✘VIDA ETERNA✘ © [SVD #3]

Capítulo 11 ✘ Ausencia

“La agonía física, biológica, natural de un cuerpo por hambre, sed y frío; dura poco, muy poco pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida”/ Federico García Lorca.

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Dos  golpes en la puerta interrumpen mi solitaria tranquilidad. Sea quien sea no pide permiso para entrar. Lo compruebo al escuchar la puerta ser cerrada con seguro y sentir su presencia más cerca. No necesito darme la vuelta y verlo para tener la seguridad de quién es.

Así que permanezco quieta en mi lugar, desde hace un rato estoy arrodillada en el suelo. La diferencia es que me apoyo en la cama, mi barbilla sobre colchón. Las lágrimas han cesado pero esas manchas de sangre son prueba de todo lo que he llorado. Ni hablar de mi rostro, juro verme horrible con rastro de sangre que no he querido limpiar.

He ignorado a Darki, justo como lo haré con ese vampiro que me observa en silencio.

Sus pasos se escuchan cada vez más cerca cuando se atreve a avanzar y se detiene detrás de mí.

—Debemos hablar

—Quiero estar sola —muevo un poco mi cabeza— Owen

—Liz, de verdad quiero darte tu espacio, esto es inesperado para ambos pero no es algo que se debe evitar siempre. Debemos hablar de... nuestra descendencia.

—Quiero que te vayas Owen ¿Lo puedes entender? —emito lo último con molestia— No quiero usar las pocas fuerzas que tengo para correrte a la mala.

Él no menciona más palabras sin embargo que siga aquí es exactamente lo mismo.

—Owen —me volteo logrando verlo a la cara— Déjame sola.

Niega y da dos pasos adelante. Los suficientes para llegar a la primera foto destrozada aún en el suelo.

—¿Qué pasó aquí? —pregunta mientras su vista esta clavaza en mi desastre.

—Yo soy la responsable —hablo captando su atención— Yo destruí cada recuerdo de mi vida siendo humana. Cada recuerdo de mi madre y ella... debe estar muy enojada conmigo... donde quiera que esté porque no estoy segura si se fue al cielo, ella era tan buena o al infierno por estar con vampiros con algo malo —rio sin ánimos— no importa donde esté, debe sentirse decepcionada de mi.

Aparto la vista al sentir nuevamente la lágrimas.

—Liz, mírame

—No, vete —limpio con brusquedad mis mejillas. Mis manos me causan asco— ya no quiero llorar agh —gruño y me obligo a dejar de hacerlo— que se detengan, no soy una vampiresa débil —paso mis manos con brusquedad por mis mejillas.

—Te estás haciendo daño, Liz mírame y detente.

—¡Que paren! —me araño con mis largas uñas el rostro—¡Odio estos sentimientos humanos!

—¡Basta ya!

Soy sostenida por Owen, evita mover mis manos. Se encuentra incado frente a mi sin dejar de verme con seriedad.

—Déjame

—No ¿para qué sigas así?

—¡Que te importa! —gruño al intentar safarme— Owen, ya déjame. Te los advierto —lo miro con seriedad.

—En lo que llevo de mi eternidad, muchos me han amenazado y no me interesa ser tratado así por ti —él ejerce fuerza y acerca su rostro más al mío— la única manera de que te suelte es que mates —hace una corta pausa. Unos leves colmillos se asoman por sus labios— ¿Serás capaz?