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-Si me das helado de chocolate moriré.

Jade rodó los ojos y rogó por paciencia.

-Si no te comes el maldito helado te vas a morir, Sasha.

-Pues si yo me muero te quedas sin recompensa — Sasha le sacó la lengua.

-¿Por qué te elegí a ti y no a cualquiera de tus novias?

Sasha sentía que sus muñecas le ardían y pedían a gritos que Jade cortara la cuerda que las había mantenido unidas durante todo el viaje.

-Bueno, yo estoy feliz de que me eligieras a mi antes que Anne o Marcy, creo que es mucho mejor que yo sea la que tiene el gran golpe en la nuca — se encogió de hombros.

Jade soltó una risita y se rascó la nuca. Sabía que ese golpe debía doler, pero no había tenido más opción para poder llevarse a Sasha con ella a su cabaña.

Si se la hubiera llevado consiente seguramente habría hecho un gran escenario y las cosas no estarían yendo tan bien para ella como lo estaban haciendo en ese momento.

Aunque todo el bien tiene un precio, y ese precio Sasha se lo estaba cobrando muy caro.

-Quedate aquí, iré por los helados y vuelvo en un segundo — le dijo.

-¿Por qué no puedo ir? — se quejó la rubia.

-¿Qué me asegura que no intentarás salir corriendo a la primera oportunidad que tengas?

-¿Me puedes juzgar por querer salir corriendo?

Tenía un punto.

-No, pero igualmente te quedarás aquí, no harás ruido y mucho menos intentarás escapar porque sabes que te terminaría encontrando.

Luego de un rato, las dos estaban sentadas en la grama cerca del puesto de helados.

Jade sostenía los helados mientras que Sasha le insistía que la soltara.

-No te puedo soltar, Sasha.

-Vamos, Turmalina.

-No vuelvas a decir eso — Jade puso una mueca.

Sasha soltó una risita.

Una forma bastante eficiente de hacer molestar a Jade era cambiar su nombre, ¿Y que mejor estrategia que cambiarlo por otros tipos de piedras preciosas?

En los cuatro días que llevaban de viaje ya la había llamado por todo tipo de piedra: Espinela, Morganita, Granate, Citrino, Topacio, etc...

Y parecía que la estrategia funcionaba porque Jade parecía estar echando humo de las orejas cada que Sasha la nombraba de una forma incorrecta.

-Agh, ¿Como es que tienes novias y no solo una, si no que dos? — Jade se quejó.

-Soy encantadora, todos caen a mis pies en el primer momento — Sasha parpadeó varias veces tratando de lucir adorable.

-Pues mira que yo lo único que quiero hacer desde el primer momento en el que hablaste es darte una buen golpe directo en las tetas para que te duela.

-Ay, que lindo, nunca me habían propuesto matrimonio de esa forma, pero soy fiel y amo a mis novias, así que te tengo que rechazar.

Jade mató con la mirada a la rubia mientras esta se comenzaba a reír a carcajadas en su cara.

-¿Esta es la que el rey estaba buscando?

Una voz detrás de ellas llamó su atención, Jade se puso de pie al instante y observó a un grupo de tres acercándose.

Se puso justo al frente de Sasha y tiró los conos de helado a otro lado.

Detrás de las paredes del castillo - ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora