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Las habitaciones frías y silenciosas nunca han sido las favoritas de Anne y Sasha.

Mucho menos cuando estaban esperando noticias acerca del estado en el que se encontraba el amor de sus vidas después de haber sido casi asesinada.

El único ruido que se podía escuchar era el de gotas cayendo desde el techo hasta el suelo, ya que cuando la batalla había finalizado con la princesa cayendo al suelo (con una grave herida en el abdomen), una lluvia había comenzado.

A pesar de esto, las dos guardias salieron corriendo hacia donde se encontraba el cuerpo inconsciente de la princesa junto con el cuerpo ya muerto del rey, la cargaron en brazos y la sacaron del lugar bajo las miradas de los curiosos que aguantaban la lluvia torrencial con tal de poder estar al tonto de todo y ser los primeros en llevar el chisme al centro de la ciudad.

Los únicos presentes en la sala de estar no habían dormido ni un poco desde que la batalla se llevó a cabo, habían pasado ya cinco horas de eso.

Cinco horas sin saber nada sobre el estado de Marcy.

El simple hecho de pensar en qué tal vez la princesa ya no respiraba, era terrorífico y le causaba un sentimiento de impotencia a las guardias.

Estuvieron ahí...

Pero no pudieron hacer nada para evitar que Marcy saliera herida.

« Que mierda... »

Sasha acarició el cabello de Anne, quien tenía la cabeza recostada en su hombro, los ojos cerrados y la mente en blanco dejándose llevar por el miedo y su imaginación.

Por otro lado, la rubia estaba completamente perdida mientras la imagen de Marcy cayendo al suelo se reproducía en su cabeza una y otra vez, torturandola horriblemente y restregandole en la cara que fue inútil esa vez.

Estar juntas era lo único que lograba darles un poco de ánimo en ese momento.

Jade subió sus piernas a la silla y hundió su cabeza entre sus rodillas, era increíble lo horrible que podía llegar a ser el silencio incluso para una persona que lo amaba por completo.

-Iré por algo a la cocina — informó mientras se ponía de pie — ¿Quieren algo?

Sasha y Anne se negaron al instante, seguramente sus estómagos devolverían todo al sólo probarlo.

Jade suspiró y asintió levemente, sus botas resonaron contra el suelo en cuanto ella se comenzó a alejar de la sala en camino a la cocina.

El castillo estaba siendo un caos en esos momentos, el rey Andrias había muerto y la princesa estaba al borde de la muerte. Los guardias iban de un lado a otro junto con los invitados que se retiraban del lugar.

Habían llegado con la promesa de una boda, pero posiblemente volverían para un funeral en días próximos y no muy lejano.

-Ella estará bien, ¿Cierto?

Sasha dejó un beso en la cabeza de Anne y asintió.

-Ella es una de las mujeres más fuertes que conocemos, Anne — dijo — sabes que no cualquier cosa podrá acabar con nuestra Marcy.

-Ojalá tengas la razón, Sash — Anne sollozó hundiendo su cabeza en el cuello de Sasha — no la quiero perder ahora que podemos ser felices sin tener que escondernos.

La rubia refugió a la castaña entre sus brazos y escuchó los sollozos que esta soltaba de vez en cuando.

No podía dejarse caer, debía estar para Anne, y para Marcy cuando ella pudiera estar bien una vez más.

Detrás de las paredes del castillo - ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora