Capítulo 8

3K 311 121
                                    

Su mente se volvía un puto infierno cuando volvía la imagen del rostro angelical de ese omega.

¡Dios, que molesto!.

Molesto por ese omega, molesto por haber actuado desesperadamente al casarse con ese niño, molesto por Oliver, molesto por tener que soportar ese aroma dulce de vainilla por toda su sala, cuarto, comedor y balcón. Maldita sea y molesto porque tenía que manipular al omega y aún no lo hacía.

Fumó terminándose una caja completa de cigarrillos en solo la mañana, sentado en el sofá con el ceño fruncido, perdiéndose en sus pensamientos pero salía de ellos cuando Gustabo se cruzaba para prender el televisor con timidez, tuvo que levantarse del sofá para irse lejos del rubio, no lo quería cerca.

Gustabo sintió su corazón encojerse cuando veía que el alfa lo estaba ignorando toda la mañana, no debió estar afectado por eso, ni siquiera lo conocía bien pero está disgustado por el comportamiento que está tomando el mayor con él sin saber qué hizo mal.

Casi no le habla, si se le acerca se aleja rápidamente dejando su olor a whisky y tabaco por el aire en el cual Gustabo no puede evitar inhalar aquel aroma como una puta droga.

No habían hablado entre ellos, si comían lo hacían en silencio y nada más.

Cuando llega la noche Conway siempre sale del edificio saliendo y dejando solo al omega quien extrañado mira la puerta por donde Conway se retira. Antes no lo dejaba solo, ahora lo está haciendo.

Acostumbrado de estar solo, de que lo rechacen y que lo ignoren, aquello no le afecta a Gustabo por estar acostumbrado pero no puede dejar de sentirse mal por ser evitado.

— Señor...— Dijo jugando con sus manos, ambos dentro de la habitación que compartían y Conway estaba peinando su cabello frente al espejo que estaba al frente de la cama. (Valga la redondancia).

El pelinegro lo ignoró por completo, como si no hubiera nadie en su habitación y que aquella voz dulce no hubiera sonado varias veces en su oído.

—¿H-He hecho algo mal?.— Preguntó el omega tragando saliva, preocupado.

Conway lo ignoró de nuevo mientras colocaba su corbata, esta noche le tocaba reunirse con sus hombres en el Vanilla y también para divertirse un rato porque se sentía tenso y muy agobiado.

— ¿Está enojado?.— Siguió preguntando, insistiendo.— ¿Qué puedo hacer para... para que ya no lo esté?.— Preguntó de nuevo y Conway lo miró con frialdad y dureza.

— Tienes que dejar de joderme la vida.— Respondió con dureza y Gustabo se hizo chiquito en su puesto.— Me tienes hasta los cojones...

Gustabo lo miró confundido.

— No he hecho nada para que esté así.— Dijo muy bajito, dudó que Conway lo haya escuchado.

— ¿Sabes? Debí haberlo pensado mejor y no casarme contigo.— Escupió.— Estoy perdiendo mi maldito tiempo con un niño. Me arrepiento de todo esto joder.

— N-No es mi culpa que usted...eligiera casarse conmigo. Yo no quería esto y solo lo hice por obligación a cumplir un castigo, en cambio usted, fue voluntario, quiso casarse con un omega como yo.— Se defendió.

Conway alzó las cejas y sonrió aunque estaba sorprendido por cómo el omega le había respondido y al verle el rostro fruncido viéndose tan malditamente adorable así, supuso que no se detendría.

— En pocas palabras, la culpa es de usted.— Escupió, cansado de tanta mierda en su vida para que un alfa que ahora mismo es su esposo, se comporte de tal manera, que lo ignore sin motivo y se aleje silenciosamente haciéndole pensar que ha hecho algo mal.— De usted y mi padre, ambos son unos demonios.

¿Castigo o Premio? OMEGAVERSE [INTENABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora