Capitulo 22

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Podía escuchar los planes de su presidente desde afuera de su oficina, escuchaba también a todos los guardaespaldas ahí adentro por lo que Gastón se arriesgó a bajar al sótano, lugar que le pertenecía al pequeño de los García y ahora lo ocupa la señora Clara...

Cuando ella escapó, la encontraron sin dificultades, era una Omega un tanto ingenua y demasiado delicada gracias a la comodidad que tuvo desde muy pequeña. Oliver fingió no saber dónde estaba ella, por lo que mintió que su esposa había escapado y que no la habían encontrado. En cierta parte, escapó en realidad pero fue encontrada a los pocos días.

Bajó con comida y le llegó un recuerdo de cuando hacía eso con el cachorro. Lo hizo rapidez y cuando llegó vio a Clara sentada en el suelo, sus pies encadenados y su cabello maltratado casi en su cara.

— Oh, mi señora.— Murmuró el beta con tristeza e impotencia al verla.

Era como ver a Gustabo, eso hizo que el estómago de Gastón rugiera.

— Gastón... — La Omega pronunció en medio de un jadeo ahogado.

Gastón la alimentó y la mujer comía todo como si no hubiese un mañana pero al poco rato de haber terminado, expulsó todo en vómito.

— E-Estoy embarazada.— Jadeó cuando Gastón limpiaba su boca con un pañuelo.— Oliver abusó de mi, Gastón.— Gimió, sus ojos azules empezando a aguarse, sus rosados labios partidos y su pómulo izquierdo morado.

El mayor empezó a examinarla de pies a cabeza, notó que en las piernas de su señora había marcas de manos, hematomas y demás. Sus muñecas estaban rojas como si hubiera tenido una batalla para liberarse de las garras de García.

— ¿Cuándo fue eso?— Preguntó el mayor con la culpa encima por no haberla ayudado.

— Cuando me encontraron, Oliver me golpeó y entonces... M-me dijo que después de lo que me iba a hacer aprenderé a no ser una "mala" esposa.— Explicó con dificultad.— Forzándome a quedar embarazada sin tener la certeza si nuestro cachorro será alfa... Gastón, estoy m-muy asustada. Mi bebé, está en peligro.

Gastón la consoló abrazándola y acariciando su delicada espalda cubierta por un vestido blanco y corto.

— ¿Cómo sabe usted que está embarazada?

— T-tengo los mismos síntomas que tuve con mi Gustabo, mi olor cambió.

— ¿Cómo puedo ayudarla, señora Clara?— Preguntó con angustiada.

— Intenta contactarte con Jack C-Conway.— Su mano acarició su vientre y Gastón frunció el ceño.— Dile lo que está sucediendo.

El mayor negó con la cabeza, ¿Llamar a Conway? Era como llamar al puto diablo.

— No puedo hacerlo, no es bueno.

— Diablos, Gastón.— Se quejó la mujer y empezó a llorar de la desesperación por escapar.— Él no le ha hecho nada a mi cachorro, nada de lo que Oliver le dijo que hiciera. Lo sé porque yo escuché a Oliver hablar sobre eso y apenas me enteré, escapé para ir hasta Gustabo y encontrarlo, pero no pude... fracasé.

Gastón miró a Clara, esta le suplicaba con sus ojos mientras que de estos salían las lágrimas.

— Necesito estar con mi hijo, entiende.— Sollozó.— ¡No lo veo desde hace mucho tiempo, ya no soporto este dolor!

Días después.

Conway había estado velando al chico mientras esté dormía. En la habitación estaba cubierto por el rico olor de vainilla del cachorrito, placentera y dulce, eso hizo que Jack se quedara más tiempo admirándolo y dejándose fundir en ese suave aroma que el Omega desprendía.

¿Castigo o Premio? OMEGAVERSE [INTENABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora