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-No quiero hacer esto.

Lady Olivia acunó el rostro de Marcy en sus manos y le dedicó una leve sonrisa, pero sabía que intentar animarla no serviría de nada.

Marcy había visto como las dos mujeres que más amaba eran golpeadas mientras le suplicaba al rey que diera la orden para que se detuvieran, Marcy estaba siedo obligada a casarse con alguien que detestaba, Marcy estaba volviendo a simplemente existir en lugar de vivir.

Lady Olivia quería echarse a llorar en ese mismo instante, pero estaba segura de que ella era el único soporte que le quedaba a Marcy y no lograría soportar ver como ella se derrumbaba frente a sus ojos una vez más.

Andrias le había pedido que fuera ella la encargada de arreglar a Marcy para la boda, era la única persona a la que la princesa quería ver en ese momento si no eran sus amadas novias.

Quienes permanecían encerradas en un par de celdas en lo más profundo del castillo, la general se había sentido mal al ser ella la que tuvo el trabajo de encerrarlas, pero no se atrevía a desafiar la palabra del rey.

-Lamento no poder hacer nada para ayudarte, Marcy — Olivia se lamentó.

Marcy simplemente se llevó una mano al rostro y secó sus lágrimas, se aferró a los brazos de Olivia y no quiso salir de la que había sido su habitación durante tanto tiempo.

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-¿Qué crees que nos matará primero, el frío o las heridas?

-No digas eso — Anne le reclamó a Sasha.

A las dos les costaba hablar, el simple intento de querer pronunciar una palabra las hacía querer llorar por el dolor.

Sus espaldas estaban apoyadas en la pared que compartían pero que las separaba la una de las otras, habían estado hablando durante todo el tiempo que estuvieron encerradas, habían guardias custodiandolas, pero no hacían el intento de meterse en la conversación sabiendo que posiblemente alguna de las dos terminaría muriendo con el pasar del tiempo.

Sasha tosió, sin duda el frío era una opción por la que se podía inclinar con facilidad.

-¿Estás bien?

-Dentro de lo que cabe — rió y luego soltó un quejido — estas heridas duelen como la mierda, ni siquiera puedo hablar sin sentir que me están matando.

Anne asintió, pero luego se arrepintió ya que Sasha no la estaba viendo y no había una forma en la que ella pudiera estar al tanto de sus gestos.

-¿Recuerdas la vez en qué te pregunté si la princesa era linda?

-¿La primera vez que entramos al castillo?

-Mhm.

-Lo recuerdo bien, fue la vez en la que conocimos a Marcy — Anne dejó caer su cabeza hacia atrás y sonrió levemente.

-Debo admitir que me flechó desde el primer momento.

-A mi también, pero supongo que no nos dimos cuenta al instante.

-Siempre has sido terca, no me sorprende que no le hicieras caso ni a tu corazón — Sasha bromeó consiguiendo robarle una risa a Anne.

Anne hizo un puño apretando sus ropas llenas de sangre seca.

-¿Anne, estás bien?

La castaña volvió a negar con la cabeza, soltó un leve sollozo y se cubrió la boca con la mano al instante.

-Anne, porfavor respóndeme...

-No estoy bien, Sash.

Anne pudo sentir como las lágrimas bajaban por su rostro desde sus ojos, lágrimas de impotencia y furia.

Detrás de las paredes del castillo - ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora