Capítulo 8.5 ✘ El aviso

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+ Antes del hallazgo de la carta +

Ella aprovecha la oportunidad, una distracción y llega a la entrada del Castillo. Sin embargo le es negado el acceso por dos guardias reales.

—Quisiera entrar —les dice ella sin dejar de ver a cada uno— quiero hablar con el rey.

—Permiso negado, el rey no se encuentra en este momento —le contesta uno de ellos y da un paso al frente. Ambos la observan con curiosidad.

—No importa, puedo esperarlo dentro. Tengo una larga eternidad —les sonríe siendo expuestos sus colmillos.

—Identifiquise—le dice el otro con seriedad.

Ella se cruza de brazos aunque realmente oculta esa carta debajo de su chaqueta negra.

—Mi nombre es Dafne —guarda silencio un instante— Wilbert —sonrie con superioridad— hace tiempo yo estaba en este Castillo, cuando nos dieron permiso de salir, me fui pero quisiera regresar. Quiero el permiso de nuestro rey.

Ellos se ven mutuamente.

—Puede entrar aunque tendrá que esperar al rey —le dice un guardia y se aleja.

Ella asiente y baja sus brazos.

Ellos le permiten el paso y enseguida ella entra sin evitar pensar:

>Tanta vigilancia a estás alturas<

Sonríe con burla mientras se aleja de ellos sin antes murmurar en voz baja:

—Dolorius

Se detiene cuando escucha las quejas de ambos.

—¿Sentiste lo mismo? —emite un guardia al bajar su mano de su cabeza cuando el malestar pasa.

—Necesitamos alimentarnos, debe ser por eso.

—De sangre verdadera no de los esclavos.

—No sangre con sedantes —le responde el otro aún confundido por el dolor de cabeza ocurrente.

Ella ensancha su sonrisa y continúa su camino.

Cuando avanza por el pasillo no evita ver alrededor alerta, sorprendida al estar de nuevo dentro del Castillo. Aunque han sido siglos, le sigue sorprendiendo dicho lugar sin evitar los recuerdos.

Ignora la presencia de varios vampiros ambular cerca. Deja de ver alrededor y se concentra en su objetivo mientras se mezcla entre el mundo vampirico.

No obstante, se detiene al ver esa vampiresa que le es conocida. Causa su interés y agudiza su audición.

—... No iré a ningún lado Ashley.

—Juralo Ana Liz, no me obligues a...

—¿Sedarme? —ella se detiene y gira a verla con una mirada fulminante— sé lo que me hicieron. No debí confiar en Darren.

—Tenia que hacerlo, por eso lo permiti. De otra forma hubieras querido ir con ellos.

—¡Claro que sí! —Ana Liz coloca sus manos en su cintura— yo debí acompañarlos.

—Ya era un riesgo, no te íbamos a exponer a ti. Además, con Darren es suficiente. Sería un mayor problema ambos con su presencia contando que cada uno tiene fuerte su carácter.

Ana Liz gruñe sin evitar sentir sus colmillos sobresalir.

—Entiendo que estés enojada pero teníamos que impedir que fueras —agrega Ashley— jurame que no irás, no quiero sedarte otra vez ni tampoco vigilarte en cada paso.

✘VIDA ETERNA✘ © [SVD #3]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora