Detrás de las paredes del castillo - ✅

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-Odio esto.

Marcy sintió que el corsette ajustado la dejaba sin respirar y de verdad lo odiaba, no le gustaba ver su cabello tan... Arreglado y mucho menos el montón de cosas que Olivia le había puesto en la cara.

-¿Por qué hacemos esto?

-Porque hoy es tu cumpleaños — Lady Olivia dijo como si fuera obvio.

-No me parece una buena explicación, nunca habíamos hecho esto por mis cumpleaños — Marcy resopló — ¿Por qué hacerlo ahora?

Lady Olivia acunó el rostro de Marcy en sus manos y sonrió.

-Porque hoy hay una fiesta, Marcy, y tu tienes que estar ahí.

-¿No me puedo quedar aquí?

-No.

-¿Anne y Sasha podrán estar conmigo?

Lady Olivia rodó los ojos y sonrió.

-Claro, mientras no te estés quejando de todo estará bien.

Marcy sonrió, victoriosa, y se libró del agarre de Olivia cuando esta se alejó de ella después de dejar un beso en su frente.

-El rey Andrias quiere hablar contigo.

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-¿Puedes creerlo? ¡Nosotras en una fiesta real!

-Somos guardias, Sasha, no invitadas.

Sasha rodó los ojos y tomó a Anne de los hombros.

-¿Estás consciente de que besamos a la princesa?

Anne desvió la mirada y se sonrojó haciendo que Sasha soltara una risa burlona. La castaña alejó a la rubia causando que esta casi se caiga al suelo.

Anne rió al ver a Sasha intentando recuperar la compostura.

-Estoy consciente de eso, pero...

-¿Pero?

-Los invitados los elige el rey Andrias, no Marcy, por más que sea difícil creertelo — Anne se dejó caer en la cama — aunque Marcy nos invite de ese modo, estaremos ahí como guardias.

-Eres una aguafiestas.

-Aguafiestas tu mamá.

Sasha se subió a la cama y tomó de las mejillas a Anne, dejó un corto beso en sus labios y rió al ver las mejillas sonrojadas de la castaña.

Anne reaccionó y se sentó para devolverle el beso a Sasha. La rubia llevó sus manos hasta la cintura de Anne y profundizó el beso.

Se separaron cuando golpes en la puerta perturbaron el silencio en la habitación. Anne se levantó mientras Sasha arreglaba su cabello y trataba de lucir casual.

Anne tomó la manija de la puerta y la abrió, el rostro de la general Yunan apareció frente ella, esta no sonreía, pero era lo normal, la única vez que la había visto sonreír fue la vez en la que llegaron al palacio y la general estuvo pegada a Lady Olivia todo el tiempo.

La general se apoyó en el marco de la puerta y examinó a Anne.

-La princesa las espera en su habitación — dijo, observó de reojo a Sasha en la cama y la saludó con la mano — quiere hablar con ustedes.

¿Desde cuándo Yunan era mensajera?

-Perfecto, estaremos ahí en un segundo.

Yunan se separó de la puerta y desapareció tan rápido como apareció.

Anne cerró la puerta y volteó hacia Sasha, quien sonreía aún con las mejillas sonrojadas.

-¿Decías?

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Marcy caminaba de un lado a otro por su habitación y explicaba la situación a las guardias, quienes la escuchaban con atención desde la cama de la princesa.

-¿Y adivinen que? ¡Quiere que me comprometa con un maldito príncipe!

Sasha frunció el ceño y observó a Marcy, llevaba un vestido verde larguísimo y extravagante que a pesar de ser bastante feo a opinión de las guardias, en Marcy lucía bien. El cabello negro suelto pero con un moño decorado por caracolas, justo como Lady Olivia lo solía llevar.

Sus labios que normalmente eran rosas, lucían rojos y brillantes, sus pestañas largas llamaban la atención a sus lindos ojos verdes.

-¿Por qué lo haría?

Marcy se dejó caer en la cama y se cubrió el rostro con las manos.

-"Porque eres una princesa" — recordó las palabras de Lady Olivia — ¡Y aunque quisiera casarme con un príncipe, no lo podría elegir porque el rey Andrias lo hará por mi!

Anne y Sasha se observaron entre ellas antes de acostarse junto a Marcy.

-Todo esto es una mierda, ser una princesa es una mierda — Marcy se quejó.

Anne besó la mejilla de Marcy y posó una mano en su mejilla, Marcy se sonrojó y por un momento se olvidó de lo que estaba hablando quedando completamente perdida en aquellos ojos cafes.

Y se olvidó hasta de su apellido cuando sintió el brazo de Sasha rodearle la cintura y la suave respiración de la rubia en su nuca.

Los labios de Anne se pegaron a los de Marcy robándole la respiración a la princesa.

Encontrarían una solución juntas, sin importar lo que costara, ayudarían a Marcy.

Y esto solo hizo pensar a la princesa que tal vez era momento de poner en marcha su plan del que tanto había estado hablando consigo misma durante madrugadas sin poder dormir.

Pero, por el momento se dejó llevar.

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Anne se arregló el cuello del traje formal, sentía que este le estaba quitando la respiración. Las manos le sudaban de los nervios causando que varias veces tuviera que pasar estas por sus pantalones en un intento de secarlas.

Sasha la observaba de reojo, ella parecía mucho más tranquila que Anne usando aquel traje que Marcy les había dado al invitarlas como "amigas" y no simplemente como guardias.

Luego de varios minutos explicando que el rey Andrias no tendría complicación alguna con eso porque había hablado con el en la mañana, Marcy corrió a las dos guardias de su cuarto para que se fueran a arreglar.

Ahora estaban esperando en el final de las escaleras junto con lady Olivia y la general Yunan, quienes iban tomadas del brazo.

-¿Estás bien? — murmuró de modo que Anne fuera la única que la escuchara.

-No te preocupes, puedo controlarlo.

Sasha no estuvo muy segura de la respuesta que Anne le había dado, pero no podía juzgarla.

¿Quién estaría 100% tranquilo sabiendo que miles de miradas estaban sobre ella mientras esperaban a que la princesa Marcy bajara de estas?

Sasha parecía estarlo, parecía...

Por dentro se estaba muriendo de cinco paros cardiacos.

Trataba de parecer tranquila por Anne, y porque no quería terminar haciendo un ridículo frente al rey gracias a sus nervios.

Luego de un rato más esperando, una melodía comenzó a sonar indicando la aparición de la princesa en el gigante salón del evento.

Anne y Sasha querían voltearse, pero Lady Olivia les había indicado que debían tener la vista al frente en todo momento.

Marcy llegó a su lado y sonrió al ver a las guardias vestidas de manera formal, cosa que nunca había hecho porque las solía ver en armadura o ropa casual.

Se enganchó de los brazos de Anne y Sasha y estas le sonrieron al instante. Aplausos se escucharon por la sala y varios halagos hacia la cumpleañera.

Caminaron entre el gentío hasta la mesa principal, donde el rey Andrias ya los esperaba.

Esta sería la tarde más difícil en la vida de las guardias, quienes no se esperaban lo que la vida les tenía preparado.

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