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Marcy Wu siempre había sido una persona lógica y no se dejaba llevar por los sentimientos, ayudaba el hecho de que siempre estaba sola y su única compañía era una rata, Lady Olivia y a veces el rey Andrias.

Los sentimientos nunca habían sido su prioridad y tampoco algo en lo que le gustaría profundizar, solo estaban ahí y ya.

Nunca había sido una gran fanática del romance, pero solía leer las cartas empalagosas que Lady Olivia y la general Yunan se solían mandar a escondidas del rey, pero eso no significaba que fuera una romántica que disfrutara de emparejar personas y seguir su linda historia de amor.

La lógica siempre había estado en el foco principal de la gran obra que se armaba en su cabeza, todas sus decisiones se basaban en esta y sus sentimientos o su corazón nunca interferían en tomas de decisiones importantes.

Entonces, ¿Por qué esta vez su corazón había ganado y comenzado a latir con rapidez, emoción e impaciencia?

¿Por qué últimamente su corazón había estado ganando las discusiones?

Desde que conoció a las dos guardias la lógica se fue por la ventana dejando que su corazón tomara el mando, pero... ¿Por qué?

¿Por qué su corazón se aceleraba cada vez que las veía, por qué sus mejillas se encendían cuando estaban cerca, por qué se había acostumbrado tanto a su compañía y por qué habían dejado de ser solo una pieza de su plan?

No...

No, no y mil veces no, Marcy no podía dejar que Anne y Sasha entraran en su corazón, no podía dejar que fueran más que una pieza que podía mover con facilidad en su tablero.

Allí estaba su problema.

Ellas ya se habían robado el corazón de la princesa desde hace mucho, pero ante la ausencia de la lógica y la cordura, los sentimientos ocultaron esto y lo dejaron florecer como la vegetación en primavera.

Marcy se arrepintió al instante de lo que había dicho, ¿Por qué lo había aceptado?, ¡Esto solo les traería problemas!

Marcy dió un par de pasos hacia atrás, Anne y Sasha fruncieron el ceño, confundidas. Marcy no esperó más, dió la vuelta y salió corriendo.

No le hizo caso a los gritos de las guardias detrás de ella, ignoró cualquier sonido a su alrededor y siguió corriendo sin detenerse por nada en el mundo.

Ni siquiera por su corazón adolorido anelando la compañía y cercanía de las guardias.

Ese sería el último al que Marcy escucharía.

El sol empezó a caer así como las energías de la princesa, se escondió detrás de un montón de arbustos y se dejó caer al suelo. Los gritos de Anne y Sasha habían dejado de escucharse desde hace un rato, ahora lo único que podía escuchar eran los sonidos de las aves cantando en las ramas de los árboles.

Abrazó a la mochila que colgaba de su hombro mientras trataba de volver a respirar con normalidad, su pecho subía y bajaba con rapidez y deseaba con todas las fuerzas posibles el aire fresco que los árboles le daban.

-Mierda, mierda y más mierda — se quejó.

Sintió un nudo en su garganta y se llevó las manos al rostro, sus ojos se cristalizaron y unas enormes ganas de llorar la llenaron, se estaba arrepintiendo de esto y eso no era bueno.

¿Como planeaba volver al castillo sin la compañía de las guardias?

Lo único que tenía en la mochila era su libreta y unos cuantos cobres que Lady Olivia les había dado, nada más.

Detrás de las paredes del castillo - ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora