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Marcy movió su mano que sostenía la espada intentando asegurarse de que estaba en buen estado.

Sonrió al ver que lograba hacer los movimientos bien y que Sasha y Anne solo estaban exagerando, Olivia se acercó y arregló la venda en su muñeca con cuidado de no lastimarla.

-¿Estás segura de que mueves bien la mano? — Anne preguntó, sus brazos estaban cruzados y su pierna se movía de arriba a abajo con impaciencia y ansiedad.

Marcy asintió varias veces con una gran sonrisa en el rostro.

Estaba emocionada pero al mismo tiempo casi muriendo de los nervios y el miedo, pero intentaba disimular lo último con tal de no preocupar a Anne y Sasha más de lo que ya lo estaban.

Sasha suspiró y le pasó un brazo por los hombros a Anne, acercándola a su cuerpo, sonrió en dirección a Marcy e intentó reconfortar a Anne con suaves toques en su brazo.

-Estamos seguras de que le patearás el trasero a ese gran idiota — aseguró.

La mano de Marcy se cerró contra el mango de la espada, le devolvió la sonrisa antes de abalanzarse sobre ellas casi al instante, rodeándolas con sus brazos y haciendo que casi cayeran al suelo ante lo repentino de la acción.

La princesa dejó un beso en los labios de las guardias respectivamente y sonrió abiertamente hacia ellas, intentando reconfortarlas y hacerlas sentir mejor.

Algo difícil, y Marcy estaba consiente de eso.

Había pasado por esa situación una vez y sabía lo frustrante, tenebrosa y horrible que podía llegar a ser aquella sensación que creía en su pecho al ver a la persona que amas poner su vida en peligro.

El momento fue interrumpido cuando Marcy fue empujada por un hombre ya conocido pasando por detrás de ella hacia el campo de batalla. Marcy se mordió el labio conteniendo las ganas que tenía de insultar a Andrias.

Por suerte, Anne y Sasha no eran como Marcy.

-¡Oye hijo de la gran puta! — Sasha llamó al rey.

Marcy soltó un chillido y levantó la mirada del suelo.

-¡Más cuidado para la próxima, pendejo! — Anne le sacó el dedo de en medio.

Andrias solo rodó los ojos y siguió caminando, ignorando por completo la sola presencia de aquellas dos chicas en el corredor.

La princesa rió, consiguiendo robarle una sonrisa a las guardias al ver aquella risa brillante dibujarse en el rostro de la pelinegra, el sonido era tan hermoso y perfecto que las hacía olvidarse por completo sobre el resto del mundo.

Tal vez, en otra vida todo habría sido más fácil para ellas.

Tal vez en otra vida no habrían tenido que pelear por su amor.

Marcy se llevó una mano al rostro, pero luego negó con la cabeza y volvió a rodear a Anne y Sasha con sus brazos. Las dos guardias se dejaron llevar por el abrazo y cerraron los ojos fuertemente aferrándose a la princesa y el calor que emanaba su cuerpo.

La pelinegra intentó limpiar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, pero Anne fue más rápida y tomó su rostro, alejando cualquier rastro de aquellas lágrimas saladas que pudieran quedar en el rostro de Marcy.

Sasha entrelazó su mano con la de Anne y sonrió en dirección a Marcy.

-Sabemos que ganarás...

-Sabemos que nosotras ganaremos — Marcy corrigió a Sasha.

La sonrisa de la rubia creció en su rostro, Anne y Sasha compartieron una mirada cómplice antes de tomar las manos de Marcy formando un círculo.

-Marcy — Anne comenzó, el nombre de la princesa salió un tanto apagado de los labios de la guardia — Sasha y yo...

Detrás de las paredes del castillo - ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora