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Los murmullos y susurros se empezaron a escuchar cuando una carroza real apareció en las calles de la ciudad.

Todos tenían curiosidad y no podían evitar curiosear sobre quién iba dentro de esta, llegaron a pensar que podría ser el rey, pero eliminaron la idea ya que este no había salido del palacio en años.

Pero a pesar de que hubieron miles de suposiciones, ninguna le atinó a la realidad.

La general Yunan arregló su armadura y se colocó la capa mientras escuchaba las voces de los soldados fuera de su habitación.

Hoy era especial, no habían recibido una visita real desde hace años y ese mismo día la volverían a recibir. Estaba emocionada, había visto anteriormente a la visita del día y la conocía perfectamente.

Pero esto era solo cuando la general era simplemente Yunan, el resto del tiempo era la general Yunan y no estaría sola durante el tiempo que durara la visita.

Salió de su habitación y al instante las voces de los soldados se callaron dejando consigo un espeso silencio en el aire, la general empezó a caminar hasta la entrada del lugar, su armadura resonaba en los pasillos junto a los sonidos metálicos de sus pasos en el suelo.

-Justo a tiempo — murmuró mientras observaba la carroza detenerse frente a ella.

Caminó hasta esta y abrió la puerta.

La general sonrió al ver aquella mano cubierta por guantes blancos tomar la suya, observó aquella cabellera azul oscura perfectamente peinada haciendo contraste con aquel vestido
llamativo de colores sobrios y sencillos.

-Bienvenida sea, Lady Olivia.

La peli-azul bajó de la carroza, sus zapatillas finas resonaron contra el concreto de la acera y  las miradas se posaron sobre ella y la general, la cual se mantenía sosteniendo la mano de Olivia.

-Gracias por recibirme, general Yunan, hace mucho que no salía del palacio.

La general enganchó su brazo con el de Lady Olivia y la comenzó a guiar hasta la entrada del lugar, hogar de los soldados miembros del ejército de Newtopia.

-Es un gusto volver a tenerla con nosotros una vez más — las puertas detrás de ambas se cerraron — acompañeme hasta la sal de reuniones, así podremos hablar tranquilamente.

Yunan cerró la puerta de la sala mientras Olivia tomaba asiento.

-Hablamos como si no lo hubiéramos hecho ayer — Yunan bromeó y se sentó frente a Olivia.

-Hace mucho no escuchaba tu tono firme y formal, creo que nunca estuvo en ti cuando hablabas conmigo — Olivia rió.

-Ahora, dime, ¿Que trae a la grandiosa Lady Olivia a mis humildes aposentos?

-El rey Andrias desea nuevos guardias en el palacio, pero no cualquier guardia — Olivia empezó — necesito que asignes a los mejores y más confiables soldados que tengas, el rey espera que estos protejan a la princesa, y yo espero lo mismo, Yunan.

La general escuchó atentamente a la mujer frente a ella, conocía a la princesa en persona, ya que un día Olivia y ella se habían puesto borrachas hasta el tope con un vino caro en el palacio, Marcy las había encubierto y se deshizo de cualquier cosa que pudiera inculpar a ambas ante el rey.

Con el tiempo, Yunan empezó a ver más y más a Marcy en sus visitas frecuentes al palacio.

-Ella nunca ha tenido guardias a su disposición — Yunan empezó — ¿Crees que es buen momento empezar a hacerlo ahora?

-Marcy está por cumplir los 18, Yunan, el rey Andrias no quiere que ningún maldito haga el intento de robarla, y si tan siquiera lo intentan, quiere que terminen muertos.

Detrás de las paredes del castillo - ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora