Final

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Gustabo se encuentra frente al espejo, vistiéndose con un elegante traje blanco, sus ojos azules brillan con emoción mientras se arregla su bonito cabello rubio. Con una sonrisa radiante, acaricia con ternura su vientre oculto por la americana blanca, llena de amor y emoción por el bebé que lleva en su interior. Cada gesto refleja la profunda alegría que siente al saber que pronto se unirá en matrimonio con Conway, el alfa de su vida. Cada detalle de su atuendo y su expresión refleja la felicidad y la anticipación por el hermoso momento que está por venir en unos meses más.

Amelia entró al cuarto, seguido por Romer quienes se mostraban tan felices.

— Por dios, es tan emocionante —Exclamó Amelia, arreglando el cabello de Gustabo.

Romer se tiró a la cama, observando lo hermoso que estaba su amigo y entonces sonrió de lado.

—¿Dónde pasarán la luna de miel?— Preguntó la omega, mirando a Gustabo quien estaba sonrojado.

—Después de la ceremonia tenemos un vuelo a Dubái — Respondió con una risita después.

— Que bonito — Emitió Romer — Eso significa que se la van a pasar como conejos.

Gustabo empezó a reír ante eso, Amelia había regañado a su amigo. Pero eso pasaría, seguramente lo van a pasar muy bien unidos.

—Bueno, ya es tarde, tu alfa está esperando hace quince minutos —Amelia retocó el cabello de su pequeño amigo.

—El pobre debe estar pensando que lo has dejado parado—Dijo Romer ocultando su risita en su mano.

—Imposible que piense eso —Dijo  el rubio, negando y sonriendo.


(...)

El sol brillaba sobre la playa mientras la brisa marina mecía los tallos de las hierbas silvestres. La arena era suave, y la marea se retiraba lentamente, dejando una capa de agua transparente que se reflejaba como cristal. La luz del sol incidía en los espejos de agua, iluminando el lugar y convirtiendo la playa en un maravilloso lugar para realizar el más bello de los matrimonios.

En el altar había una canastilla con flores silvestres y velas suavemente encendidas. Una pequeña banda contratada por el alfa tocaba música romántica, y los amigos se reunían para presenciar el momento más esperado de ambos. La escena estaba enmarcada por el cielo azul de la tarde y los sonidos marinos del oleaje y los pájaros.

Mientras caminaba, Gustabo sintió la emoción de darse cuenta de que aquel día era el más importante de su vida.

No dejaba de mirar a Jack, quien tenía su mirada fijamente sobre él, admirando como su omega caminaba con ese pequeñito bulto en su vientre, cargando a los otros amores de su vida. Ese cabellito rubio peinado hacia atrás y brillando, sus ojos azules siendo más claros debajo del sol, como el color del cielo ahora.

Gustabo por un momento sintió que sus piernas habían temblado, o tal vez es solo su mente, su alfa estaba más atractivo que nunca. Estaba con un traje blanco también, jamás lo había visto con un traje de ese color y le quedaba de maravilla. 

Se veía más grande, más guapo más intimidante para otros, pero para él era un dulce alfa. Tenía su barba muy bien recortada, ya se imaginaba aquella barba raspando en medio de sus muslos, lastimando su piel de la forma más deliciosa. Su mirada se posa en las manos de su alfa, se veían fuertes, una de ellas tenía un costoso rolex. Sus mejillas se encendieron cuando por su mente pasó una imagen de esa mano decorada por aquel reloj envolviendo su cuello mientras soportaba con gusto su gran polla. Por ultimo, se imaginó a esa perfecta y muy bien estructurada cara de Conway cerca de la suya mientras se lo follaba, con esos labios rosados entre abiertos soltando un sin números de jadeos y gruñidos... Jesucristo, ahora no era el momento de pensar eso. Para colmo, sintió que había mojado su ropa interior.

¿Castigo o Premio? OMEGAVERSE [INTENABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora