos en él y todo se fue al carajo.